Fue también de esas figuras que desbordó inteligencia y se entregó con tesón a cada una de las tareas encomendadas por la Revolución.

Yeyé, como le decían cariñosamente, llegó a crear la Casa de las Américas, institución emblemática de la cultura cubana que la vio caminar por sus predios con la extraordinaria sencillez que caracterizó a esta revolucionaria de talla universal.

Haydee estuvo entre las encargadas de sacar de la cárcel en forma clandestina y de recomponer, por distintas vías, el célebre alegato de Fidel Castro en el juicio ante sus captores conocido popularmente como La historia me absolverá.

Más tarde, descolló como una de las cofundadoras y miembro del Comité Central del nuevo Partido Comunista cubano (fundado en 1965, a partir de la unidad de varias organizaciones lideradas por el Movimiento 26 de Julio), e integró además la presidencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS).

Mujer cabal, amó entrañablemente a sus hijos Celia y Abel y sobre todo al Che y a Fidel, con quienes compartió la trinchera de combate.

Su hija Celia escribió en una oportunidad que su madre y Celia Sánchez Manduley habían formado una especie de cofradía revolucionaria. El conocimiento sobre el carácter de los compañeros las ayudaban a solventar incógnitas.

La vasta cultura de Haydeé la hizo de igual modo ganarse un prestigio internacional que la elevó a planos superiores dentro de la intelectualidad cubana que la amó y respetó por sus dotes de dirigente cabal y ejemplo imperecedero.

Haydée tuvo responsabilidad en el traslado de las armas hacia Santiago de Cuba para el ataque al Moncada y su misión consistiría en tomar el Hospital Saturnino Lora para atender a los heridos.

Tras ser apresada y luego liberada junto con su compañera Melba Hernández, retomó las actividades de agitación contra la dictadura difundiendo el alegato de defensa de Fidel Castro La historia me absolverá.

En 1955 participó en la fundación del Movimiento 26 de Julio y, al año siguiente, es una de las organizadoras de la insurrección del 30 de noviembre en Santiago de Cuba, que tenía como objetivo apoyar a los guerrilleros que en esas fechas debían invadir Cuba a bordo del Granma.

Con el inicio de la lucha guerrillera, Haydée participó tanto en las acciones del Movimiento 26 de Julio en las ciudades como en la Sierra Maestra, donde creó el pelotón María Grajales del Ejército Rebelde en 1958 y el cual estaba compuesto íntegramente por mujeres.

Murió el 28 de julio de 1980, pero el pueblo la recuerda como una extraordinaria persona que abrazó a la Revolución y a Fidel y convirtió cada obra suya en una lección de amor.

Agencia Cubana de Noticias