Señor Presidente de la Asamblea;
señor Secretario General;
señores miembros
de esta organización:

hace exactamente ocho años en este mismo ámbito y en
este mismo estrado, el presidente de mi país, doctor Néstor Carlos Kirchner,
apenas a cuatro meses de asumir como presidente de la República Argentina
con apenas el 22 por ciento de los votos, manifestaba ante esta Asamblea, y
dada la situación de nuestro país, la República Argentina, que había caído en
default en el año 2001, que tenía cifras cercanas a un cuarto de la población
sin trabajo, cifras de indigencia y pobreza superiores al 50 por ciento, planteaba
la necesidad, ya en ese momento, de la reforma de los organismos
multilaterales de crédito, especialmente el Fondo Monetario Internacional, y
también de los organismos políticos de esta honorable organización.
En cada uno de los cinco discursos que hice en estas Asambleas, como
también en las cuatro intervenciones, esta es mi cuarta intervención como
Presidenta de la República, hemos realizado las mismas apelaciones en un
mundo que ha cambiado sustancialmente desde aquel 2003 donde la
República Argentina parecía ser una oveja negra, alguien díscolo y descarriado
que había incurrido en el default por una conducta de incumplidores seriales.
En realidad habíamos sido víctimas de lo que yo denomino ser conejillo de
Indias de las experiencias de los años 90 de las políticas neoliberales. Mucho
ha pasado desde aquel momento de una Argentina que defaulteó la deuda más
grande, por lo menos hasta ahora, de toda la historia de la humanidad, 160.000
millones de dólares.

En estos 8 años la Argentina ha reestructurado su deuda haciendo una
reducción del 160 por ciento que comprendía del PSI, a menos del 30 por
ciento. Los índices de pobreza e indigencia se han reducido a un dígito y
todavía debemos seguir dando pelea. Tenemos un índice de desocupación que
es uno de los más bajos de toda la serie y hemos completado el ciclo de
crecimiento económico más importante en nuestros 200 años de historia.
De nuestra región, la América latina, países emergentes que hemos crecido en
estos últimos años, Argentina ha encabezado el índice de crecimiento y está
pagando regularmente su deuda sin recurrir a los mercados de capitales. Los
números no se los voy a decir todos, pero hay números que son muy
elocuentes.

En el año 2003 destinábamos un 2 por ciento de nuestro PSI a la educación y
un 5 por ciento al pago de la deuda. Hoy la Argentina dedica 6.47 de su PSI a
la educación y un 2 por ciento de su PSI al pago de la deuda.

La situación en el mundo hoyes sustancialmente diferente, tenemos
numerosas regiones y países en severos problemas. La Argentina no pretende
erigirse en modelo ni ejemplo de nadie, pero sí volver a ratificar la necesidad de
formular claras reglas en materia de transferencia de capitales, en materia de
especulación financiera.
Muchos aquí que han intervenido, y seguramente otros que lo harán, se han
quejado de la especulación financiera con commodities, sobre todo en el sector
de alimentos. Señoras y señores, cuando uno observa el crecimiento del stock
financiero global en relación al PSI global también, es decir a lo que
producimos en bienes y servicios el conjunto de los ciudadanos y empresas del
mundo, puede advertir claramente el porqué estamos frente a un mundo donde
la especulación parece no tener freno y trasladarse de un lado hacia el otro y
de un país o de una región hacia la otra afectando monedas, economías y
también la vida cotidiana de los ciudadanos, destruyendo trabajos, impidiendo
que tengan una educación digna, que tengan salud.

Si uno observa la relación entre PSI global y stock financiero en la década del
80 ésta era una relación de 1 punto 1. Es decir, había un stock financiero que
era 1 punto una vez igual a lo que producía el mundo en bienes y servicios. A
partir de la década del 90 estas cifras se disparan geométricamente y se llega
al año 2008 a que el stock total financiero, el activo financiero en el mundo sea
3.6 el PSI global, ese formidable spread entre lo que producimos y lo que está,
en lo que yo denomino la economía del enter, porque en realidad si vamos a
buscar esos activos son solamente apretar la regla enter en una computadora y
trasladarse de un lugar a otro, de una moneda a otra y producir una volatilidad
como nunca se ha visto en los mercados y crisis recurrentes donde las bolsas
suben y bajan todos los días, creando la destrucción de miles de trabajos, pero
también formidables rentabilidades que alguien se lleva.

Nosotros queremos reiterar una vez más, a la luz de nuestra propia
experiencia, que reitero, no pretende erigirse en modelo, la necesidad de que
los organismos multilaterales de crédito trabajen muy fuerte en una regulación
en materia de movimientos de capitales a nivel global y en materia de
especulación financiera. Sin esto va a ser imposible alcanzar la tan mentada
estabilidad en los mercados y por lo tanto abordar, tanto de las economías
emergentes que hemos venido sosteniendo el crecimiento de la actividad
económica mundial, como también de los países desarrollados.

Es clave que esto sea entendido, porque hoy puede ser especulación sobre los
alimentos, ayer lo era sobre el petróleo y mañana lo puede ser sobre las
pastillas de menta si esto da rentabilidad y coloca en un posicionamiento a
estos capitales que se trasladan sin ningún tipo de control ni regulación de un
lado a otro del mundo.

En esto debo decir, que cuando como miembro del G-20, en la reunión de
Londres, se decidió inyectar una formidable cantidad de recursos financieros
precisamente al sector financiero que tenía problemas, sostuve en aquella
oportunidad que era necesario garantizar que esos recursos que se inyectaban
al mundo financiero pudieran ser volcados luego a la economía real, a la
economía concreta para poder generar trabajo, generación de productos, de
servicios.

Lamentablemente seguimos en la misma situación porque más allá de cambios
a los que califico absolutamente de cosméticos, no se ha profundizado en la
regulación que es necesaria. Es más, las calificadoras de riesgo, grandes
responsables de muchas de las cosas que han pasado, califican por ejemplo a
la Argentina como una economía marginal y calificaban hasta hace muy poco
tiempo a economías que están a punto de caer en default, en deudas mucho
mejor calificadas que la que tenía la Argentina. Se exige también entonces una
evidente regulación sobre las calificadoras de riesgo que han tenido también
una gran responsabilidad en la crisis que hoy vivimos en determinadas
regiones y que obviamente va a impactar en todos los países.
No nos pone contentos el haber acertado pedir durante tanto tiempo la
modificación, la reformulación de los organismos multilaterales de crédito. Al
contrario, creemos que debía ser una tarea que ya estuviera empezada, que ya
estuviera formulada para precisamente poder evitar esto que estamos viviendo
ahora, y que para algunos son números en las Bolsas, pero que para los otros
son destrucción de esperanzas de vida.

y también decir, como lo decía el otro día con un colega cuando me tocó visitar
Europa, que siempre las crisis económicas terminan impactando en los
sistemas políticos.

No hay posibilidades de profundas crisis económicas donde la gente pierda su
trabajo, donde millones caigan en la miseria, donde millones de personas
pierdan su trabajo, su casa su educación, su salud, sin que esto implique
también profundas transformaciones políticas. Y cuando estas
transformaciones políticas sobrevienen producto de grandes crisis económicas,
hay experiencias que evito comentar, han surgido totalitarismos muchas veces
durante el siglo XX producto de crisis que no han sabido resolverse
adecuadamente desde la política.

También pedir una vez más la reforma de esta importante organización que
representa la multilateralidad, algo que hemos defendido consecuentemente
siempre, la necesidad de un mundo más plural, más diverso y de democratizar
los organismos políticos como Naciones Unidas y fundamentalmente su
Consejo de Seguridad. Nosotros no compartimos la necesidad de ampliar los
miembros permanentes, al contrario, creemos que es necesario eliminar la
categoría de miembros permanentes y también eliminar el derecho de veto que
impide realmente que este Consejo de Seguridad cumpla con la verdadera
función que tuvo cuando fue pensado en un mundo bipolar, en donde era
necesario el derecho de veto porque el mundo bipolar, el temor al holocausto
nuclear, daba en ese derecho a veto de los miembros que lo integraban el
equilibrio necesario para contemplar la seguridad de la humanidad; hoy ese
equilibrio está roto y ese lugar permanente y ese derecho de veto no son para
defender la seguridad o la estabilidad universal sino muchas veces para
posicionamientos de los miembros que lo integran y que hacen ejercer su
derecho.

El último discurso en que intervine aquí creo haberlo terminado pidiendo que
me gustaría mucho que este año Palestina tuviera el lugar número 194 en el
concierto de Naciones Unidas. (Aplausos). Mi país, la Argentina, como la
mayoría de los países de la América del Sur, ha reconocido al Estado de
Palestina. Yo creo sinceramente que impedir el ingreso de Palestina puede ser
visto tal vez por algunos como algo beneficioso para el Estado de Israel, pero
déjenme decirles, desde la autoridad que nos da ser un país que ha sufrido el
flagelo del terrorismo internacional, que impedir que Palestina forme parte de
esta Asamblea es seguir dándole coartadas a los que ejercen el terrorismo a
nivel internacional y que encuentran en este desconocimiento precisamente
una de sus falsas argumentaciones para incurrir en sus crímenes. Creo que la
no inclusión de Palestina en este año lejos de dar mayor seguridad y
estabilidad al mundo va a crear mayor inseguridad y condiciones
absolutamente desfavorables para lo que debe ser el prestigio de un cuerpo
que debe representar los intereses de todos los ciudadanos globales. Por eso
ruego que Dios ilumine a quienes tienen que tomar esta trascendental y
estructural decisión en el mundo para lograr mayor equilibrio y que Palestina
pueda tener este año su asiento número 194; estoy segura que de así lograrlo
vamos a contribuir a vivir en un mundo no solamente más seguro sino también
en un mundo más justo.

Precisamente también, y casi concatenado con esta situación que veníamos
describiendo acerca de lo que significa la injusticia de ese ejercicio del derecho
a veto para determinados países, cinco para ser más precisos, en el Consejo
de Seguridad, venimos una vez más aquí al seno de Naciones Unidas a
plantear una cuestión también vital, no solamente para los argentinos.

Malvinas, la cuestión de soberanía sobre Malvinas es también una prueba de
fuego para este cuerpo, si es posible cumplir con una política que realmente
tenga que ver en la multilateralidad y la obligación por parte de todos los
miembros de aceptar las resoluciones de esta Asamblea. 10 resoluciones de
esta Asamblea han convocado al Reino Unido de la Gran Bretaña y a mi país a
sentarse y a negociar, a conversar sobre nuestra soberanía. Téngase en
cuenta que la Argentina no está demandando que se cumpla esta resolución
bajo el reconocimiento de la soberanía, no, simplemente está pidiendo que se
cumpla con alguna de las 10 resoluciones de Naciones Unidas en este sentido.
Tal vez también podríamos enumerar las 29 resoluciones del Comité de
Descolonización, las 11 resoluciones y 8 declaraciones de la Organización de
Estados Americanos; las resoluciones que también distintos foros, desde foros
iberoamericanos, desde la Unasur, desde el MERCOSUR, desde el Encuentro
de Países Arabes, Africano, del mundo entero reclamando a través de
resoluciones y declaraciones el tratamiento de esta cuestión, yel Reino Unido
negándose sistemáticamente a hacerlo y obviamente utilizando para ello su
condición de miembro del Consejo de Seguridad con derecho a veto.

En el año 2013 se van a cumplir 180 años de que los argentinos fuimos
desalojados manum militari de nuestras islas Malvinas, el año próximo se van a
cumplir 30 años de un episodio sobre el cual pivoteó el Reino Unido, cometido
por la más terrible dictadura de la que se tenga memoria y de la cual también
fuimos víctimas los propios argentinos. Y me enorgullezco también de ser el
gobierno que en materia de derechos humanos y juzgamiento a los
responsables de crímenes y genocidios sea un ejemplo en el mundo en este
sentido. Por eso creo que asentarse en aquel episodio no es más que otra de
las tantas coartadas para no cumplir con las resoluciones de Naciones Unidas,
y lo que es peor, yo pido a todos que se miren en el espejo de un mundo que
viene donde van a ser necesarios recursos naturales y ver cómo hoy nuestros
recursos naturales pesqueros y petroleros son sustraídos y apropiados
ilegítimamente por quien no tiene ningún derecho. Obviamente creo que no
hace falta recalcar que nadie puede alegar dominio territorial a más de 14.000
km de ultramar, está claro que es una ocupación ilegítima. Pero igualmente
convocamos una vez más al Reino Unido a cumplir con las resoluciones de
Naciones Unidas; en estos días se han producido verdaderas provocaciones,
ensayos misilísticos en mayo y julio que fueron denunciados inclusive ante la
aMI, que también sufrió uno de esos ataques. Yo quiero transmitir una vez más
a esta Asamblea y también al Reino Unido el interés argentino en el diálogo,
pero también es cierto que ha transcurrido mucho tiempo y que manifestamos
ante esta Asamblea que vamos a esperar un tiempo razonable más, pero que
si no, nos vamos a ver obligados a comenzar a revisar los entendimientos
provisorios aún vigentes haciendo especial hincapié en que la cuestión de la
soberanía debe estar incluida en esas obligaciones.

Ustedes se preguntarán a qué me refiero: a la declaración conjunta y canje de
notas del 14 de julio de 1999 cuando se dispuso la reanudación de un vuelo
regular semanal operado por la empresa LAN Chile entre Punta Arenas-Islas
Malvinas con dos escalas mensuales, una en cada dirección, en Río Gallegos.
La Argentina no tiene intenciones de agravar la situación de nadie, pero
también es justo que esta Asamblea y que el Reino Unido tome conciencia de
que es necesario dar cumplimiento a las resoluciones. No podemos estar 180
años, 30 años, como no puede estar Palestina peregrinando durante décadas y
décadas para tener un lugar en el mundo y menos aún los argentinos para
reclamar este territorio que legítimamente nos corresponde.

No quiero terminar sin referirme también a un tema que ha sido incluido en
todas las intervenciones que nos cupieran desde año 2003 a la fecha al
presidente Kirchner y a quien les habla.

Yo les decía hace unos instantes, cuando hablaba del tema de Palestina, la
autoridad -si es que nos da autoridad por así decirlo- que nos da el hecho de
ser uno de los dos únicos países que en territorio americano ha sufrido
agresión del terrorismo internacional. En dos oportunidades, en 1992, en la
voladura de la embajada de Israel en la ciudad de Buenos Aires y, luego, en
1994 en la voladura de la AMIA que es una de las organizaciones sociales más
importantes de la Argentina. Y fíjense que no hago hincapié en que sea de la
colectividad judía, digo de la Argentina, porque fue un ataque claramente a la
Argentina.

Hemos venido reclamando que, en virtud de lo dispuesto por la justicia
argentina, la República Islámica de Irán se someta a la jurisdicción y permita
precisamente que quienes están acusados de haber intervenido, con algún
grado de participación en el atentado de la AMIA, puedan someterse a la
Justicia.

El año pasado lanzamos desde aquí una propuesta que era que si no
confiaban en la Justicia de nuestro país, podíamos adoptar lo que había
sucedido en el caso Lockerbie y elegir un tribunal de un tercer país, de común
acuerdo entre ambos, para poder allí desarrollar lo único que venimos
reclamando que es justicia. Nos plantamos en esto porque es una demanda
universal que no reconoce color político y en una palabra "justicia" que puede
encontrarse en el Talmud, en la Biblia, en el Corán y para los que no creen en
nada, seguramente también en la Constitución de sus países.

El Gobierno argentino ha recibido el día 16 de julio un mensaje de la Cancillería
iraní que culmina expresando su intención de cooperar e iniciar un diálogo
constructivo con la Argentina para ayudar a llegar a la verdad en relación con el
brutal atentado cometido contra la mutual israelita el 18 de julio de 1994.
El mensaje que se ha recibido de Irán, si bien significa un cambio de actitud del
gobierno, no constituye en sí mismo una satisfacción a nuestros reclamos que,
como lo he dicho con toda claridad, son los de justicia. Sin embargo, se trata de
un ofrecimiento de diálogo que la Argentina no puede ni debe rechazar.

Estamos aquí, en este lugar también, reclamando diálogo con el Reino Unido y
reclamando diálogo entre todos los sectores que conforman este Cuerpo.

Argentina lo hace en el contexto de su apego al cumplimiento de la obligación
de resolver las controversias por medios pacíficos, actitud que la ha
caracterizado en toda su historia como nación.

Esta posición en modo alguno supone que la República Argentina deje de lado
los requerimientos emanados de la Justicia nacional en relación con el
juzgamiento de los presuntos responsables de cometer tal atentado. No
podríamos hacerlo, por otra parte, porque esto depende de jueces y fiscales.
Lo que sí queremos decir es que creemos que ese diálogo debe ser
constructivo, que debe ser un diálogo sincero y que debe tener resultados para
poder ser creíble y, por lo tanto, no ser entendido simplemente como una
maniobra dilatoria o distractiva.

Quiero finalmente culminar mi intervención. A veces cuando pienso todas las
cosas que nos han pasado a los argentinos es como lo que les ha pasado a
muchos países en distintas etapas, pero a nosotros nos ha pasado en nuestro
territorio, en nuestra historia y a nosotros: la debacle económica y social más
terrible de la que se tenga memoria; todavía también tenemos una potencia
que ejerce colonialismo en nuestro país, el terrorismo internacional nos eligió
dos veces como destinatario de sus ataques. Es como que si uno se pusiera a
pensar, hubiéramos concentrado todos los problemas, las tragedias y las
miserias de este mundo en un solo territorio.

Nuestra posibilidad de recuperación en lo económico, nuestra incansable e
imprescriptible lucha por recuperar lo que es nuestro y también la
imprescriptible demanda para reclamar justicia para las víctimas de los
atentados y la fortaleza con la cual hemos emergido de todas esas tragedias,
me da la confianza y la certeza que es, precisamente, el camino que hemos
elegido: el de lograr crecimiento con inclusión social para nuestros
compatriotas, el de lograr el respeto irrestricto a los derechos humanos con
juicios por la memoria, por la verdad y por la justicia; el lograr también estar hoy
acompañada aquí, como Presidenta de todos los argentinos, por familiares de
las víctimas del atentado de AMIA, que confían en que el Gobierno va a seguir
haciendo lo que siempre ha hecho, que es defender precisamente los valores
de la verdad y la justicia, lo que me hace sentir grandes esperanzas para que
Dios ilumine a todos los que tengan que tomar decisiones, no en vistas a las
elecciones, sino en vista al destino del mundo en las próximas décadas.

Por eso quiero saludar a todos y cada uno de los que hoy han hecho uso de la
palabra, a los que también lo harán, y agradecer a todos ustedes el apoyo que
a cada una de estas causas han brindado a mí país la República Argentina.

Muchas gracias y que Dios los guarde a todos.