El femicidio es una de las formas más extremas de violencia hacia las mujeres. Es el asesinato cometido por un hombre que considera a la mujer como parte de su propiedad. La Asociación Civil sin fines de lucro “La Casa del Encuentro”, fundada en 2004, con el objetivo, entre otros, de trabajar contra toda forma de violencia hacia la mujer, define al femicidio como: “La última instancia de un ciclo de violencia que comienza con celos, control, descalificación, humillación, insultos, seguido por el pedido de perdón. Ciclo que vuelve a repetirse, cada vez con mayor nivel de agresión.” El término femicidio es político, “es la denuncia a la naturalización de la sociedad hacia la violencia sexista”.

El fin es acuñar un concepto que denuncie esta naturalización, que la saque a la luz. La violencia sexista no forma parte del ámbito privado, la violencia hacia las mujeres es una cuestión social, de derechos humanos. El titular estos casos como “crímenes pasionales” los confiere al ámbito de lo privado, permite indagar la vida íntima de las víctimas para aclarar qué fue lo que impulsó al asesino a matarla. Esto es lo que convierte en noticia a estos casos. Presentado así, da lugar a inmiscuirse en la vida privada del otro y es eso lo que lo vuelve noticiable, no la muerte de una mujer en manos de un hombre, sino la curiosidad por conocer la vida de otros.

Los justificativos que aparecen, si se enmarca el caso dentro del concepto de “crimen pasional” son: venganza, celos, pasión, amor, odio. Nunca aparecen las relaciones de poder, dominación, posesión. Los móviles del crimen son todos sustantivos que evocan o remiten a la vida privada, tapando concepciones instauradas socialmente, que son las que hacen que las víctimas en el 90% de los casos, sean mujeres.

Durante el primer semestre del 2010, según el registro que llevan desde “La Casa del Encuentro”, fueron 126 los femicidios denunciados, mientras que en el 2009 en el mismo período se registraron 90. Esto es un claro indicio, la violencia creció. Lo que podemos hacer es capitalizar este número que va en aumento y hacerlo noticia. Difundir para que cada vez más las víctimas que callan se animen a denunciar.

Los seres humanos poseemos cosas, objetos, no personas. Desde ahí surge el problema, la mujer es entendida no como un sujeto, sino un objeto; el crimen pasional tiene que ver con el poder que el hombre detenta sobre la mujer cosificada, convertida en una cosa, objetivada.

—Periodista de Revista Furias. Hacete fan de la revista Furias en Facebook,
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