Ante el silencio comprometedor de quienes aspiran a gobernar el Perú, es decir, los candidatos presidenciales; con un jefe de Estado que apadrina a un ministro de Salud, Oscar Ugarte, a todas luces incompetente, ineficaz, lerdo para los temas de su portafolio, no se sabe si también para otros igual de mentecato, la epidemia del dengue amenaza seriamente al cuerpo social de la nación. En tiempos de prevención científica, con medios de comunicación velocísimos ¿cómo es que puede estar ocurriendo esta plaga que en cualquier otro lado habría generado la expulsión del responsable a patadas?

No es desdeñable el asunto; dos informes médicos, provenientes de profesionales serios, con estudios profundos en temas de salubridad pública aquí y en el extranjero, nos llevan a conclusiones horripilantes y que se grafican en carpas de atención en los extramuros de varios hospitales del interior por la simple razón que los infectados por dengue ¡ya suman cientos! Y la epidemia crece de manera incontrolable. Hay derecho a preguntarse si el ministro Ugarte sabe lo que está ocurriendo y si en pleno conocimiento del angustiante fenómeno persiste en esa actitud de no hacer nada. ¿O está metido en otras dinámicas que apuntan al encarecimiento de las medicinas o es imprescindible para alguno de sus socios políticos que actúe como autista o como el monito que no ve, no oye, no habla? ¡Hay mucho pan por rebanar en el tema!

Tenemos información que desde noviembre del 2010, tanto el laboratorio de la marina de Guerra de EEUU (NAMRIB), como el Instituto Nacional de Salud (INS), advirtieron al despacho ministerial y a DIGESA sobre la amenaza que significaba el dengue si en ese momento no se tomaban acciones de tipo preventivo. ¡No se hizo nada! y el secretario general del Partido Humanista, Oscar Ugarte, nos debe una explicación ante la grave situación actual.

La epidemia cuenta en Loreto –prescindiendo de los miles de casos de Madre de Dios, San Martín, o San Ignacio- más de 8000 casos, 600 de ellos graves y hasta ahora 15 muertos (desgracias evitables). Los hospitales se encuentran abarrotados y han tenido que armar carpas con catres de campaña, a los alrededores para su atención. La severidad de los cuadros, tal como se esperaba, es mayor porque se trata de un virus nuevo. ¡Y lo peor del caso es que la llegada de este virus a la costa, es cuestión de días!

En los últimos años, ni siquiera en los muy recientes meses, a pesar de las previsiones meteorológicas y los informes recibidos, tanto el ministro como el director de DIGESA, se inhibieron de cualquier medida de control, ni de vectores ni de sus larvas.

No se llevó a cabo ninguna acción de movilización social cuando ésta es la única medida efectiva para controlar la diseminación explosiva, por eso es que continúan los residuos sólidos en las calles, los depósitos de agua destapados, la demora en la identificación de los síntomas en el hogar y el traslado tardío a los hospitales aún en situaciones graves

El MINSA ¡no coordina con las autoridades locales, con ESSALUD, ministerio de Vivienda para solucionar los problemas del agua potable y el saneamiento ambiental!

En pleno siglo XXI, los salubristas del mundo saben que en cualquier país la presencia de una enfermedad metaxénica, significa pobreza, subdesarrollo o, en el mejor de los casos, el fracaso en la gestión de su ministro de Salud.

La pasividad del ministro del ramo, Ugarte, se debe considerar como un atentado criminal contra la salud pública del Perú.

Y es que para llegar al actual riesgo de dengue que vive Lima y las ciudades de la costa, ha sido necesario abandonar cualquier tipo de medida de control de las larvas del mosquito Aedes por meses y años. Esta lenidad del MINSA ha hecho posible la amenaza del mosquito Aedes con su mortal carga de virus de cepa tipo II. Y es que una densidad de más del 5%, o hasta 22 como es el caso de Iquitos o de algunos distritos de Lima, no se consigue de la noche a la mañana; tiene que haberse incubado en años de abandono de la salud pública en las zonas pobres de Lima.

Actualmente, en la capital hay en determinados distritos, densidades suficientes para crear un riesgo grave de la epidemia de dengue, incluso de dengue hemorrágico ¡algo que jamás hemos vivido! Como máximo debería haber una densidad del 0.5%, pero en el caso de Lima hay zonas ¡donde hay actualmente más de 5%, es decir diez veces más de lo permitido! por la irresponsabilidad culposa del ministro Ugarte y del director de DIGESA.

Finalmente, hay que agregar unas palabras sobre el tema de los medicamentos. Perú, tiene el raro privilegio de ser el primer país de América donde circulan medicinas “bamba”*, que ponen en peligro la vida del ciudadano. Recién hoy se comprende que los laboratorios le sacan la vuelta con los precios al Estado.

Preguntamos ¿qué acciones concretas ha dispuesto su despacho, ministro Ugarte, para que los laboratorios sean sancionados por su FAENON DE PRECIOS que les ha significado millones de soles a sus arcas y miles de muertes de peruanos que no tuvieron dinero para pagar el alto costo de las medicinas?

¿Qué disposiciones tomó su portafolio, ministro Ugarte, para un CONTROL DE CALIDAD AUTENTICO DE TODOS los medicamentos que se venden en el mercado nacional?

¿Cuántas denuncias ha formulado contra los que venden medicinas “bamba”?

¿Hizo algo para cerrar CAPON CENTER, LAS MALVINAS MEDICAL CENTER Y EL HUECO DRUGS CENTER?

Señor Ugarte, usted es aliado del ciudadano norteamericano PPK que quiere ser presidente del Perú ¿qué hace en el Ejecutivo de un gobierno que no es el suyo?

¿Por qué razón se aferra al cargo?

¡Renuncie doctor Dengue Ugarte!

*Bamba: peruanismo que alude a una falsificación.