El Jefe de Jefes o el Barbas, Arturo Beltrán Leyva; Tony Tormenta, Ezequiel Cárdenas Guillén; el Coss, Eduardo Costilla; el Lazca, Heriberto Lazcano; el Z40, Miguel Ángel Treviño Morales; el Chapo, Joaquín Guzmán Loera; el Más Loco, Nazario Moreno, y el Kike, Enrique Plancarte, capos de distintas organizaciones criminales y regiones, enemigos a muerte o aliados entre sí, tuvieron, al final de su carrera delictiva, algo en común: todos fueron detenidos o privados de la vida por efectivos de la Armada de México, una de las tres Fuerzas Armadas permanentes del Estado mexicano.

Se trata de ocho de las 12 operaciones de alto impacto que terminaron con la aprehensión o la muerte de las cabezas más importantes del negocio ilegal de la producción y trasiego de drogas con rumbo a Estados Unidos. Tres de las otras cuatro detenciones o muertes estuvieron a cargo de efectivos del Ejército Mexicano: la del Mochomo, Alfredo Beltrán Leyva; el Vicentillo, Vicente Zambada Niebla, y Nacho, Ignacio Coronel. La restante estuvo a cargo de la Policía Federal: la Barbie, Édgar Valdez Villarreal.

El papel protagónico en operaciones en tierra que adquirió la milicia organizada y administrada por la Secretaría de Marina (Semar) inició en la segunda mitad del sexenio del panista Felipe Calderón Hinojosa, justo cuando –sin informar a las dos cámaras que integran el Poder Legislativo mexicano– el gobierno federal autorizó a las Fuerzas Armadas estadunidenses una serie de “acciones” de capacitación a efectivos de la Armada en territorio mexicano.

Los Mobile Training Team –conocidos por su sigla en inglés MTT y a los que la Semar se refiere por la traducción literal de su nombre: “Equipos de Entrenamiento Móvil”– realizaron 45 “actividades” en México entre 2009 y marzo de 2013.

La información oficial emitida por la Semar –en respuesta a una solicitud de información presentada por Contralínea por medio de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental– da cuenta de cursos de carácter teórico y práctico; de análisis de información de inteligencia; de aspectos legales de la lucha antinarcóticos; de reparación de equipos; de derechos humanos, y de distintos tipos de operativos que los estadunidenses impartieron en instalaciones navales y en el hotel María Isabel Sheraton Reforma, contiguo a la Embajada de Estados Unidos en México.

Entrenamiento masivo a la Armada

En respuesta a la solicitud de información 0001300021613, la dependencia detalla que durante la administración de Felipe Calderón recibió “varios intercambios y apoyos en materia de entrenamiento” por parte de las Fuerzas Armadas estadunidenses. Todos los “apoyos” se realizaron en territorio nacional.

En 2009, año en que iniciaron los cursos en México a cargo de los Equipos de Entrenamiento Móvil estadunidenses, se realizaron ocho actividades. Cinco de ellas tuvieron lugar en el hotel María Isabel Sheraton Reforma: “Aspectos legales para combatir la corrupción”; “Curso búsqueda y ubicación de fugitivos”; “Entrenamiento móvil: análisis de la información contra narcóticos”; “Entrenamiento móvil: derechos humanos en apoyo a la Iniciativa Mérida”, y “Entrenamiento móvil: derechos humanos en apoyo del 1206 CT”. Esta última clave se utiliza para referirse a la Sección 1206 de la Defense Security Coperation Agency, encargada de la capacitación contra el terrorismo.

Los otros tres se realizaron en instalaciones de la Semar. Se trata de dos cursos de “Seguridad portuaria” (uno llevado a cabo en el sector naval Coatzacoalcos y el otro en la Décima Zona Naval) y un “Curso de habilidades críticas en primeros auxilios”, realizado en la Escuela Médico Naval.

Durante 2010, integrantes de las Fuerzas Armadas estadunidenses impartieron a personal de la Semar 10 “actividades”. De nueva cuenta, el hotel María Isabel Sheraton Reforma fue la sede de cinco: “Seminario ley operacional”; “Seminario sistemático acusatorio y técnicas de juicio oral”; “Entrenamiento móvil: instructor de derechos humanos”; “Entrenamiento móvil: análisis de la información contra narcóticos”, y “Seminario de relaciones cívico-militares y su eficacia operativa”.

En el Centro de Instrucción Operativo del Golfo se realizó el “Entrenamiento móvil: fuerzas del orden público e investigaciones criminales”. En el Centro de Instrucción Operativo del Pacífico tuvieron lugar tres actividades: “Oficial de abordaje”; “Inspección de contenedores”, y “Entrenamiento móvil: gestión de crisis marítima”. En la Escuela de Búsqueda y Rescate se realizó el curso “NCAGS Cooperación, guía naval, transporte marítimo y equipo coordinador”.

Dos cursos más se realizaron en un lugar del que sólo de manera genérica el documento identifica como “instalaciones de la Secretaría de Marina”. Se trata del “Seminario sobre conflictos asimétricos” y el “Curso de cámara de combate”.

Hasta 17 actividades realizaron los militares estadunidenses en México durante 2011. Nueve de ellas tuvieron lugar en la Escuela de Búsqueda y Rescate: “Principios de liderazgo”; “Timonel de embarcación nivel I y operaciones de lanchas patrulleras”; “Operaciones del equipo de abordaje”; “Coast response boat”; “Boarding officer advanced”; “Small boat operations advanced”; “Mantenimiento de botes pequeños”; “Curso instalación y operación del Sistema Sarops [search and rescue optimal planning system]”, y “Curso de operación del sistema Sarops”.

En la Tercera Zona Naval se realizaron las actividades “Inspección de contenedores”; “Seguridad física de puertos: vulnerabilidad de puertos, avanzado”, y “Seguridad portuaria: seminario de antiterrorismo”.

En los sectores navales de Champotón y de Coatzacoalcos se realizaron, de manera respectiva, las actividades: “Operaciones ribereñas” y “Mantenimiento de antenas y operación del Sistema de Identificación de Buques (AIS)” (sic).

En la Estación de Búsqueda y Rescate de la Quinta Región Naval se realizó el curso “Motor de bote salvavidas”. En el Centro de Capacitación Operativa del Pacífico los estadunidenses impartieron el curso “Naval law enforcement operations (Fuerzas del orden e investigación criminales)” (sic). Y en la Sexta Región Naval se impartió el curso “Mantenimiento de antenas y operación del Sistema de Identificación de Buques (AIS)”.

Durante 2012 sólo se registraron seis actividades. Tres de ellas se llevaron a cabo en el Centro de Capacitación Operativa del Pacífico: “Sistema de mando y administración de crisis marítima”; “Naval law enforcement operations”, y “Planificación en respuesta a incidentes (ICS41)”. Los otros tres cursos se realizaron en la Escuela de Búsqueda y Rescate (“Naval cooperation and guidance for shipping”), en el Hospital Naval de Alta Especialidad (“Segundo entrenamiento móvil 21st century warrior: coutering the psychology of terrorism” (sic) y en el Centro de Entrenamiento de Infantería de Marina (“Entrenamiento móvil nivel compañía”).

Hasta marzo de 2013 otras dos actividades habían realizado las Fuerzas Armadas estadunidenses en México: el curso “Operaciones del Grupo de Inspección”, llevado a cabo en el Centro de Capacitación Operativa del Pacífico, y el curso “Motores fuera de borda”, que se impartió en la Escuela de Búsqueda y Rescate.

Poder Legislativo, ni enterado

El presidente de la Comisión Bicamaral de Seguridad Nacional, el senador Manuel Camacho Solís, reconoce que el Poder Legislativo no es informado de los acuerdos que en materia de seguridad nacional establece el Poder Ejecutivo con gobiernos de otros países, en especial con el de Estados Unidos.

“Aquí hay un asunto muy importante que está pendiente”, dice, en entrevista con Contralínea, el legislador integrante de la bancada del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Senadores. “Es la necesidad que se tiene de que los acuerdos interinstitucionales puedan ser conocidos por el Senado de la República. Creo que a todos nos conviene, incluyendo al propio gobierno, que estos asuntos sean tratados de manera institucional”.

El Título Cuarto de la vigente Ley de Seguridad Nacional establece que las políticas y las acciones en la materia que realice el gobierno de la República estarán sujetas “al control y evaluación del Poder Legislativo federal”. La instancia encargada de ejercer esta facultad es precisamente la Comisión Bicamaral de Seguridad Nacional, integrada por tres senadores y tres diputados.

Sobre las atribuciones de la Comisión Bicamaral para verificar la legalidad de los acuerdos del gobierno mexicano en materia de seguridad nacional y vigilar que no se comprometa la soberanía, el legislador señala:

“Sería algo sano que se hiciera así. Se hace en todos los congresos”. Ejemplifica con el Congreso de Estados Unidos, el cual “tiene la posibilidad de conocer los acuerdos” que firma el gobierno de ese país con otras naciones.

Manuel Camacho Solís señala que las definiciones en materia de seguridad nacional no deben ser asuntos exclusivos del Poder Ejecutivo. “El Congreso tiene que tener también una participación, porque finalmente de lo que estamos hablando no es nada más de un Poder: estamos hablando del Estado”.

Descarta que la política de seguridad nacional del presente gobierno esté subordinada a la de Estados Unidos, pues ahora el país cuenta “con una política propia; y dentro de esa política propia debe haber cooperación bilateral”.

Según el legislador perredista, los cambios en toda la política de seguridad nacional llevados a cabo por el gobierno del priísta Enrique Peña Nieto no se limitan a la cooperación bilateral: “Con toda claridad veo que hay una mejor y una magnífica cooperación entre las Fuerzas Armadas y el gobierno; una coordinación entre las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina; y una coordinación de estas dos instancias con la Policía Federal”.

El almirante en situación de retiro Raúl Santos Galván Villanueva, secretario de la Comisión Bicamaral de Seguridad Nacional y secretario de la Comisión de Marina de la Cámara de Diputados, rechaza que “antes o ahora” la agenda de seguridad nacional de México estuviera subordinada a la de Estados Unidos.

“Nosotros tenemos una visión clara del problema”, asegura en entrevista con Contralínea. “Y cuando se han fortalecido o intensificado los intercambios [con Estados Unidos] ha sido por instrucciones que hemos recibido del gobierno mexicano”.

El legislador, integrante de la bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados, explica por qué la Armada de México y no el Ejército Mexicano o la Fuerza Aérea Mexicana –las dos últimas, Fuerzas Armadas permanentes organizadas y administradas por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)– se ha relacionado más con las Fuerzas Armadas estadunidenses.

Según el almirante, que responde “como diputado y como militar en situación de retiro de la Armada de México”, todas las fuerzas navales del mundo son más proclives a los acuerdos internacionales.

“Navegan en un medio que es usado también por todo el mundo, que es el mar. Eso nos permite tener contacto con armadas y con instancias militares de otros países.”

La diputada Lizbeth Eugenia Rosas Montero, integrante de la Comisión Bicamaral de Seguridad Nacional, secretaria de la Comisión de Gobernación e integrante de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, no tiene duda: durante el sexenio de Felipe Calderón se le permitió a Estados Unidos un abierto intervencionismo en México.

“No se ha acabado al ciento por ciento esa manga ancha que Calderón le dio a las agencias estadunidenses para que actuaran en territorio mexicano. Pero sí percibo que hay un interés del presidente y de [Miguel Ángel] Osorio Chong [secretario de Gobernación] de poner más límites a los estadunidenses. Claro, esto también ha sido por la presión que han hecho los legisladores.”

La legisladora y maestra en gobierno y políticas públicas explica que México mantiene un lazo de dependencia en materia de seguridad nacional con Estados Unidos. Los últimos gobiernos han generado y profundizado esa dependencia. Por ello “la relación entre México y Estados Unidos es de sumisión; no de coordinación”.

Comandos Sur y Norte de Estados Unidos, sin despliegue en México

A pregunta expresa de Contralínea, la Semar informa que los comandos Sur y Norte de Estados Unidos (Ussouthcom y Usnorthcom, respectivamente, por sus acrónimos en inglés), de 2002 a la fecha, “no realizan ni han realizado ningún tipo de despliegue de fuerzas ni de ningún otra índole en México, por otro lado, tampoco se tiene registrado la conducción de ningún tipo de operación en las costas o aguas territoriales nacionales, jurisdicción de la Secretaría de Marina-Armada de México” (sic).

Sin embargo, aclara que, a partir de 2009 y “derivado de la dinámica de actividades en torno a la relación bilateral México-Estados Unidos”, la Semar ha recibido “varios intercambios y apoyos en materia de entrenamiento para personal”. Confirma que dichos apoyos “se han llevado a cabo en diversas instalaciones navales en territorio nacional”.

Los encargados de impartir los cursos a los marinos mexicanos son los Equipos de Entrenamiento Móvil, “procedentes de centros de capacitación y entrenamiento de los Estados Unidos de América” (sic).

Sobre las actividades del Ussouthcom y el Usnorthcom en México anteriores a 2002, la Semar señala:

“Derivado del Plan de Comandos Unificados del entonces presidente de los Estados Unidos de América George W Bush, el Comando Norte fue creado en octubre de 2002, mientras que el Comando Sur, aunque su creación data de junio de 1962, fue también a partir de octubre de 2002, en que realiza actividades en su actual área de responsabilidad, que incluye centro y Suramérica así como gran parte del Caribe” (sic).

Por ello, la institución no cuenta con ningún registro o información sobre actividades de cualquier índole realizadas en México por parte de los comandos estadunidenses previamente a 2002.

Semar, ocho; Sedena, tres

Hasta antes de las “actividades” de los MTT estadunidenses con la Armada de México, los efectivos del Ejército Mexicano y Fuerza Aérea Mexicana eran los encargados de encabezar en tierra los operativos contra los capos de la droga.

Y aunque las capacidades tecnológicas en materia de inteligencia que más se fortalecieron fueron las de la Sedena, con la Plataforma Pegasus (Contralínea 294 ), fueron las unidades de Infantería de Marina las que se encargaron de las operaciones de alto impacto para detener o abatir a los narcotraficantes más poderosos.

El 21 de enero de 2008 Alfredo Beltrán Leyva, el Mochomo, fue detenido por elementos de la Sedena en Culiacán, Sinaloa. Entonces los hermanos Beltrán Leyva eran parte del Cártel de Sinaloa, que encabezaba Joaquín Guzmán Loera, el Chapo.

Un año después, el 9 de marzo de 2009 elementos de la Sedena detuvieron en la Ciudad de México al hijo de Ismael Zambada, el Mayo. Vicente Zambada Niebla, el Vicentillo , era considerado –como su padre– una de las cabezas más importantes del Cártel de Sinaloa.

El estreno de las unidades de Infantería de Marina de la Semar adiestradas por Estados Unidos ocurrió el 16 de diciembre de 2009. Entonces los efectivos navales mataron, en Cuernavaca, Morelos, a Arturo Beltrán Leyva, el Jefe de Jefes o el Barbas, líder del Cártel de los Beltrán Leyva, escindido del Cártel de Sinaloa. Una vez que el delincuente fue abatido, los marinos desnudaron el cadáver, le colocaron billetes por todo el cuerpo y le tomaron fotografías.

La última operación de alto impacto para neutralizar a un capo de la droga que se le encargó a las Fuerzas Especiales de la Sedena ocurrió el 29 de julio de 2010. Elementos del Ejército Mexicano mataron de 13 balazos a Ignacio Coronel, Nacho, considerado uno de los más altos jefes del Cártel de Sinaloa. Coronel recibió 12 balazos a quemarropa en el área del corazón.

La única detención de algún capo del más alto nivel realizada por la Policía Federal ocurrió en el Estado de México el 30 de agosto de 2010. Los elementos de la entonces Secretaría de Seguridad Pública que encabezaba Genaro García Luna detuvieron a Édgar Valdez Villarreal, la Barbie, del Cártel de los Beltrán Leyva. Durante lo que restó del sexenio de Felipe Calderón, a la Policía Federal se le adjudicó el abatimiento de otro capo, Nazario Moreno. Tal hecho resultó un fraude.

Todas las operaciones que siguieron para abatir o detener a los capos más peligrosos han estado a cargo de efectivos de la Semar.

El 5 de noviembre de 2010, el líder del Cártel del Golfo, Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, fue abatido en enfrentamiento con efectivos de la Armada en Matamoros, Tamaulipas.

Casi 2 años después, el 12 de septiembre de 2012, la Semar golpeó de nuevo al Cártel del Golfo. Detuvo a quien se había quedado con el liderazgo, Eduardo Costilla, el Coss.

El 7 de octubre de 2012, elementos de la Semar abatieron al entonces líder del violento cártel de Los Zetas y quien era uno de sus fundadores: Heriberto Lazcano, el Lazca .

La primera detención de una cabeza de cártel durante el sexenio de Enrique Peña Nieto ocurrió el 15 de julio de 2013, cuando efectivos de la Armada detuvieron a Miguel Ángel Treviño, el Z40. Era la cabeza de Los Zetas.

La más impactante detención de algún capo en los últimos años se concretó el 22 de febrero pasado. El líder del cártel más poderoso de México fue cercado y finalmente detenido por elementos de la Semar. Entonces se consideraba a Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, jefe máximo del Cártel de Sinaloa, el narcotraficante más buscado del mundo.

Quince días después, el 9 de marzo Nazario Moreno, el Más Loco, fue abatido –ahora sí– por unidades de Infantería de la Semar. La debacle de Los Caballeros Templarios había iniciado meses antes; pero ahora se neutralizaba al jefe y fundador de la organización criminal y, de paso, se ridiculizaba a la administración de Felipe Calderón, que lo había dado por muerto desde diciembre de 2010.

La más reciente operación de alto impacto para detener a un capo que ha sido ejecutada por elementos de la Semar ocurrió el pasado 31 de marzo. Los efectivos abatieron al sucesor de Nazario Moreno: Enrique Plancarte, Kike.

Fuente
Contralínea (México)