Según la Encuesta nacional de ocupación y empleo, 50 millones de mexicanos laboran. Y estiman los investigadores del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM), de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que de éstos, 30 millones lo hacen empleados en la economía informal. La cifra es confirmada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía: 29.3 millones de trabajadores son informales, anunció en diciembre de 2012.

Luis Lozano Arredondo, integrante del CAM, advierte que ese 60 por ciento de la población ocupada en la informalidad y los 8 millones 710 mil 108 mexicanos desempleados –contabilizados por el Centro al cierre de la administración de Felipe Calderón Hinojosa– carecen de prestaciones sociales, y por tanto, de la posibilidad de acceder a una cuenta de ahorro para el retiro.

“El desempleo y la informalidad se han convertido en una bomba de tiempo”. Treinta millones de personas en esa situación no tienen servicios médicos, pensiones ni otra prestación que les permita algún ingreso al llegar a la edad de retiro, “y no van a tener de qué vivir”, declaró en marzo de 2012 Salomón Presburguer, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin).

A la suma deben agregarse los miles de afectados por la reforma laboral, refiere Luis Lozano. El profesor en la Facultad de Economía de la UNAM explica que las modificaciones a la Ley del Trabajo afectan directamente el nivel de ingreso y el acceso a la seguridad social, y en consecuencia, a las posibilidades de ahorro.
“El ahorro no es de cultura, es de recursos”, señala Cardiel Hurtado, y agrega que los trabajadores que perciben dos salarios mínimos son quienes engrosan las carteras de clientes de las empresas administradoras de ahorros.

El colapso

A la fecha existen 6 millones 938 mil 913 personas mayores de 65 años; sin embargo, según el estudio Afores: 15 años de bonanza, elaborado por Cardiel Hurtado, sólo 3 millones 619 mil 301 adultos mayores cuentan con una pensión.

Las cifras, que el investigador extrajo del Censo de población y vivienda 2010 –elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía–, acreditan que el 34 por ciento de los hombres y el 60 por ciento de las mujeres en edad de jubilarse no cuentan con ningún apoyo.

Adicionalmente, Cardiel Hurtado proyecta el aumento acelerado de la población mayor de 65 años. En 2010, estima el investigador, ascendía a casi 7 millones; en 2020 será de más de 10 millones; en 2030 se esperan 15 millones de personas de más de 65 años; para 2040 serán más de 22 millones y en 2050 habrá más de 28 millones [de adultos mayores]”.

Las jubilaciones masivas que se prevén para 2050 serán imposibles de manejar para las administradoras, y en el mejor de los casos, el gobierno federal tendrá que hacerse cargo con la entrega de un salario mínimo por pensionado: “la ley lo obliga”, dice el experto que lleva 15 años estudiando el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR).

Parte 1: Afores en bonanza; trabajadores en la incertidumbre

Parte 2: Sin pensión, población creciente de adultos mayores

Parte 3: Inequidad en el sistema de pensiones

Fuente
Contralínea (México)