En el escrito plañidero que Alan García presentó a la Defensoría el 15-4-2013, buscando sin duda un pronunciamiento con sesgo, se queja que la Megacomisión que preside Sergio Tejada viola sistemáticamente sus derechos constitucionales, en particular el que llama debido preciso parlamentario. ¡Es decir, siente que la investigación lo ultraja, que mancha su faz impoluta!

No sabe -dice- qué figura legal delictiva le imputan (se acuerda del principio de legalidad y el subprincipio de taxatividad); tampoco conoce cuáles son los cargos que pesan en su contra; qué hechos concretos y circunstancias de su persona se investigan; esgrime que el plazo razonable de investigación se ha excedido (ya está 600 días fuera del cargo), ya que la segunda vez que lo citaron está fuera del plazo encomendado de 365 días, que la citación que recibió lo pone como investigado, y otras lindezas de su marca.

¿Será cierto todo esto que reseña en 7 páginas, o forma parte de una conocida estratagema alanista? ¿Entenderá Alan García qué es un debido proceso parlamentario cuando se investiga a una persona en concreto, con nombre y apellidos, llámese Alan García Pérez, y su marcada diferencia cualitativa con la encomendada investigación de una “gestión presidencial” de 5 años, del 2006 al 2011? ¿Será lo mismo que un sujeto o persona investigada o procesada la investigación del maridaje fonemático Gestión Presidencial? ¿Alan lleva el apellido Gestión?

Me parece que en su propio escrito que Alan dirige a la Defensoría está la respuesta y desde ya se pone la soga al cuello, cuando afirma:

“SEÑOR DEFENSOR DEL PUEBLO: …me dirijo a usted…respecto a la actuación de la Comisión Investigadora de la Gestión Presidencial 2006-2011, específicamente de la Presidencia de la misma, que viene actuando, de manera sistemática, con clara afectación de mis derechos constitucionales”…la citación se ha efectuado con manifiesto agravio de mi derecho constitucional al debido proceso parlamentario”.

Veremos este maridaje conceptual más adelante, pues tenemos otras urgencias, como persona y como abogado, que tiene que buscarse los frejoles, ya que los hijos son reclamones, por igual. ¡También les asiste un debido proceso alimentario y están mucho más allá que las desventuras del cuitado Alan García!

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