Un atentado que dejó más de 80 muertos y varios cientos de heridos fue perpetrado este jueves 21 de febrero de 2013 en Damasco. Primeramente, un kamikaze hizo estallar el vehículo en el que viajaba y un coche-bomba explotó después cerca de un edificio del partido Baas en la capital siria.

Las víctimas son simples transeúntes, principalmente personas que viajaban en varios minibuses. Las dos explosiones se produjeron en las cercanías de una escuela y de la embajada de Rusia y ambas instalaciones fueron afectadas.

Otro coche-bomba, cuya explosión habría matado a los socorristas que ya trabajaban en el lugar de los hechos, fue neutralizado por las fuerzas de seguridad.

Ninguna organización ha reclamado la autoría del atentado. La Coalición Nacional Siria (oposición prooccidental) atribuyó la responsabilidad del hecho al gobierno sirio afirmando que es su intransigencia lo que empuja a ciertos elementos a realizar ese tipo de acciones.

Irán, Rusia y China condenaron de inmediato el atentado. Pero Estados Unidos se opuso a que el Consejo de Seguridad de la ONU emitiese una condena contra ese acto.