11-4-2014

El 27 de marzo 2014 el juez Hugo Velásquez Zavaleta, titular del 5° juzgado constitucional de Lima, quien escribió en su resolución que Alan García es su “patrocinado”, anuló los informes finales de la Megacomisión, impropia e ilegalmente; de contrabando prevaricador.

Empero, desde enero, por intermedio de su ladino abogado operador, Clever Máximo Briceño Cárdenas, Alan buscaba abordar al juez Juan Salazar Laynes, quien era el reemplazo del juez Hugo Velásquez, en el 5° juzgado constitucional, todo el mes de febrero, por vacaciones. ¡La gestión terminó en fiasco estremecedor, pues la persona que buscaban como intermediaria se negó, cuyo nombre guardamos en sobre lacrado y 7 candados!

El escrito de Alan, pidiendo las estruendosas nulidades en cuestión data del 27-1-2014; ergo, el exmandatario fue un nítido gordo instigador del prevaricato del 27 de marzo del descarado juez Velásquez Zavaleta, amigo éste, de rociadas francachelas y solemnes convites, del escurridizo operador alanista Briceño Cárdenas, de camioneta 4x4 y chofer particular, y éste amigo, del mismo tipo, del vocal superior Manuel Soller Rodríguez (en la foto), quien confirmó el 27-12-2013, con otros 2 vocales, la sentencia de primer grado de Velásquez que declaraba las nulidades.

En consecuencia, el abogado Clever, en castellano y no en inglés, fue, es y será el mismo contacto con el vocal superior Soller Rodríguez para confirmar estas nulidades, visto y filmado celebrando el cumpleaños de la hijita de 5 años, de Briecño, en un local-casona de la Avenida Javier Prado, que se alquila al mejor postor.

¡Gambito malvado del genio del mal! ¿Pretendía involucrarme, Alan García Pérez, hasta haciéndome detener, en su tenebrosa gestión de nulidades de los informes de la Megacomisión ante el 5° juzgado constitucional de Lima, que hizo su intermediario Clever Máximo Briceño Cárdenas, abogado cuarentón, ex trabajador del PJ, casado con abogada Jessica, los últimos días de enero 2014, exactamente el 29, luego que Alan presentara su escrito, el 27-1-2014, pidiendo esas toscas nulidades, ahora pasibles de ser anuladas por el mismo juez si es que el difícil vómito negro se produce?

¡Lo real es que desde enero 2014 Alan buscaba su juez a la carta, en procura de estas nulidades, pero dejando huellas dactilares, números telefónicos y algo más!

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