23. junio, 2011
Autor: Álvaro Cepeda Neri * Conjeturas

Y es material para la discusión de un problema que tiene a nuestra Nación, con su país integrado por la sociedad, los gobiernos de los tres poderes y al Estado, entre la espada del creciente y desafiante narcotráfico y la pared de un militarismo que puede virar al golpismo, imponiendo un Estado militar si su papel de policía, a salto de mata entre la Constitución y los derechos humanos, sigue cosechando más de los 44 mil homicidios que lleva y ningún resultado favorable a la seguridad.

Examinar el mapa-organigrama pone de relieve que el crecimiento y expansión de los cárteles mexicanos realmente es “la única industria floreciente en el sexenio de Felipe Calderón”, y su empresario y capitalista (con al menos 1 mil millones de dólares), el Chapo Guzmán, quien misteriosamente “escapó” de una cárcel de alta seguridad en el sexenio de Fox y ya superó a Al Capone, consolidando el imperio de las drogas mexicanas a través del mercado libre de la globalización, que surte el consumo de no menos de 100 millones de estadounidenses. Y este país, para asegurarse esas exportaciones, surte de armas a los sicarios de las drogas. Un toma y daca.

El mapa ha de estar sobre el escritorio de Calderón (en su búnker, en los sótanos de Los Pinos) y en el escritorio del secretario de la Defensa, del titular de Marina. No así en el de García Luna, quien sólo da palos de ciego, con el saldo de cientos de miles de “daños colaterales”, porque es un documento que precisa información periodística, pues la oficial permanece secreta. La investigación de Contralínea muestra que el centro de gravedad en expansión comercial de las drogas es México; y exhibe el lavado de dinero en una banca “mexicana” en manos de banqueros extranjeros con ganancias millonarias en dólares, dejando ver que estamos en un problema descomunal, gravísimo, por sus implicaciones sociales, económicas y políticas.

El mapa es la representación de un desastre, pues los capos y su floreciente negocio mundial, pueden controlar al Estado e incluso hacerse del gobierno, y la otra cara de una moneda que está en el aire, es el golpe militar. El país está atrapado por el narcotráfico y éste suelta el terror y las matanzas para presionar a la sociedad, exhibiendo al calderonismo como un fracaso al cuarto para las doce de su final sexenal… “tenemos ante nosotros… una noche polar de una dureza y una oscuridad heladas, cualquiera que sean los grupos que ahora triunfen”, en la disputa por la sucesión presidencial, salvo que entre los protagonistas de esa lucha del poder por el poder para compartirlo con los capos, aparezca un Estadista que le imprima un viraje histórico a la Nación.