El 23 de julio de 2010, el presidente francés Nicolas Sarkozy anunció a los obreros de los talleres franco-coreanos de construcción naval STX de Saint-Nazaire que ellos mismos van a fabricar dos navíos de guerra clase Mistral para su venta a Rusia.

Es posible que también se construyan otros dos navíos clase Mistral en Rusia, bajo licencia francesa.

El navío clase Mistral es un sofisticado portahelicópteros de asalto anfibio clasificado como “de proyección y de comando” (BPC, según las siglas en francés). Se trata, sin embargo, de un tipo de barco de guerra que no se adapta a las necesidades de Francia o Rusia ya que su principal característica es que puede llevar dos aerodeslizadores LCAC del cuerpo de marines de los Estados Unidos, vehículo del que no disponen ni Francia ni Rusia.

Según el presidente francés, el presidente ruso Dimitri Medvedev ya decidió dar luz verde al contrato, pero los detalles del mismo estarían negociándose actualmente. Dicho claramente, todavía no se ha firmado el contrato.

En Moscú, el anuncio de Sarkozy provocó la cólera de Vladimir Putin. El primer ministro ruso había tratado de interferir en la transacción y había designado a su segundo, Igor Setchin, para «negociarlo». En realidad, la misión de este último era hacer fracasar la transacción prevista por los presidentes de Rusia y Francia basándose, en primer lugar, en el hecho que los presupuestos del Estado Mayor ruso han sufrido una considerable reducción y que la compra de navíos de la clase Mistral está lejos de ser una prioridad, además de que no existe razón alguna que justifique que OSK (Объединённая судостроительная корпорация), conglomerado público ruso que actualmente dispone del monopolio de la construcción naval rusa de carácter militar, abandone dicha posición.

Según una fuente moscovita cercana al tema, Medvedev parece haber concertado con Sarkozy una importante serie de comisiones y de retrocomisiones (del orden del 8% del monto total de la venta), lo cual permitiría a Medvedev garantizar el financiamiento de su próxima campaña electoral contra «su amigo de 30 años» y actual rival… Vladimir Putin. Por su parte, Nicolas Sarkozy también garantizaría así el financiamiento de su propia reelección.

La Dirección de Construcciones Navales de Francia se ha visto implicada durante los últimos años en varios casos de corrupción, como los de las fragatas vendidas a Taiwán y de otras vendidas a Arabia Saudita en el marco del contrato denominado «Sawari» y el de los submarinos vendidos a Pakistán. En todos esos casos hubo pagos de comisiones y retrocomisiones a una serie de personalidades políticas cuyos nombres nunca se dieron a conocer públicamente. Los nombres del ex primer ministro francés Edouard Balladur y del actual presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, fueron mencionados en los tres casos, aunque nunca aparecieron pruebas de su implicación.