Rusia desmintió, por boca del consejero presidencial Yuri Uchakov, afirmaciones de la oposición exterior siria retomadas por la agencia británica Reuters según las cuales Moscú había aceptado abandonar el gobierno de Bachar al-Assad a cambio de una compra saudita de armamento ascendiente a 15 000 millones de dólares y del mantenimiento del aprovisionamiento de gas a Europa con gas ruso.

La polémica había crecido después de la publicación de una crónica del periodista francés Thierry Meyssan que ofrecía una lectura completamente diferente del reciente encuentro entre el presidente ruso Vladimir Putin y el príncipe saudita Bandar ben Sultán [1].

El consejero presidencial Uchakov aclaró que nunca se habló en esas conversaciones de ningún arreglo ruso-saudita sino sobre la diferencia de análisis de Rusia y Arabia Saudita en lo tocante al conflicto en Siria y sus consecuencias regionales.

Para Thierry Meyssan, el príncipe saudita había subrayado en ese encuentro la necesidad que tiene su país de salir de la crisis siria con la frente en alto, para lo cual plantea un regreso de Saad Hariri al poder en Líbano.

[1«Arabia Saudita, dispuesta a negociar», por Thierry Meyssan, Al-Watan/Red Voltaire, 5 de agosto de 2013.