En días pasados, el 19 para ser más precisos, publicamos el siguiente artículo: SUNARP: ¡A río revuelto, ganancia de gerentazos! http://www.voltairenet.org/article169482.html
cuyas líneas centrales y de cuestionamiento público son las siguientes:

“Veamos. Según las magníficas y siempre atentas fuentes, el requerimiento de compra corporativa de siguiente formato postulado por Sunarp, específicamente por la gerencia aludida líneas antes, privilegia la información y garantía de las impresoras térmicas y no pregunta por la hoja de vida o desempeño público de las empresas, peruanas o extranjeras, que fabrican el documento vehicular.

¿Y de qué impresora térmica hablamos?: se trata de la marca Fargo y modelo HDP5000 que en Perú, por expresa designación de su fabricante vende en forma exclusiva, excluyente y directa, el consorcio Salmón y Salmón y Polysistemas.

El consorcio Salmón & Salmón y Polysistemas fabrica las licencias de conducir con material PVC cuya durabilidad es apenas de 2 a 3 años, cuando debiera garantizar, como las licencias que compra en Lima el MTC, ¡un mínimo de 10 años!

¿Cómo se explica que el requerimiento de compra corporativa de siguiente formato –como reza la fórmula de Sunarp a sus proveedores- privilegie el documento vehicular con material PVC más caro, menos duradero y suministrado para que trabaje con la impresora térmica Fargo HDP5000?”

Es bueno precisar que el área usuaria plantea las reglas sobre qué las características del hardware o insumos precisados. El encargado de solicitar las cotizaciones a los proveedores es el señor Marco Zapata Euribe a quien no alcanza ninguna otra responsabilidad de mayor calibre, actúa como un oficial de contacto para las comunicaciones institucionales y por expresa delegación de sus superiores.

Ratifícase, también, y la investigación sigue su curso, la predominancia o simpatía de que goza el consorcio Salmón & Salmón y Polysistemas por la simple razón que tiene a su cargo la confección de licencias de conducir en distintas partes del país y con especial apego a las impresoras Fargo model HDP5000 y al uso del PVC, insumos ambos que encarecen los productos finales. Se dijo, días atrás:

“Pero el PVC es más caro. Por ejemplo, la Región Arequipa compra las licencias de conducir al precio unitario de S/ 4.75 soles cada una y si el requerimiento fue de 140 mil, entonces lo gastado fue S/ 665,400. El MTC en Lima y Callao pagó por cada licencia de conducir (con garantía de 10 años de duración) la suma de S/ 1.786 c/u, es buen castellano, la Región Arequipa pagó una escandalosa demasía de ¡S/ 250 mil soles! ¿Cómo se llama a estos desequilibrios?

A estas alturas el lector estará preguntándose con preocupación si hay otros ejemplos tan abominables como el anterior en otras partes del país y es menester recordar que según los documentos oficiales de las Regiones acontece lo propio y con un único proveedor Salmón & Salmón y Polysistemas en Arequipa, Junín, Cusco, Cajamarca, Lambayeque, entre otras ciudades importantes.”

No se entiende que en lugar de abaratarse los productos, verbi gracia, licencias de conducir, al interior del país, éstas cuesten más caro que en Lima y fundamentalmente que las áreas usuarias se inclinen por hardware de mayor precio, demasía que paga el usuario final. Dándose por resultado que las licencias de conducir que emite el MTC en Lima ¡son más baratas que las del interior del país!

Algo similar se pretende hacer esta vez pero para un documento vehicular. El usuario asumirá el costo final mayor por un adminículo de menor durabilidad. El mundo al revés.

Daremos noticias pormenorizadas de este asunto extraño como de otros incubados por la administración que ya se va.