1. julio, 2012 Autor: Edgar González Ruiz * Opinión

A la fecha, el Partido Acción Nacional (PAN) es el único partido confesional del espectro político mexicano, por lo que, en aras de principios religiosos, se opone a libertades individuales, como la práctica del aborto y la diversidad sexual.

Además, es el partido aliado a los grandes intereses económicos y enemigo del pueblo de México, como se ha demostrado a lo largo de los dos sexenios panistas, especialmente el de Calderón. Este último llegó al poder mediante el fraude y ha usado al Ejército para mantenerse en él, con la lógica secuela sangrienta de esa estrategia. Sobre Vázquez Mota, además de sus propios errores y de la naturaleza de su partido, recae el rechazo sembrado por Calderón.

“Un peligro para México”

Al parecer, Vázquez Mota está consciente de la impopularidad de los gobiernos panistas de Fox y de Calderón, lo mismo que de proyectos del PAN y del clero, como es la persecución de las mujeres que abortan y el desmantelamiento del Estado laico.

De manera tramposa, en varias ocasiones durante su campaña, se declaró opuesta a “criminalizar” a las mujeres que abortan, pero si ésa fuera su convicción, entonces, en lugar de abanderar a ese partido en las elecciones, lucharía por la despenalización del aborto y por lo tanto se opondría al PAN, pero hasta donde se sabe, nunca lo ha hecho.

Si de verdad pensara así, no sería la favorita de personajes conocidos de la extrema derecha católica, como Jorge Serrano Limón, y como los exgobernadores de Guanajuato, Carlos Medina Plascencia y Juan Manuel Oliva.

Los jerarcas católicos también se dan cuenta de que esas declaraciones de Vázquez Mota son mentiras dictadas por las conveniencias políticas, por lo que siguen bendiciendo su campaña.

Puesto que no puede reivindicar lo que su partido representa ni la actuación de Fox y de Calderón, se dedicó en su campaña a atacar a sus adversarios, especialmente a Peña Nieto y a López Obrador, como se vio en el segundo debate entre los aspirantes a la Presidencia.

Para su guerra sucia ha contado con la ayuda del publicista español Antonio Solá, que en 2006 fraguó la campaña que presentaba a López Obrador como “un peligro para México”.

Al principio de su campaña se concentró en atacar a Peña Nieto, y al ver que esos ataques en lugar de ayudarla a ella hacían subir a Obrador en las encuestas, trató de repetir la odiosa campaña de 2006 contra el popular dirigente de la izquierda.

A pesar de que muchísima gente percibe hoy en día esa campaña panista de odio como un episodio oprobioso de la historia política de nuestro país, la candidata se prestó a tratar de repetir la maniobra de hace seis años, quizás por su propia desesperación o por sumisión a los dictados de Calderón.

Tan calumniosa ha sido la guerra sucia del Partido Acción Nacional contra López Obrador que, el 10 de junio pasado, el Instituto Federal Electoral ordenó suspender la transmisión de un spot panista donde insidiosamente se distorsionaba uno de sus discursos para presentarlo como partidario de la violencia política, cuando en realidad había afirmado exactamente lo contrario.

Para fines de mayo pasado, conocidos panistas como Manuel Espino, otro promotor de la guerra sucia de 2006, y como Vicente Fox, ya se habían pasado a las filas de Peña Nieto, y circulaba el rumor de que lo mismo haría Fernández de Cevallos.

Muchas de las trampas que ha usado Vázquez Mota en la campaña se le han vuelto en su contra.

Con ayuda del gobierno federal, encabezado por Calderón, que durante las campañas se dedicó a perseguir a políticos priístas, Vázquez Mota estuvo calificando al Partido Revolucionario Institucional (PRI) de corrupto, mientras que en sus filas albergaba a personajes como Juan Molinar Horcasitas, lo cual motivó protestas populares que la hicieron fingir que se distanciaba de él.

Tanto Vázquez Mota como Calderón trataron de manipular el descontento social expresado en movimientos como el de grupos de estudiantes que han llevado a cabo protestas; muchos de ellos critican a Peña Nieto, pero también a Josefina, y se manifiestan directamente contra las políticas militaristas de Calderón.

Pude presenciar diferentes expresiones de esos jóvenes: en colonias de la delegación Benito Juárez colocaron leyendas contra el PRI, pero en marchas y protestas en el centro de la Ciudad de México, pude constatar que coreaban lemas como “queremos escuelas y no queremos guerra”, en alusión a la política de supuesta “guerra contra el narco” que ha llevado a cabo Calderón y que Vázquez Mota amenaza con proseguir.

Desafortunadamente, en contraste con esos brotes estudiantiles –donde han participado alumnos de escuelas confesionales y también de carácter público–, no mostraron la misma iniciativa los defensores del Estado laico para protestar ante el PAN y ante Vázquez Mota contra el constante ataque panista en detrimento de la herencia juarista que hace unos meses culminó con la reforma al Artículo 24 constitucional.

El “voto católico”

En contraparte, aunque de manera muy marginal, algunos espacios en internet promovieron el llamado “voto católico”. Por ejemplo, la página es.gloria.tv, que tiene contenidos de varios países y se presenta como “un púlpito católico en el internet”, atacó al PRI y al Partido de la Revolución Democrática (PRD) con los argumentos de la ultraderecha más añeja: son anticlericales y producto de la “masonería” y pidió el apoyo de los católicos para Vázquez Mota.

Hay que destacar, sin embargo, que más allá del contexto nacional, luego del pontificado de Juan Pablo II, se ha debilitado el activismo político antiabortista, que era la base de la participación electoral del conservadurismo católico. Sin abandonar esa ideología, Benedicto XVI no le ha dado al antiabortismo, y en general al rechazo de la sexualidad, la importancia que les otorgaba Wojtyla.

En el mes de junio se evidenció la participación directa de instancias del clero que trataron de inducir el voto a favor del PAN, seguramente como un último recurso para tratar de amortiguar la caída de Vázquez Mota en las encuestas.

En parroquias de la Ciudad de México, la comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis distribuyó folletos donde, con un lenguaje eufemístico pero bien conocido, instaba a los católicos a votar por partidos afines al clero, es decir, principalmente por el PAN.

Dicha propaganda exhortaba a los fieles a oponerse al aborto (según la fórmula del clero, “la defensa de la vida desde la concepción”), a rechazar el matrimonio homosexual (con el alegato de que sólo es válido el formado por un hombre y una mujer) y a defender la llamada “libertad religiosa”, es decir, la injerencia del clero católico en las instituciones.

Por su parte, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, la publicación clerical La Semilla Eucarística abogó por la abanderada panista a la Presidencia de México como la mejor opción de los cuatro presidenciables, a la vez que lanzó ataques contra Peña Nieto y López Obrador (www.enlineadirecta.info/nota.php?art_ID=183519&titulo=Promueve_clero_a_V_zquez_Mota_.html).

“Diferente”

Carente de propuestas populares y de base social, Josefina ha tenido que recurrir a una publicidad burda y mentirosa, basada en lemas como “Josefina, diferente”. En realidad, no representa nada diferente de Calderón, sino por el contrario, más de lo mismo.

En forma cantinflesca ella misma lo expresó durante su campaña en una reunión con la comunidad judía: “…Yo más bien que plantearme diferente a… Es como… Sobre lo que hemos venido construyendo, pasamos a una segunda fase en temas que son fundamentales para todos los mexicanos…” (www.forojudio. com/bin/forojudio.cgi?ID=8050&q=19).

En la misma ocasión, la excolaboradora de Fox calificó como “excelente” la gestión del PAN en el gobierno federal.

Además de ese lema de “diferente”, propio más bien para vender jabones o golosinas, Vázquez Mota pretendió encontrar un argumento decisivo en el hecho de ser mujer, con lo que evoca la actitud de su otrora jefa Marta Sahagún, quien también albergó la ambición de llegar a la Presidencia por el sólo hecho de ser mujer.

En fin, como parte de la propaganda panista han circulado, como en 2006, cadenas de mensajes de correo electrónico con calumnias contra Andrés Manuel, donde fantasiosamente se le atribuyen proyectos como el de arrebatarle a la gente sus pertenencias y se le compara a Hugo Chávez.

En otro de esos mensajes, un supuesto grupo de profesionistas lanza ataques contra todos los candidatos, excepto contra Vázquez Mota, de quien se declaran partidarios. Sin embargo, reconocen que “le falta personalidad, necesita empuje, su voz gritona no es agradable”.

Empero, en un aspecto, Vázquez Mota es “diferente” de los otros candidatos, pues es peor que cualquiera de ellos, por lo que representa y por su falta de dotes políticas.

El final

Cada vez con menos puntos en las encuestas, en la primera quincena de junio, Vázquez Mota se dio a la tarea de cerrar su campaña en diferentes entidades, lo que hizo con torpeza, como el resto de su campaña.

En Aguascalientes, por ejemplo, con ínfulas fascistoides, Josefina Vázquez Mota afirmó que pondrá “orden y disciplina”, lo que significa proseguir con la militarización en el país emprendida por Calderón y usar todos los medios posibles, como ha hecho éste, para impedir las protestas sociales.

Abundo en su alegato ridículo de que, por ser mujer, merece ganar las elecciones: “Si no hubiera sido mujer no hubiera tenido el privilegio de construir una familia y de sentir lo que sentimos las mujeres […]. Las mujeres ponemos orden y disciplina y por eso vamos a poner más orden y disciplina en México, por eso, como lo hemos dicho, ya no queremos fuero para la clase política”.

Desde luego, cuando habla de la “clase política” se refiere a sus adversarios, pues al genocida Calderón y a los suyos les brindaría protección, mientras alentaría los abusos de sus propios parientes, cuyos negocios familiares crecerían al amparo del poder.

En las últimas semanas de su campaña, la abanderada panista se empeñó en cometer más errores.

El 14 de junio, en Mazatlán, Vázquez Mota pidió a las mujeres negarse a tener relaciones sexuales con sus maridos en caso de que no fueran a votar (por ella) el 1 de julio. Por si fuera poco, la panista expresó lo anterior con un lenguaje mojigato, vergonzante, propio de su partido. Incapaz de referirse directamente a la sexualidad. “…Que lleven e inviten a sus hijos, a sus amigas, a su pareja y ¡ay de aquella pareja que no vaya! Porque no le hacemos ‘cuchi-cuchi’ en un mes…”, sentenció la candidata. El torpe comentario de Vázquez Mota provocó numerosas burlas y reacciones de enojo entre los cibernautas.

Por las mismas fechas, comenzó a difundirse en los medios masivos un spot del PAN contra Peña Nieto, donde lo acusaban de incumplir sus promesas; el mensaje expresaba en forma repulsiva el odio del PAN contra sus adversarios políticos, pues queriendo hacer mofa de los ofrecimientos del priísta, terminaba con unas risas de demente, que parecían salidas de lo más recóndito del inconsciente ultraderechista.

Se ha anunciado que la campaña de la panista terminará el día 26 de junio en la Macroplaza de Monterrey, territorio que, al igual que otras ciudades del Norte, en un tiempo se consideró bastión panista, fuerza que ahora ha sido desplazada por el PRI.

En la década de 1990, el PAN llegó al poder en esa ciudad, donde los alcaldes mochos de ese partido se encargaron de expedir reglamentos para censurar obras que consideraban “inmorales”, es decir, eróticas; luego, controlaron y perdieron el gobierno estatal; a la fecha, los regiomontanos saben que los políticos panistas, tan santurrones, son igual de corruptos o más que sus homólogos priístas.

La mejor opción

A pesar de que Andrés Manuel López Obrador no mantiene ya un discurso y una actitud tan combativa como en 2006, no cabe duda de que representa la mejor opción para el electorado.

No sólo por su propia trayectoria, sino por la forma en que el PRD ha gobernado en la ciudad de México, sin negar las carencias y desaciertos que cualquier labor humana implica.

Si en Guanajuato se refleja la ideología del partido que lo gobierna, como en los tiempos de la Inquisición y en el Estado de México, el pragmatismo de un priísmo empanizado, en la Ciudad de México, los gobiernos de la izquierda se han basado en principios de justicia social y en la defensa de libertades como la despenalización del aborto y la legalización de las uniones homosexuales.

En 1988 y en 2006 por medio del fraude electoral y de la represión, el PRI-PAN impidió la llegada de la izquierda política al poder; en 2012 debemos defender el voto por la mejor opción para México.

Hay que tener presente que un truco que ha usado la derecha para mantenerse en el poder y que, lamentablemente, ha influido en algunas personas o grupos, consiste en tratar de desviar el rechazo popular contra los gobiernos blanquiazules hacia otros personajes o partidos.

El pueblo está indignado por la llamada “guerra contra el narcotráfico” de Calderón, que ha tenido un costo tan sangriento, lo mismo que por los ataques del gobierno panista a la economía popular; sin embargo, a la hora de las elecciones, Calderón, Vázquez Mota y los suyos han intentado desviar ese encono popular contra el PRI y contra el PRD.

Hace seis años, la sociedad se había desengañado del “cambio” que pregonaba Fox y estaba indignada por los abusos de la llamada “pareja presidencial”; sin embargo, con la guerra sucia, el PAN quiso crear un clima de odio contra López Obrador, cuyo gobierno había beneficiado a los sectores mayoritarios en el Distrito Federal.

No hay que dejarse engañar. El peor partido político en México es el PAN, y la mejor opción, en estas elecciones, es el PRD.

*Maestro en filosofía; especialista en estudios acerca de la derecha política en México

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Fuente: Revista Contralínea Fecha de publicación: 01 de julio de 2012