1. julio, 2012 Autor: José Enrique González Ruiz* Opinión

La Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) es la única en el país que imparte licenciaturas a los internos en centros de reclusión. Con ello y con sus demás actividades, cumple su misión consistente en ampliar las oportunidades de educación superior, desarrollando un proyecto innovador, con plena garantía de libertad académica y de pluralidad de pensamiento. Contribuye también al desarrollo cultural, profesional y personal de sus estudiantes (en este caso personas privadas de la libertad), dándoles la seguridad de una formación de alta calidad y respondiendo con ello al compromiso que la institución tiene con la sociedad.

El Programa de Educación Superior en Centros de Readaptación Social (Pescer) inició la impartición de la carrera de derecho en el primer semestre de 2007. Un entusiasta grupo de maestras y maestros se echó a cuestas la tarea de formar juristas entre la población de las cárceles de la capital que tuviesen la vocación y las condiciones requeridas. A cinco años tienen ya sus primeros frutos, pues hay un titulado y 17 pasantes están en la fase de conclusión de tesis para luego presentar el examen de grado. Además, la carrera se imparte en ocho de los 10 reclusorios con una importante regularidad.

El plan de estudios es novedoso, pues se propone orientar la formación del profesional del derecho hacia los derechos humanos. Casi en ningún otro sitio es más sensible el tema de la violación a las prerrogativas esenciales de la persona, por lo que esa propuesta académica tiene una gran acogida entre el estudiantado, incluyendo a los que han recuperado la libertad después del comienzo de los cursos.

Las autoridades del Distrito Federal manifiestan que el Pescer contribuye a cumplir con el objetivo de lograr la reinserción de los reclusos a la sociedad, porque les proporciona una ocupación intelectual y los capacita en el manejo de las herramientas jurídicas.

El desgaste de los docentes

Impartir clases presenciales de nivel profesional en los centros de reclusión es una labor altamente compleja. A las naturales circunstancias que rodean la labor docente en la licenciatura (trabajar con adultos que tienen ya un bagaje cultural, en un ambiente de exigencia de calidad, con colegas que gozan de gran prestigio en la profesión, etcétera) hay que añadir cuando menos las siguientes:

1. El ambiente de los reclusorios es pesado, pues se ingresa a un espacio donde hay personas a las que la sociedad aísla por considerarlas peligrosas

2. Los centros de reclusión están sobresaturados, lo que hace que el docente se tope con multitud de internos en el trayecto al espacio escolar.

3. A los docentes se les practican las revisiones reglamentarias, lo que genera tensión.

4. Con el tiempo, los docentes se enteran de las historias que acontecen en los centros de reclusión, lo cual agrega presión a su trabajo.

5. Como la planta docente es escasa, los profesores y profesoras tratan con los alumnos casi los cinco años de la carrera.

Es obvio que un docente no debe involucrarse en los problemas del reclusorio ni en los personales de sus estudiantes, porque no son su materia de trabajo y tampoco está en condiciones de resolverlos. Si intentara hacerlo, podría estorbar la labor de las autoridades y originar dificultades.

Es ésta la primera razón por la que debe abrirse la carrera de derecho en un plantel de la UACM: los maestros y maestras tienen que descansar del trabajo al interior de los reclusorios, dictando sus clases a estudiantes ordinarios. Es por salud mental y por estabilidad emocional.

El programa está aprobado y los maestros dictaminados

El Consejo Universitario aprobó ya la apertura de la carrera de derecho en planteles. No se conoce ninguna razón válida para que ese acuerdo esté incumplido. Si es un asunto de recursos monetarios, o de cualquiera otra índole, sería bueno saberlo para buscar opciones.

Además, los docentes están dictaminados, a pesar de lo cual, muchos de ellos tienen nombramiento de “cuarto de tiempo”, lo que constituye la mayor explotación laboral que se puede dar. Es inconcebible que en una institución educativa, que se considera de avanzada, exista la monstruosidad de “cuarto de tiempo” con carga similar al tiempo completo. Se rompe el principio básico de que “a trabajo igual, salario igual”.

No se advierten razones para seguir con la actual situación. Es urgente abrir –antes que cualquier otra carrera o posgrado nuevos– la licenciatura en derecho en algún plantel de la UACM.

Como acto previo, sería importante que la Academia de Derecho, viva y actuante, abriera una preinscripción con fines de detección de la demanda e instalara una mesa para registrar, por ahora informalmente, a las y los demandantes de la carrera de derecho. Con ello, se sabría con precisión cuántos aspirantes existen.

En el país hay una insurgencia electoral contra el régimen caduco y opresor. La UACM, producto de la lucha estudiantil de 1999-2000 en la Universidad Nacional Autónoma de México, debe dar ejemplo en el cumplimiento de los derechos humanos. Urge abrir la licenciatura en derecho fuera de los reclusorios y terminar con la grave injusticia de pagar un “cuarto de tiempo” a maestras y maestros que contribuyen con su esfuerzo a prestigiar la casa de estudios capitalina.

* Coordinador de la maestría en derechos humanos de la UACM; doctor en ciencias políticas por la Universidad Nacional Autónoma de México; integrante de la Comisión de Intermediación para el Diálogo entre el gobierno federal y el Ejército Popular Revolucionario

Fuente: Revista Contralínea Fecha de publicación: 01 de julio de 2012