3. noviembre, 2013 Álvaro Cepeda Neri * Defensor del periodista

Ambos son una muestra de lo que es una buena programación plural para debatir los problemas sociales que interesan a la opinión pública, presentados los temas por quienes los conocen. En sus explicaciones, esos participantes coinciden y contraponen sus puntos de vista; sus propuestas son una oxigenación crítica que promueve la intervención de los radioescuchas, lo que enriquece la exposición de sus protagonistas.

Tenemos, por ejemplo, el programa Las mujeres contamos, cuya temática del 1 de octubre pasado abordó “el derecho al agua”. El resultado fue todo un éxito por lo que dijeron sus participantes, todos ellos al tanto de ese gran problema y que jurídica, política y, sobre todo, económicamente es un derecho, valga la expresión: derecho humano (pues todos los derechos lo son, pero el agregado es para poner mayor énfasis al reclamo), motivando aún más a esas voces de mujeres para cuestionar la actual crisis del agua. Al respecto, la reportera Angélica Enciso entrevistó a Maude Barlow (La Jornada, 17 de octubre de 2005), coautora, con Tony Clarke, del fabuloso libro Oro azul: las multinacionales y el robo organizado del agua en el mundo (ediciones Paidós), donde expone: “el agua [como] la próxima gran lucha social en México”.

Fue un programa de activismo social donde las mujeres dieron sus opiniones, y la verdad, mueven a tener más conciencia sobre el problema del agua. Y es que se trata “de la crisis mundial [y no se diga de nuestro país, como lo expusieron en Las mujeres contamos], el asalto de las empresas privadas a ese bien común denominado agua, y la complicidad de gobiernos e instituciones en el robo del agua dulce del mundo”.

El otro programa de Radio Educación –que ya está en la mira de reducirle su presupuesto por el exagerado recorte a la cultura en la contrarreforma fiscal-hacendaria del neoliberalismo peñista– es El fin justifica a los medios. Lleva mucho tiempo al aire y ha tenido en su larga trayectoria el tratamiento de una gran variedad de asuntos en torno de los medios de comunicación, como el de esa ocasión que versó sobre el derecho a la información y la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi). Es como Radio Educación, con su horario de 24 horas ininterrumpidas, pone al servicio de los radioescuchas el más variado menú de temas, que además está sujeto a la máxima libertad de expresión. No hay censura, y en cambio, sí bastante crítica y veracidad al exponer ante sus micrófonos lo que han pensado sus productores y conductores.

El fin justifica a los medios, como esa noche del 1 de octubre con su invitada y colaboradores, ofreció un panorama de lo que ha sido la Amedi, su participación y lucha, para lo que fue la discusión legislativa sobre telecomunicaciones. Los radioescuchas estuvieron atentos, ya que comprendieron mejor la batalla para democratizar los contenidos para los fines legales que normarán ese aspecto de la vida pública y contar con menos abusos de los medios audiovisuales, es decir, de las televisoras imperantes ya como tripolio (Televisa, Tv Azteca y Milenio televisión). No hay en radio, y mucho menos en televisión, programas como los de Radio Educación El fin justifica a los medios o el de Las mujeres contamos.

Y es que nada les interesa a los empresarios que tenga características culturales, como es fundamental para Radio Educación al estar ésta ocupada en ofrecer servicios radiofónicos sujetos a comunicar información y cultura en el haz de programas que presenta. Tal vez Radio UNAM (de la Universidad Nacional Autónoma de México) compite, pero muy de lejos, ya que Radio Educación permanentemente recurre a la innovación que le permite estar a la vanguardia como medio de comunicación nacional.

*Periodista

Radio Educación: “Las mujeres contamos y El fin justifica a los medios”

Fuente: Cotralínea 359 / Noviemrbe 2013