por Alan Fairlie Reinoso

13/12/12

Las relaciones comerciales bilaterales han mostrado recientemente un superávit para Perú. Pero,las exportaciones peruanas son principalmente primarias, están concentradas en pocos productos y empresas, mientras que nuestras importaciones son más diversificadas, con mayor valor agregado reproduciendo un patrón norte-sur de comercio a favor de Chile.

En diferentes partidas, se exportan materias primas que luego le compramos al vecino manufacturadas, con valor agregado. Lo mismo ocurre con algunos productos que se exportan a terceros mercados. Es decir, que la “complementariedad” no existe. Se generan asimetrías que no se han revertido en los últimos años.

Con el ACE-38 ya teníamos virtualmente libre acceso al mercado chileno. El TLC no significó un cambio cualitativo en este aspecto, pero sí incluyó capítulos de servicios, inversiones, mecanismos de solución de controversia, que favorecen principalmente a Chile.
Esto, en la medida que la presencia chilena a través de sus inversiones está muy diversificada en nuestra economía, y tiene una decisiva presencia en el estratégico sector de servicios. En los últimos años han tenido particular dinamismo el sector construcción y retail que se suman a una presencia decisiva en transporte aéreo, servicios portuarios, energía, servicios financieros, industria.

Nuestras inversiones en Chile han estado más focalizadas, y si bien han aumentado recientemente (aun cuando hay una sobrestimación de estas cifras), se mantiene una asimetría a favor de Chile. Antes que seguir profundizando el TLC en temas como compras públicas, sería del interés nacional renegociar un capítulo con altos estándares en la defensa de la propiedad intelectual, para cautelar nuestros productos y, sobre todo, la biodiversidad.

No solo hay flujos de comercio e inversión bilaterales que se deben analizar, sino también una fuerte presencia migratoria peruana en Chile. Hay avances en el reconocimiento de derechos laborales y de seguridad social que se deben consolidar. Se debe revertir el maltrato y la discriminación existentes en varias de las actividades en las cuales se desempeñan nuestros compatriotas. Son importantes también las remesas que los peruanos en Chile envían a sus familiares en el Perú, que contrasta con los millonarios retornos de utilidades e inversiones chilenas en el Perú.

El escenario post-Haya

Se pueden presentar diferentes escenarios. Algunos enfoques señalan la importancia del aumento de la interdependencia económica, como un factor de reducción de conflictos. El problema, es que como argumentan otros autores, cuando la interdependencia se da con pronunciadas asimetrías, se crean situaciones complicadas y contraproducentes.

Si ambos países aceptan el fallo, sin duda habría un factor de distensión y mejoraría el clima para las inversiones bilaterales y eventuales emprendimientos conjuntos comerciales. La tarea pendiente para el Perú en ese escenario optimista, sería continuar trabajando para tener un crecimiento sostenido, con diversificación de sectores exportadores y mayor valor agregado en bienes y servicios. Asimismo, en una mayor presencia de inversiones en el país vecino. El entorno sería adecuado para definir normas y marcos reguladores, que cautelen la defensa de sectores sensibles donde hay inversiones chilenas.

Se podría pensar inclusive, en algunas actividades que promuevan una proyección conjunta al Asia Pacífico, siempre y cuando se dé una participación equitativa en la cadena productiva y no limitarse a una venta de materia prima por parte de Perú para que Chile las industrialice y las exporte. Lo mismo en formación de “clusters”, en algunos sectores como el minero.

El otro escenario, es que uno de los dos países no acate el fallo de La Haya. En este caso, habría un clima enrarecido y dependiendo de cuan destempladas sean las reacciones en cada país, se podría entrar a una indeseada espiral de tensiones.

Todos deberíamos trabajar responsablemente para que sea el primer escenario, o una variante del mismo el que prime. De modo tal que podamos mirar el futuro con otra perspectiva, eliminando hipótesis de conflicto, en una competencia que es responsabilidad de los mandatarios del Perú que le permitan tener una hegemonía económica en el Pacífico-Sur en el mediano y largo plazo.

 afairli@pucp.edu.pe