El parlamento de Letonia adoptó el 16 de mayo de 2014 unas 15 enmiendas del Código Penal de ese país. Una de ellas convierte en crimen «la negación, justificación y banalización de la agresión de la URSS y la Alemania nazi contra la República de Letonia». Las personas acusadas de violar esa disposición se exponen a una pena de 3 años de cárcel.

Al principio de la Segunda Guerra Mundial, Moscú y Berlín firmaron un pacto de no agresión cuyas cláusulas secretas estipulaban la partición de Europa central. Letonia quedó así en la zona de influencia de la URSS.

Sin embargo, mientras París caía en manos del Reich, en Riga reinaba la mayor confusión. Moscú exigió que el gobierno letón garantizara la protección de la población rusa y que se pusiera fin a la persecución contra el Partido Comunista. Riga aceptó que el Ejército Rojo entrara en Letonia con esos fines. Y el Ejército Rojo entró en territorio letón, poniendo a los comunistas en el poder y anexando posteriormente el país.

La formulación de la nueva disposición del Código Penal letón pone en el mismo plano la Alemania nazi y la URSS, que luchó contra la implantación del fascismo en Europa.