Reunidos en la plaza 20 de Septiembre, unos 2 400 alumnos de Pisa celebraron la abnegación de las fuerzas armadas italianas en memoria del mayor Nicola Ciardelli, cobardemente asesinado por iraquíes mal agradecidos.

La ciudad italiana de Pisa tiene ahora, además de la tradicional fiesta de San Ranieri, otra conmemoración que está tomando un cariz casi religioso: el «Día de la Solidaridad», a la memoria del mayor Nicola Ciardelli de la Brigada Folgore, muerto en la guerra de Irak, en 2006, en Nassiriya, y condecorado con la Cruz de Honor por el presidente Napolitano [1].

En esa jornada, que se celebra por iniciativa de la Comuna y de la Asociación Nicola Ciardelli, participaron más de 2 000 alumnos de centros preescolares y de la enseñanza primaria y secundaria que visitaron en toda la ciudad una serie de lugares importantes vinculados a «derechos inviolables y deberes irrenunciables ratificados por la Constitución», lo cual tiene que ver con la «condena de la guerra y la defensa de la patria» y, como alguien ha agregado muy oportunamente, «de la paz», sugiriendo así que las «misiones de paz» son el necesario complemento de los artículos 11 y 52 [2] y por lo tanto se incluyen entre los «derechos irrenunciables» ratificados por la Constitución [italiana].

El mayor Nicalo Ciardelli, muerto en Irak durante la operación «Babilonia antigua» en la que las tropas italianas tuvieron que enfrentarse a la resistencia chiita del Ejército del Mahdi. Los sucesivos gobiernos italianos no han escatimado esfuerzos para disfrazar de guerra de liberación lo que en realidad fue un fiasco bélico de carácter colonial.

El alcalde de Pisa, Marco Filippeschi (del Partido Democrático) [3], definió el «Día de la Solidaridad» como «una jornada que parte de la memoria y se transforma en momento educativo». Una memoria bastante selectiva porque el mayor Ciardelli era miembro del 185º Regimiento de Adquisición de Objetivos (RAO), conformado con fuerzas especiales que se infiltran en territorio extranjero en busca de los objetivos que habrá que golpear. Es el mismo regimiento que actualmente opera en Afganistán en el marco de la «unidad especial y semisecreta Task Force Victor», como la define la «Rivista Italiana Difesa» (o sea, Revista Italiana de Defensa), donde se especifica que esa unidad localiza a los «insurgentes» (o gente que se supone que lo sean) que serán posteriormente «neutralizados por el fuego de francotiradores del RAO o mediante el direccionamiento del fuego aéreo de los cazabombarderos». A eso se dedicaba en Irak el mayor Ciardelli, quien ha sido promovido a título póstumo a la categoría de ícono del «momento educativo».

El clímax de la jornada es el salto de paracaidistas portadores de la bandera de la brigada Folfore (dos alas blancas con un relámpago amarillo oro) sobre el Ponte di mezzo. Y también portan una tela que lleva inscrito el nombre «Nicola», o sea el nombre del mayor Ciardelli, quien –según se explica entonces a los escolares– resultó muerto mientras participaba en una misión de paz en Irak, donde ayudaba a los niños iraquíes. Recurriendo a técnicas de persuasión muy cercanas al delito de abuso de posición de inferioridad se busca así condicionar las mentes de miles de menores inculcándoles que si los militares italianos son enviados a tierras lejanas no es con intenciones de hacer la guerra sino por el bien de la paz y la solidaridad.

En esta operación participaron más de 30 empresas y asociaciones, algunas de ellas caritativas, en gran parte sin tener conciencia del objetivo central del «Día de la Solidaridad». Objetivo que la actual ministra de Relaciones Exteriores Federica Mogherini (del Partito Democratico) explicaba a la Cámara hace 3 años: «Remediar una oposición aparente, grave y ficticia entre la cultura de la Defensa y la cultura de la Paz y de la Solidaridad». Oposición que en realidad mantienen firmemente quienes nos venden la cultura de la guerra como «cultura de la Defensa».

Misa oficial del «Día de la Solidaridad», con la bendición de las fuerzas armadas italianas.
Fuente
Il Manifesto (Italia)

Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la traducción al francés de Marie-Ange Patrizio

[1«La culture de Défense», por Manlio Dinucci, Il Manifesto / Réseau Voltaire, 7 de junio de 2011.

[2Artículo 11 de la Constitución de La República Italiana
Italia repudia la guerra como instrumento contrario a la libertad de los demás pueblos y como modo de solución de los conflictos internacionales; acepta, en condiciones de reciprocidad con los demás Estados, las limitaciones de soberanía necesarias para un orden que garantice la paz y la justicia entre las Naciones; promueve y favorece las organizaciones internacionales que persigan ese fin.

Artículo 52
La defensa de la Patria constituye un deber sagrado del ciudadano.
El servicio militar es obligatorio, dentro de los límites y modalidades que establece la ley. Su cumplimiento no perjudicará la situación laboral del ciudadano ni el ejercicio de sus derechos políticos.
El ordenamiento de las fuerzas armadas corresponderá al espíritu democrático de la República.

[3El Partido Democrático italiano no es miembro de la Internacional Socialista pero representa a Italia en el seno de una federación política más amplia, la Alianza Progresista, a la que también pertenecen el Partido Demócrata de Estados Unidos, el Meretz israelí y el Partido Socialista de Francia.