Los enfrentamientos en Siria no son provocados por las autoridades sino por la oposición armada. Es necesario buscar de manera insistente, sin ultimátum alguno, los compromisos consensuados para superar la crisis en el país. Así lo declaró el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov.

“Sin duda alguna, lo que está pasando en Siria nos preocupa cada vez más. La gente armada se porta de manera muy violenta con los civiles. Y esto cada vez más se refiere no a la acciones de las autoridades sino a la actitud de los grupos armados que provocan los disturbios”, proclamó el diplomático ruso desde Moscú.

También agregó que entre los grupos armados se encuentran ciudadanos extranjeros mientras que las armas llegan desde el exterior. Además, el ministro hizo un llamado a todos los países que tienen influencia sobre alguno de los dos poderes opositores en Siria, exigiendo que ayuden a frenar la violencia en el país.


Masiva manifestación popular a favor del actual presidente sirio el cual quiere ser derrocado por los países occidentales, principalmente EEUU, Francia e Inglaterra.

ONU: crímenes contra la humanidad en Siria

El Gobierno de Siria estuvo involucrado en numerosos crímenes contra la humanidad durante la represión de las protestas antigubernamentales, según concluyó una comisión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

En el informe, los expertos denunciaron la política de detención general arbitraria de manifestantes, de torturas y violaciones a los prisioneros y de ciertas órdenes para disparar contra las multitudes y pidieron un embargo de armas contra Siria.

Comentando el documento, Lavrov hizo hincapié en que ese texto no refleja la visión de la ONU, ya que fue revelada por los secretarios y no por los órganos oficiales. Además, precisó que Rusia sigue oponiéndose a la imposición de un embargo de armas contra el país.

Las sanciones de la Liga Árabe, aprobadas bajo la presión de Estados Unidos y Occidente, y la exigencia de Francia de establecer un "corredor humanitario" aumentaron la presión internacional sobre el régimen de Damasco, para que ponga fin a la represión de la revuelta popular, que, según indica la ONU, dejó más de 3.500 muertos.

Fuente: RT, 29.11.2011.