Huesos patrios

La historia oficial mexicana (al menos la ofrecida en los libros de texto gratuitos) dignifica el papel de las hazañas independentista y revolucionaria llevadas a cabo en este país por los insurgentes hace más de 200 y 100 años, respectivamente. Se ponderan los planes y las batallas que nos dieron patria y han hecho de México un país de instituciones y con vida democrática. Probablemente todo eso debe ser verdad, como reza la canción de Joan Manuel Serrat. Sin embargo, más allá de la retórica, la historia oficial ha construido (con mucho éxito, hay que decirlo) una identidad a partir de la remembranza de esas gestas, pero sobre todo de sus protagonistas.

Por ello, resulta desconcertante saber que algunos de los huesos patrios que desfilaron con los máximos honores por las calles de la Ciudad de México, en el contexto de los actos conmemorativos del bicentenario de la Independencia en 2010, no sean del todo auténticos. De acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Antropología e Historia –que estuvo clasificado como reservado durante 2 años por el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos– los restos patrios que yacían en el Ángel de la Independencia de la capital del país están revueltos con esqueletos de mujeres, hombres y niños, e incluso venados…

Al recordar lo fastuosas que fueron las celebraciones del bicentenario de la Independencia para la clase política y para la gente que colmó las calles de la capital, no cabe sino preguntarse por la interpretación que a futuro se haga en la historia oficial sobre los huesos patrios, pues el simbolismo es en buena medida lo que mantiene viva la historia, y a quienes la construyen y cuentan.

¿Cuál será el nuevo atractivo en la celebración del tricentenario de la Independencia?

Astros alineados

El flamante secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y exsecretario de Relaciones Exteriores y de Hacienda y Crédito Público en tiempos de Ernesto Zedillo, José Ángel Gurría Treviño, señaló en su más reciente visita al país, en entrevista con la agencia Notimex, que en el marco del llamado Pacto por México (el acuerdo entre el gobierno federal y las cúpulas partidistas para impulsar las “reformas estructurales”) existe ya una hoja de ruta con miras a aprobar las necesarias reformas que el país necesita. Gurría señaló que en los últimos 15 años “no habían estado los astros tan alineados como ahora” para llevar a cabo dichas reformas.

Éste es el diagnóstico astral de Gurría: “tienes a un Congreso [las cámaras de Diputados y Senadores] más dispuesto a pactar y a hacer las concesiones y los equilibrios necesarios para, a cambio de pedir y dar cosas, llegar a acuerdos sustantivos”. Como Walter Mercado o Amira, el secretario general de la OCDE hace predicciones sobre el futuro económico del país. Quizá a sus maestros británicos de la Universidad de Leeds y estadunidenses de la Universidad de Harvard, que formaron a Gurría en el neoliberalismo radical, no les causen demasiada gracia las palabras de su pupilo por su falta de cientificidad.

Pero ése no es el problema real, ya que mientras a las predicciones de Mercado o Amira tenemos la opción de acreditarlas o desecharlas, las de Gurría nos anuncian un camino ya pactado en México para el impulso de una nueva oleada de reformas neoliberales, en momentos en que, a nivel internacional, es fuertemente cuestionada esa doctrina económica. Así, mientras en otras partes del mundo cuando menos se ensayan variantes a la economía de mercado, en México el horóscopo de Gurría nos anuncia la buena nueva neoliberal que tanta falta le hace a México.

Y así, como mucha gente se mantiene al tanto del horóscopo de Mercado antes de salir a la calle, nos convendría estar al tanto de las predicciones de Gurría, pues queda claro que buena parte de las decisiones económicas nacionales se seguirán cocinando en organismos como la OCDE.

Topless en la Santa Sede

Cuatro mujeres activistas del movimiento ucraniano feminista FEMEN (organización dedicada a la defensa de los derechos de las mujeres y los homosexuales) protestaron el 13 de enero de 2013 al medio día en la Plaza de San Pedro del Vaticano o la Santa Sede:?se desvistieron de la cintura para arriba justo en el momento en el que el papa Benedicto XVI recitaba el ángelus. Los torsos de las manifestantes tenían pintada la leyenda shut up! (¡cállate!) y en sus espaldas escribieron la leyenda in gay we trust (en el gay confiamos), en alusión a la máxima estadunidense in God we trust (en Dios confiamos).

Mientras las activistas gritaban al sumo pontífice ¡cállate, homófobo!, una de ellas fue golpeada con un paraguas por una peregrina, indignada por la acción, mientras las otras fueron detenidas y cubiertas del torso por elementos de seguridad del Vaticano. El hecho podría pasar por una anécdota cómica y sin mayores implicaciones que alimentar la tinta de la prensa amarillista. Sin embargo, la acción de las activistas del movimiento FEMEN se suma a la larga lista de protestas que en los últimos años ha recibido la Santa Sede, sea por casos de corrupción en sus diócesis, por la extrema secrecía con la que se conduce, por sus alianzas estratégicas con superpotencias y empresas trasnacionales o bien por continuar en la lógica de interpretar la palabra de Dios en el horizonte más extremadamente conservador.

Aunque cada una de las críticas merece atención aparte, lo cierto es que la última se ha convertido en años recientes en un verdadero dolor de cabeza para el Vaticano, cuyo máximo jerarca y sus condiscípulos se niegan a aceptar que en la práctica, los derechos de nueva generación debieran estar por encima de cualquier credo o ideología (los derechos sexuales, reproductivos, la muerte asistida). Seguimos teniendo una institución eclesiástica miope a los cambios sociales, pero que no por ello ha perdido su fortaleza como Estadoactor importante a nivel mundial.

Resulta por ello paradójico que en esta era de profundas transformaciones en todos los órdenes de la vida, el único acercamiento real a lo que pasa en el mundo externo que puede apreciarse en el pensamiento de Benedicto XVI, sea la apertura de su cuenta de Twitter el 12 de diciembre de 2012, misma que al momento de escribir estas líneas tenía cerca de 1 millón 500 mil seguidores.

¿Qué hará el papa con los trolls y las preguntas incómodas virtuales? ¿También lo mandarán callar en Twitter como a las activistas de FEMEN? ¿Invitará al Colegio Cardenalicio a unirse a Twitter? ¿Creará también sus propios boots con integrantes de la Guardia Suiza Pontificia?

Reformas migratorias, a la cubana

El lunes 14 de enero entró en vigor una reforma migratoria que permite a los cubanos salir libremente de su país, facilita su contratación laboral en el exterior y su repatriación, además de reconocer el derecho de los isleños a radicar en otro país sin perder propiedades en su patria. Esta nueva legislación –que es vista como la más importante de las reformas que ha emprendido el gobierno de Raúl Castro desde que su hermano Fidel dejara el poder, en 2008– significa el último clavo al ataúd de la Revolución Cubana de 1959, ya que rompe definitivamente con uno de los axiomas que preconizaba la lógica socialista, en el contexto de la Guerra Fría, en el sentido de evitar la disolución del pueblo cubano.

El dique impuesto a las personas por el gobierno para evitar que salieran de Cuba tuvo experiencias dramáticas, como el fenómeno de los migrantes ilegales del Mariel, a inicios de la década de 1980 –un éxodo en masa de cubanos que partieron ilegalmente en embarcaciones precarias del Puerto de Mariel hacia Estados Unidos, entre el 15 de abril y el 31 de octubre de 1980– hasta la llamada crisis de los balseros, durante buena parte de la década de 1990, justo en el contexto donde los cubanos comenzaron a sentir los estragos de la disolución de su aliada, la otrora Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y su égida en Europa del Este.

Con la nueva reforma migratoria, si se parafrasea la canción que Joaquín Sabina compuso justamente por los años del declive del mundo socialista, por fin tendremos una suerte de conexión entre La Habana y Miami, que dará definitivamente fin a las ideologías. ¿Podremos ver a Raúl Castro y a Barack Obama fumar la pipa de la paz en Florida?

Como es sabido, el gobierno de Raúl Castro ha emprendido en los últimos años reformas estructurales que podrían catalogarse como el neoliberalismo a la cubana, pues lo mismo ha achicado la burocracia, permitido la inversión privada extranjera en desarrollos turísticos, fomentado los negocios personales de los cubanos (una suerte de impulso a pequeñas y medianas empresas en versión isleña), así como ha promovido la eficacia gubernamental, entendida en la máxima del “dejar hacer, dejar pasar”.

No sorprende, pues, esta nueva reforma, aunque con ésta vendrán nuevos problemas para los países receptores de cubanos. Por ejemplo, en Estados Unidos es vigente todavía la llamada Ley de Ajuste Cubano, aprobada en 1961. Es una enmienda de tiempos de la Guerra Fría que permite a los cubanos obtener residencia en ese país después de 1 año de estancia sin importar cómo llegaron, incluso de manera ilegal. Tal vez el territorio de Miami sea insuficiente para acoger la previsible desbandada de cubanos, pues ya de por sí residen ahí cerca de 860 mil cubano-estadunidenses. Sin duda, los gobiernos latinoamericanos y europeos tendrán que idear medidas de contención a la alta demanda de entrada de los isleños a sus países.

Por lo pronto, ante los cambios en la política migratoria en Cuba caben las siguientes preguntas: ¿se borrará con ello del léxico del gobierno cubano aquel calificativo de “gusanos” para los isleños que decidan abandonar el barco de la Revolución? ¿Qué pasará con aquellos versos de Nicolás Guillén que con tanto fervor cantaba el ahora disidente Pablo Milanés?

“Tú, que partiste de Cuba,/ responde tú,/ ¿dónde hallarás verde y verde,/ azul y azul,/ palma y palma bajo el cielo?/ Responde tú./ Tú que tu lengua olvidaste,/ responde tú,/ y en lengua extraña masticas/ el güel y el yu,/ ¿cómo vivir puedes mudo?/ Responde tú./ Tú, que dejaste la tierra,/ responde tú,/ donde tu padre reposa/ bajo una cruz,/ ¿dónde dejarás tus huesos?/ Responde tú./ Ah, desdichado, responde,/ responde tú,/ ¿dónde hallarás verde y verde,/ azul y azul,/ palma y palma bajo el cielo?/ Responde tú.”

Al día siguiente de la promulgación de la nueva ley migratoria, cientos de cubanos acudieron a las oficinas de migración a obtener su pasaporte, así como a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana para tramitar su visa de entrada al american dream.

Es previsible un nuevo Mariel, pero ahora legalizado. ¿Quién y cómo responderá?

Fuente
Contralínea (México)