11-9-2013

Los intereses soberanos del Perú están por encima de cualquier cosa cuando, además, hay de por medio, la espera luenga del fallo de la Corte Internacional de Justicia sobre el contencioso marítimo planteado por Perú a Chile. Lindan con la estupidez de saco y corbata las declaraciones que sostienen que lo aprobado por la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, el proyecto Boliviamar, no ensombrece el panorama. ¡Cómo no, pero si es dispararse a los pies!

Es pertinente recordar que Bolivia ha planteado en la CIJ su propio reclamo a Chile cuyo decurso y resultados habrá que esperar pacientemente siendo, verdad apodíctica, que es un tema bilateral entre esos dos países.

Sin embargo ¿supieron los parlamentarios los alcances de Boliviamar en estos momentos? De la ilustrada y potente inteligencia del presidente de esa comisión, Martín Belaunde, hay pocas dudas, su grisura es monumental y sus expresiones, casi siempre, son homenaje a la nada.

Que otro también emparentado, García Belaunde -José-, ex canciller y coagente salga a aplaudir, tampoco resulta raro. Una de las encíclicas más brillantes que ha producido la historia republicana la dijo aquél cuando comparó el triángulo usurpado por Chile en el Mar de Grau en Tacna, con una de sus chacras en Cañete. La Nación no puede sino rendirse ante la egregia demostración de sabiduría geopolítica de ese señor.

La sensatez aconseja que el Pleno del Congreso dilate, para un mejor estudio, sin sesiones secretas o cartas bajo la mesa, el proyecto de Boliviamar. Por ejemplo, ¿sabe Perú cuántos miles de millones invertirá el hermano país del altiplano en Ilo? Porque, es evidente, debe construirse infraestructura magnífica que perdure por los próximos cinco decenios. Además, los devaneos coquetos de los poderosos sectores económicos bolivianos casi siempre adhieren a Chile. ¿Alguien puede sostener lo contrario?

Pero hay una arista cuya abominable génesis radica en la más palmaria como condenable ignorancia. ¿Cuántos periodistas enterados, con autoridad intelectual, huérfanos de hambre angurrienta por faros publicitarios hay comentando estos sucesos de enorme importancia contemporánea? ¿qué diplomáticos con experiencia genuina y no improvisados lenguaraces (con la excepción notoria y enterada del embajador Eduardo Ponce de Vivanco), han sido consultados in extenso? ¿y los analistas, estrategas, internacionalistas, que crecen debajo de cada una de las millones de piedras que hay en Perú, qué han dicho? Por dramático que pueda parecer, en nuestro país la portada de diarios, lo dicho en una televisión despreciable, y lo narrado en radioemisoras con frivolidad indigesta, gobierna la concepción "geopolítica" de 30 millones de habitantes. ¿No estamos viendo cómo se hace consumir embutidos gigantes de Mistura a la opinión pública?

Los abrazos y besos que se dan los empresarios y fenicios que viajan de Lima a Santiago y viceversa, sólo conducen a preservar la reproducción copiosa de dineros, aquí y acullá, que provienen de mercadería a veces muy mala, de la plusvalía que se embolsican los poderosos y que se llevan a invertir o guardar en bancos o financieras en paraísos fiscales. ¿Alguien sabe de inversiones que han mejorado la condición de los empleados u obreros, su modus vivendi, educación y proyecto de vida? Por tanto, la paz de estos grupos, es una franja en la que poco importa la condición humana, de lo que se trata es de ganar dinero a carretadas. ¡Y el resto que se joda!

¿Cuál de nuestros "analistas, internacionalistas" pone el dedo en la llaga? Claro, hay quienes tienen contratos de asesoría de imagen y reciben jugosas primas por su análisis patrocinado. ¿O no?

Ni siquiera durante el nauseabundo período del fujimorismo el Establo de Plaza Bolívar llegó a tener los niveles de desaprobación que hoy luce. Acaso sea llegada la oportunidad para que la cordura, el juicio desapasionado y la inteligencia puesta al servicio de la defensa de la soberanía nacional, eviten sucesos que requieren de mayor estudio y planteamientos de beneficio para el país.

Por tanto: ¡Que pleno reivindique al Congreso!

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