En la Secretaría de Turismo (Sectur) podrían existir omisiones deliberadas en los programas básicos de turismo sustentable, señala la Auditoría Superior de la Federación (ASF). En su auditoría de desempeño para fiscalizar la planeación, regulación y desarrollo de la sustentabilidad turística, también observa que la dependencia –encabezada Gloria Guevara Manzo– habría fracasado en los objetivos establecidos por el Plan Nacional de Desarrollo, el cual se propuso hacer de México un país líder en actividad turística en el periodo 2007-2012; y optimizar y proteger el uso de recursos naturales y culturales en el periodo 2001-2006.

El desempeño de la Sectur quedó al margen de lo establecido en la Agenda 21, programa de turismo sustentable en el que participan distintos países en conjunto con la Organización de las Naciones Unidas.

La Sectur, que se había fijado metas de turismo sustentable para la protección del ambiente y el crecimiento económico del sector, descuidó los programas que le permitirían alcanzar su objetivo, indica el Informe del resultado de la fiscalización superior de la Cuenta Pública 2010, de la ASF. La dependencia no respondió a las demandas del Plan Nacional de Desarrollo ni a las de la Agenda 21; no designó Zonas de Desarrollo Turístico Sustentable y presentó irregularidades en la designación de Pueblos Mágicos.

El impacto de tales incumplimientos no sólo es económico, sino también social. “El turismo sirve para combatir la pobreza, generar desarrollo social, mejorar las condiciones de vida y no solamente para el crecimiento económico”, explica el diputado Carlos Manuel Joaquín González, presidente de la Comisión de Turismo.

Por ello, el dictamen de la auditoría fue negativo. El máximo órgano fiscalizador del país determinó: “la Sectur no cumplió con las disposiciones normativas aplicables respecto de la conducción de la política de sustentabilidad turística y del objetivo de hacer de México un país líder en la actividad turística.”

Programas laxos y metas no cumplidas

A pesar de que la Secretaría de Turismo se habría propuesto trabajar en Zonas de Desarrollo Turístico Sustentable, durante 2010 no se presentaron solicitudes para la declaratoria de nuevas áreas. La ASF advierte que la responsabilidad recae en la propia Secretaría, pues se detectó que ésta no emitió el reglamento con características y especificaciones necesarias para otorgar nombramientos. Esta omisión derivó en la inexistencia de solicitudes por parte de las entidades federativas.

El turismo de naturaleza también se vio afectado por la laxitud de los programas de la Sectur. Aun cuando éste se había anunciado como una de las vertientes prioritarias, la dependencia no estableció metas en 2010 para evaluar sus resultados en esta materia.

Además, no evaluó las 17 solicitudes sobre destinos de turismo de naturaleza que le fueron presentadas, a pesar de que 11 de ellas se encontraban dentro de las Zonas Prioritarias para el Desarrollo de Turismo de Naturaleza.

A partir del ejercicio fiscal 2010, también quedaría al descubierto la falta de colaboración de la Sectur para el mejoramiento de las zonas de alta marginación. Y es que la dependencia encargada de fomentar el turismo incumplió los objetivos que asumió en el Programa Especial Concurrente (PEC) para el Desarrollo Rural Sustentable.

El PEC se integra por 17 dependencias del gobierno federal que trabajan para generar empleos, garantizar el bienestar de la población campesina y su incorporación al desarrollo nacional. Tienen prioridad las zonas de alta y muy alta marginación.

La Secretaría de Turismo adquirió el compromiso, en el marco del PEC, de construir 30 circuitos y equipar 40 Áreas Naturales Protegidas, y destinarlas al turismo de naturaleza al próximo diciembre. Sin embargo, al cierre de 2010 la Sectur, en coordinación con el Fondo Nacional de Fomento al Turismo, no presentó avance alguno ni en la construcción de los circuitos ni en el equipamiento de las Áreas Naturales Protegidas. Estos resultados llevaron a la ASF a determinar que “la Sectur no contribuyó al desarrollo del turismo de naturaleza en las zonas rurales”.

Además, de acuerdo con el marco regulatorio del Foro Económico Mundial, México decreció en sus niveles de desarrollo. Esta medición se realiza a partir de cinco parámetros que evalúan el desarrollo de los países en cuanto a: 1) reglamentación (inversión extranjera directa, derechos de propiedad, tiempo para abrir un negocio); 2) sustentabilidad del medio ambiente (emisiones de dióxido de carbono, especies amenazadas, aplicación de la normativa ambiental); 3) seguridad (confiabilidad de la policía, costo de la violencia en los negocios); 4) salud (cobertura médica, camas de hospital, mejores condiciones de higiene); 5) la priorización de viajes a países con atractivos turísticos (llegada de turistas, ingreso de divisas, prioridad del turismo para el gobierno, efectividad de la promoción para atraer turistas).

Como resultado de dicha evaluación se evidenció que México no consiguió ubicarse en la posición 31 que se había propuesto para 2010. Por el contrario, el desarrollo de México, conforme a los parámetros del Foro Económico Mundial, cayó 26 posiciones: del lugar número 48 pasó al 74.
Un fracaso más de la dependencia de turismo quedó al descubierto en el Índice de regulación ambiental. El objetivo era colocar a México en la posición 69 a nivel mundial; sin embargo se constató que el país sufrió una caída de 67 posiciones en lo que va de esta administración panista. Ahora ocupa el lugar número 114 en el ranking de las naciones evaluadas en cuanto a regulación ambiental.

Turismo sustentable en el olvido

Los resultados de las estrategias de turismo sustentable reflejarían el abandono que ha sufrido el sector. La Secretaría de Turismo omitió generar instrumentos para medir y evaluar la eficacia de sus programas y políticas, específicamente en turismo sustentable. Esta política de sustentabilidad incluye todas aquellas acciones encaminadas a generar un bajo impacto ambiental y cultural y a preservar estas áreas.

Contrario a su desempeño, la misma Secretaría de Turismo en su página oficial cita la importancia de contar con indicadores que faciliten la medición y evaluación de los programas: “el primer paso de la Agenda 21 es la aplicación de un sistema de indicadores, instrumento que permite medir y monitorear las condiciones de cada destino, es decir, contar con una fotografía que sea muy fácil de entender por todos los actores”.

En colaboración con la Organización de las Naciones Unidas, México se unió al Programa Agenda 21. El objetivo de éste es buscar que los países participantes emprendan acciones para solucionar problemas ecológicos derivados de las actividades económicas, el turismo entre ellas.

Sin embargo, la Sectur se mantuvo al margen de la Agenda 21 al no aplicar el programa establecido para el turismo mexicano durante 2010. Contradictoriamente, esta dependencia asegura en su sitio de internet que su objetivo es seguir la Agenda 21 mediante “estrategias y acciones en el corto, mediano y largo plazo, para fortalecer la dinámica de los destinos turísticos, trabajar hacia el desarrollo sustentable de la actividad, consolidando el bienestar del ser humano, preservando el medio ambiente y la cultura, así como optimizando los beneficios económicos y sociales de las comunidades”. A pesar de pronunciarse a favor de un turismo sustentable que preserve las áreas naturales y culturales, el desempeño de la Secretaría de Turismo estaría reflejando lo contrario.

Otras evidencias de la omisión en la que ha incurrido la Sectur en materia de sustentabilidad turística se encuentran en dos casos específicos: no presentó el reglamento con el procedimiento y los requisitos necesarios para la declaratoria de las Zonas de Desarrollo Turístico Sustentable. En un caso más, la dependencia tampoco emitió el reglamento para establecer el ordenamiento turístico del territorio. Éste es fundamental para mantener el enfoque de turismo sustentable que la Sectur se había propuesto alcanzar. El ordenamiento turístico del territorio es el que regula el uso de suelo y las actividades productivas necesarias para el aprovechamiento ordenado y sustentable de los recursos turísticos.

Asimismo, dicha dependencia no estableció mecanismos para evaluar las acciones de colaboración con otras dependencias como la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Con la primera de ellas se estableció una colaboración para la señalización de las Zonas de Desarrollo Turístico Sustentable en las vías federales. Con la segunda, una colaboración para la preservación de recursos naturales y culturales y la certificación de Pueblos Mágicos. “Sin embargo, en realidad la coordinación de acciones entre las dependencias ha sido y sigue siendo una tarea pendiente; a lo más que se ha llegado en estos años es a la coincidencia presupuestal”, advierte Gustavo López Pardo, investigador en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El máximo órgano fiscalizador también revela que la Secretaría de Turismo estableció 18 indicadores para evaluar el crecimiento de este sector tomando en cuenta turistas nacionales, turistas internacionales, ingreso de divisas, gasto medio por turista internacional, crecimiento anual del producto interno bruto turístico, inversión total privada, promedio de empleos formales generados en el sector turismo por año y porcentaje de mujeres ocupadas en este mismo ramo. Sin embargo, a pesar de haber establecido indicadores, la dependencia no se fijó las metas que alcanzaría con ellos. Es decir, no existió un punto hacia el cual encaminar los esfuerzos de la Sectur. El resultado es que al cierre de 2010 los indicadores de llegada de turistas, ingreso de divisas y gasto medio no han logrado tener un avance gradual. Por el contrario, han caído.

El descuido de los programas, las políticas laxas de sustentabilidad turística y la falta de colaboración con dependencias federales y estatales provocaron que, desde 2007 y hasta 2010, México ocupara la décima posición en el ranking mundial de turismo. El objetivo de hacer a México un país líder en actividad turística no se logró.

El turismo cultural, parte medular de los objetivos establecidos por la Sectur, quedó igualmente en el olvido. La dependencia fiscalizada no documentó las localidades susceptibles de ser nombradas Pueblos Mágicos (aquellas localidades que tienen atributos históricos, leyendas y tradiciones que las dotan de una particular riqueza en sus manifestaciones sociales y culturales). Carlos Manuel Joaquín, presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados, asegura que “a la Secretaría [de Turismo] le ha faltado impactar ese rubro [turismo cultural] que puede generar un mayor número de llegadas internacionales, a través de promoción turística, de tratos, de la forma de otorgar visas, de conectividad aérea”.

Además, la Sectur no formuló un sistema de control para verificar el cumplimiento íntegro de los requisitos necesarios para el nombramiento de Pueblos Mágicos. De igual forma, se evidenció que esta dependencia no cuenta con la documentación que acredite la entrega de los nombramientos ni la renovación de los ya existentes.

Hasta el día de hoy, aún existen dos entidades federativas (Baja California y Durango) que no han recibido nombramientos de Pueblos Mágicos y se mantienen a la espera de ser alcanzados por los programas para el fomento de turismo cultural de la Sectur.

Si bien los indicadores de turismo sustentable reflejan el descuido en los programas de la Secretaría, los números confirman la percepción. Luego de la fiscalización que sufrió esta dependencia, se detectó que, de 2007 a 2010, México pasó de la posición 18 a la 23 de 50 países evaluados en cuanto a ingreso de divisas, documenta la ASF. Las divisas decrecieron a una tasa de 2.7 por ciento anual, y la participación mundial de México en materia de turismo disminuyó de 1.7 por ciento a 1.5 por ciento al cierre de 2010.

La Auditoría Superior de la Federación sentencia que “en esta materia no se avanzó cabalmente en el cumplimiento del objetivo de hacer de México un país líder en la actividad turística.” A decir de Gustavo López Pardo, investigador de la UNAM, “los turistas que más gastan no son los que logramos atraer”.

Un análisis de López Pardo sugiere que de acuerdo con el comportamiento de las estadísticas en materia de turismo, México no parece encaminarse hacia los objetivos propuestos para 2010 ni para 2018: “es difícil creer la viabilidad de estrategias como las contenidas en el Acuerdo Nacional por el Turismo que se firmó en febrero de 2011, que entre otras cosas pretende colocar a México entre los ’cinco principales países en materia turística’ para 2018. Esto solamente implicaría que la llegada histórica de turistas internacionales creciera 123 por ciento y que la captación de ingresos por turismo extranjero aumentara en 236 por ciento, lo que sin duda representaría dar un salto cuantitativo inédito en la historia del turismo”.

Luego de la fiscalización de la que fue objeto la Secretaría de Turismo, quedaría al descubierto la inoperancia de los programas de esta dependencia. Además, ante la prioridad que representan los temas de sustentabilidad, la respuesta de la Sectur sería insuficiente y limitada. A decir del diputado Carlos Manuel Joaquín, el descuido en los programas de turismo cultural y de naturaleza afectaría gravemente la economía nacional: “el impacto cultural sería muy fuerte, pues el 75 por ciento de los turistas en el mundo se mueven por aspectos culturales […] y el impacto económico sería muy fuerte también”.

El análisis de Gustavo López Pardo confirma el resultado de la Auditoría Superior de la Federación, pero plantea una solución al problema que azota al turismo en México: “Nos encontramos en una gradual pero constante pérdida de competitividad del sector turístico mexicano […]. En este contexto, el turismo alternativo en México y ahora el denominado turismo [de] naturaleza son una opción más de desarrollo en el campo, debido a que como país [México] cuenta con amplios y diversos atractivos naturales y culturales que pueden constituir una oferta altamente competitiva de productos turísticos”.

Por medio de la Dirección de Información de la Secretaría de Turismo a cargo de Arturo Tornel, se buscó entrevista con la directora general de Desarrollo Turístico Cultural y de Salud, María Clara Barreneche; el subsecretario de Operación Turística, Fernando Olvera; y el director general adjunto de Desarrollo de la Demanda Turística, Raúl Contreras; sin embargo, al cierre de esta edición no hubo respuesta.

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