La primera décisión Daniel Rubinstein, nuevo embajador de Estados Unidos para Siria –no en Siria porque no ha solicitado presentar sus cartas credenciales al presidente Bachar al-Assad–, ha sido declarar a todos los diplomáticos sirios acreditados en Estados Unidos persona non grata.

Como resultado de esa decisión, la embajada de Siria en Washington y los consulados sirios en Troy (Michigan) y Houston (Texas) tienen que cerrar sus puertas en 48 horas y los diplomáticos sirios están obligados a salir de Estados Unidos.

Debido a las obligaciones de Estados Unidos como sede de la ONU, la decisión no se aplica a la misión siria en Nueva York. Pero el embajador permanente de Siria en la sede de las Naciones Unidas recibió la semana pasada una notificación donde se le prohíbe circular en territorio estadounidense ya que el acuerdo de sede entre la ONU y Estados Unidos sólo se aplica al perímetro de la ciudad de Nueva York.

En su comunicado oficial sobre esta decisión, el Departamento de Estado afirma que esta no implica una ruptura de relaciones diplomáticas con Damasco y que Estados Unidos proseguirá las discusiones con el Estado sirio en los foros internacionales.