Creemos que cientos de investigadores, ingenieros petroleros y desde luego periodistas en todo el mundo están siguiendo el curso de la experiencia estadunidense. De alguna forma lo que ocurra en las cuencas de ese país tendrá repercusiones en los otros que, como México, intentan replicar lo que algunos llaman la “nueva revolución tecnológica”.

En esta nota examinaremos datos sobre la cuenca Barnett, al Norte de Texas.

Si en Estados Unidos una cuenca tan grande y tan rica presenta dificultades como caídas de producción y disminución del número de pozos perforados tan temprano, considerando los pocos años de explotación, es razonable prever que ello impactará las modalidades, ritmos, montos y otras características de las inversiones en otros lugares, y más si carecen de las ventajas de la infraestructura que existe en Texas.

Desde luego, aún si la pregunta que formulamos en el título del artículo tuviera respuesta afirmativa, tenemos que iniciar reconociendo que en muchas áreas continúa una verdadera fiebre petrolera.

En los condados texanos como Karnes, Dewitt, Gonzales y otros al Sur de San Antonio, principales centros de la producción de la cuenca llamada Eagle Ford, en 2013 lograron duplicar la producción aceitera respecto del año anterior; así, ahora promedia 800 mil barriles diarios, cifra similar al Ku-Maloob-Zaap (KZM) de México; los equipos de perforación en ésta y en la llamada cuenca Permian (al Oeste de Texas y parte de Nuevo México) suman la mitad de los equipos en todo Estados Unidos.

El repunte de la producción ha fortalecido el aparato de refinación gringo, como lo muestra un repaso a las estadísticas de exportaciones de gasolinas en los últimos años. En 2007, Estados Unidos exportaba a 10 países; en 2012 exportó gasolinas a 24, con excepción de México, crecientemente integrado al nuevo bloque de América del Norte, no en grandes volúmenes, pero es interesante registrar que envían hidrocarburos con valor agregado a Venezuela e incluso a Brasil.

Exportaciones de gasolinas de Estados Unidos

En el cuadro 1 se muestran las exportaciones de gasolinas realizadas por Estados Unidos, agrupadas por los volúmenes y países de destino, en miles de barriles por día.

Cuadro 1

EU: exportaciones de gasolinas
(miles de barriles por día)

Advertimos que para no hacer farragoso el cuadro omitimos un paquete de países que reciben volúmenes menores a 1 mil barriles diarios de gasolinas procesadas en las refinerías de Estados Unidos.

¿Se detiene la actividad en Barnett?

Como adelantamos, además de las cuencas en crecimiento como Eagle Ford, que apenas comenzó en 2008, existe otra más antigua, la llamada Barnett, al Norte de Austin y cerca de Dallas.

En esta área surgió el primer gran centro productor de gas en lutitas. Desde 1980 ahí se inició una intensa investigación a cargo de la empresa de George Mitchel, por muchos años la producción de gas de lutitas fue prácticamente insignificante, pero en 2004, hace 1 década, comenzó el crecimiento acelerado.

Aunque hay otras áreas que fueron explotadas con anterioridad, podemos decir que Barnett fue el laboratorio donde surgió el nuevo fracking masivo y las innovaciones que ahora se intentan trasladar a otros países, entre ellos México, como es el propósito principal de la reforma energética de Enrique Peña Nieto.

Sería irónico que en Barnett, la cuna del shale gas, donde a mediados de la década pasada se disparó la producción, fuera ahora la primera área, no diremos que se desploma porque sería una exageración, sino que inicia el declive.

A fines de 2012, el geólogo Arthur Berman, acaso el más importante experto estadunidense en lutitas, publicó las primeras curvas sobre el debilitamiento de la producción. Reproducimos en la gráfica 1 una de ellas.

Gráfica 1

Barnett shale base decline

Los últimos datos oficiales, tomados del reporte con cifras hasta octubre de 2013, que se elabora en Austin, la capital de Texas, se muestran en la curva de la gráfica 2.

Gráfica 2

Lento crecimiento o caída de la producción en Barnett

Repetimos la fuente para que los interesados puedan comprobar o utilizar para sus propios estudios: www.rrc.state.tx.us/barnettshale/NewarkEastField_1993-2013.pdf-.

Otro indicador muy importante para el examen es el número de pozos perforados. Presentamos los datos disponibles agregando todo el estado de Texas y, careciendo de esa estadística, para el caso específico de la cuenca presentamos la del número de autorizaciones de perforación emitidos para Barnett en los últimos años (cuadro 2).
Cuadro 2

Número de pozos perforados en Texas, 2007-2013

En contraste con la tendencia de crecimiento en el estado de Texas que incluye las cuencas en expansión como Eagle Ford y Permian, en Barnett vemos una caída del 75 por ciento en el mismo periodo (gráfica 3).

Gráfica 3

Número de pozos autorizados oficialmente en Barnett

Como puede verse en los datos sobre la fuente, en el extremo inferior de la izquierda, hasta 2013, las autoridades texanas han permitido conocer que, del pico en 2008, cuando se autorizaron 4 mil permisos de perforación en la cuenca Barnett, se ha sufrido una caída de la cuarta parte. En 2013 tan sólo se tramitaron 800 permisos: es un verdadero desplome que preludia una paralela disminución de la producción en Barnett.

En un artículo anterior (Contralínea 366 , 23 de diciembre de 2013) comentamos que las lutitas requieren una extracción continua para mantener los flujos de producción, dado que cada pozo individual pierde un porcentaje muy elevado (hasta del 82 por ciento de su volumen inicial) en el primer año de sus operaciones.

Nos hemos apoyado en autores como Arthur Berman, David Hughes, Kjell Aleklett (actual presidente de la Association for the Study of Peak Oil&Gas (Aspo) International) y otros que han explicado que la tasa de declinación de los pozos en lutitas es el talón de Aquiles de esa explotación. La cuenca Barnett no es la excepción, pero debe aclararse que en ella la tasa de declinación es de las más bajas, quizá alrededor del 50-60 por ciento en el primer año. Tomando en consideración lo anterior, David Huges, el célebre autor del libro Drill baby drill, ha explicado que en Barnett un problema específico –que quizá está relacionado con la declinación– es la saturación de los pozos, la densidad por unidad de superficie.

Como ya dijimos, la producción creció explosivamente a partir de 2004 no sólo porque se demostró el “éxito” de la fractura masiva, sino también porque los elevados precios del gas permitían cubrir los costos.

Dos años más tarde del arranque del boom ya había unas 100 empresas perforando. A la fecha se han contabilizado más de 240 “operadores”, se extendieron a más de 20 condados y para 2012 la producción total acumulada en esa cuenca fue alrededor de 12 billones (millones de millones) de pies cúbicos de gas. En otras palabras: de 2004 a la fecha se ha extraído una cantidad de gas comparable a las reservas actuales de México. Para ello se han perforado casi 17 mil pozos en una superficie aproximadamente tres veces mayor a la superficie de Chicontepec de México (unos 10 mil kilómetros cuadrados; incluso se perforaron pozos en plena ciudad de Dallas, ¡en la zona urbana!).

En fin, si acaso ha comenzado el declive, ello no implica que la actividad cese abruptamente, pero si las causas se encuentran principalmente en la caída de la perforación, puede esperarse una disminución acelerada; esto lo veremos en los próximos 2 o 3 años. Para finalizar, Barnett no es la única cuenca con problemas; otras, que comentaremos en futuros artículos, presentan síntomas similares.

Fuente
Contralínea (México)