La Comisión Militar Central de la República Popular China ordenó, bajo la supervisión del presidente Xi Jinping, una reforma total de las estructuras de mando del Ejército Popular de Liberación.

El objetivo es transformar las fuerzas armadas chinas, que actualmente se basan esencialmente en la infantería, en un moderno sistema de defensa integral capaz de realizar sus operaciones con la participación conjunta de la marina de guerra, de la fuerza aérea así como de sus fuerzas espaciales y nucleares.

Esta ambiciosa reforma fue aprobada en reunión plenaria del Partido Comunista Chino con la intención de preparar el país para enfrentar un posible ataque de Estados Unidos.