Se abre la sesión a las 10.05 horas.

El Presidente (habla en ruso): De conformidad con el artículo 37 del reglamento provisional del Conse‐ jo, invito al representante de la República Árabe Siria a participar en esta sesión.

De conformidad con el artículo 39 del reglamento provisional del Consejo, invito a la Secretaria General Adjunta de Asuntos Humanitarios y Coordinadora del Socorro de Emergencia, Sra. Valerie Amos, a participar en esta sesión.

El Consejo de Seguridad comenzará ahora el exa‐ men del tema que figura en el orden del día.

Los miembros del Consejo tienen ante sí el docu‐ mento S/2014/427, que contiene el informe del Secre‐ tario General sobre la aplicación de la resolución 2139 (2014) del Consejo de Seguridad.

Tiene ahora la palabra la Sra. Amos.

Sra. Amos, Secretaria General Adjunta de Asuntos Humanitarios y Coordinadora del Socorro de Emergencia (habla en inglés): Esta es la cuarta ex‐ posición informativa ante el Consejo desde la aproba‐ ción de la resolución 2139 (2014), sobre los problemas relativos al acceso de la asistencia humanitaria en Siria. En la resolución se pide que las partes en conflicto adop‐ ten medidas en una serie de ámbitos, entre otras cosas poniendo fin a los ataques contra los civiles y haciendo todo lo que esté a su alcance para facilitar un acceso humanitario rápido, seguro y sin trabas de la asisten‐ cia humanitaria a las personas que la necesitan. Todos esperábamos que, con su aprobación, la situación sobre el terreno mejorara considerablemente. Sin embargo, la‐ mento informar al Consejo una vez más de que los actos de violencia y los ataques contra civiles cometidos por todas las partes en el conflicto y las violaciones de los derechos humanos siguen sin disminuir, con consecuen‐ cias devastadoras para las personas afectadas.

Ha habido numerosos ejemplos de ataques especí‐ ficos o indiscriminados contra civiles en zonas densa‐ mente pobladas, en violación de los principios más fun‐ damentales del derecho internacional humanitario. El hecho de que no se respetara y protegiera la vida de los civiles se hizo patente, por ejemplo, en la mañana del 18 de junio, cuando se lanzaron bombas de barril contra un campamento de desplazados en Al‐Shajara, en Siria me‐ ridional, cerca de la frontera con Jordania. Alrededor de 350 familias vivían en el campamento. Docenas de per‐ sonas, entre ellas mujeres y niños, resultaron muertas.

Muchos otros han perdido la vida o resultado he‐ ridos mientras el conflicto persiste en otras partes del país, incluidas las provincias de Alepo, Hama, Idlib, Dar’a, la periferia rural de Damasco y Deir ez‐Zor. Esta mañana, en Alepo, por lo menos 17 civiles resultaron muertos y se informó de que más de 30 personas re‐ sultaron heridas por las bombas de barril que se lanza‐ ron en las inmediaciones de la plaza Halawaniyeh. Esta mañana, por lo menos 15 civiles también resultaron muertos por ataques aéreos contra numerosos barrios de Ar‐Raqqa, incluida una biblioteca y un centro edu‐ cativo. El 7 de junio, 10 personas resultaron muertas y 55 heridas cuando un coche bomba explotó en la ciudad de Homs.

Alrededor de 241.000 personas siguen viviendo en condiciones de asedio, sin poder abandonar sus comuni‐ dades, y no pudimos entrar allí para prestar la asisten‐ cia humanitaria sumamente necesaria. Desde mi última exposición informativa al Consejo, solo 2.467 personas —es decir, el 1% de la población que vive en zonas ase‐ diadas— han recibido la asistencia alimentaria que tan‐ to se necesita. Ese nivel de obstrucción es inhumano y contradice el compromiso básico con la dignidad huma‐ na y los derechos humanos que los Estados Miembros de las Naciones Unidas acordaron en el Artículo 1 de la Carta de las Naciones Unidas, que reza lo siguiente:

“Los Propósitos de las Naciones Unidas son: ... Realizar la cooperación internacional en la so‐ lución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos hu‐ manos y a las libertades fundamentales de todos.”

El 21 de junio, las partes acordaron una tregua en Yarmouk. En el acuerdo se prevé que los grupos arma‐ dos no estatales depongan las armas, los combatientes extranjeros se retiren, los refugiados palestinos regresen, los servicios básicos se restablezcan y se preste asistencia humanitaria. El Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palesti‐ na en el Cercano Oriente (OOPS) no formaba parte del acuerdo sobre la tregua y no se le ha asignado un papel de observación. El OOPS está tratando de obtener el apoyo de todas las partes para garantizar que se le conceda un acceso sin trabas, ya que desde principios de junio no ha podido entrar al campamento para prestar asistencia.

En estas últimas semanas, han aumentado los ata‐ ques de los grupos armados de la oposición contra la in‐ fraestructura civil, provocando grandes daños o cortes del suministro de agua y de las redes de alcantarillado y electricidad en las ciudades de Alepo, Idlib y Deir ez‐Zor. En la ciudad de Alepo, hasta 1 millón de personas siguen sin agua potable tras uno de esos ataques. En Deir ez‐Zor, los enfrentamientos en curso, con la negativa deliberada de permitir el acceso a la provincia de distintos grupos de la oposición, están dificultando cada vez más a las orga‐ nizaciones humanitarias la entrega de suministros vitales de socorro en la zona. En estas dos últimas semanas, más de 40.000 personas se han visto obligadas a desplazarse a la ciudad oriental de Deir ez‐Zor.

Una vez más, recuerdo al Consejo que agredir o atacar de manera indiscriminada a civiles vulnerables constituye un crimen de guerra. No existe justificación alguna para tales actos. La obstrucción deliberada del acceso del personal humanitario y la privación a los ci‐ viles del acceso a los servicios esenciales para su super‐ vivencia son ilegales e inhumanas.

En 2011, señalé al Consejo que 1 millón de personas en Siria necesitaban asistencia humanitaria. Esa cifra as‐ ciende ya a 10,8 millones, esto es, 1,5 millones más que hace solo seis meses. El número de personas necesitadas en zonas de difícil acceso asciende ahora a 4,7 millones, lo que representa un incremento de 1,2 millones desde la aprobación de la resolución 2139 (2014) en febrero.

Los organismos de las Naciones Unidas y los aso‐ ciados de las organizaciones no gubernamentales siguen esforzándose por responder a las necesidades humani‐ tarias urgentes. El personal se ha desplegado en lugares difíciles y peligrosos para entablar negociaciones a fin de garantizar un acceso seguro y entregar la asistencia tan necesaria. Muchos miembros del personal han resul‐ tado muertos, heridos, detenidos o secuestrados. Hasta la fecha, casi 60 trabajadores humanitarios han perdido la vida en el cumplimiento de su labor. Se han dedicado incontables horas a negociar y facilitar el traslado de los convoyes, en cumplimiento de procedimientos adminis‐ trativos complicados y onerosos. A pesar de todos esos esfuerzos, cuatro años después de que empezara esta guerra somos incapaces de acceder en condiciones soste‐ nibles a casi la mitad de las personas de las que hay cons‐ tancia de que necesitan asistencia de manera apremiante.

La inseguridad y el conflicto activo también in‐ ciden en la falta de acceso del personal humanitario a muchos lugares. Por muy arbitrarias que sean, las res‐ tricciones y obstrucciones, incluidos los procedimien‐ tos burocráticos impuestos por el Gobierno, limitan o dificultan dónde, a quién y cuán a menudo prestamos asistencia. Algunos grupos de la oposición también han atacado y amenazado a trabajadores humanitarios o se han negado a cooperar con ellos.

En abril, el Gobierno de Siria introdujo nuevos procedimientos para precintar los camiones con la fi‐ nalidad de racionalizar y asegurar el tránsito seguro de los suministros periódicos de asistencia. Este nuevo me‐ canismo se aplicó de manera inadecuada y provocó un gran retraso en la entrega de suministros. En mayo, la asistencia alimentaria disminuyó casi en 1 millón y aún no ha alcanzado los niveles previos, habiéndose entre‐ gado en junio solo el 50% de la asistencia alimentaria prevista. El 9 de junio, el Gobierno anunció requisitos adicionales para la presentación de los planes mensuales de distribución y los planes semanales de carga. Ade‐ más, el Gobierno introdujo nuevos procedimientos para el suministro de asistencia a lugares de difícil acceso a través de los centros de las Naciones Unidas.

Los nuevos procedimientos requieren tres niveles de autorización, minan los acuerdos anteriores y han causado la disminución de la entrega de suministros de asistencia durante dos meses consecutivos. No pue‐ do describir al Consejo la frustración que sienten los trabajadores humanitarios experimentados, que deben dedicar interminables horas a intentar lograr acuerdos para la entrega de suministros de asistencia cuando la vida de tantas personas está en juego. El Gobierno de Siria sigue centrando su atención en controlar la labor de las Naciones Unidas y sus asociados. Nosotros segui‐ mos concentrándonos en las personas que necesitan tan desesperadamente nuestra ayuda.

A pesar de las reiteradas solicitudes para el libre tránsito de todos los medicamentos y equipos quirúr‐ gicos en los convoyes de ayuda humanitaria, se siguen excluyendo o retirando algunos productos, privando así a decenas de miles de personas cada mes de su derecho básico a asistencia médica imprescindible. El Gobierno continúa prohibiendo la inclusión de suministros médi‐ cos en cargamentos destinados a zonas controladas por la oposición. Esa denegación deliberada de medicamen‐ tos y equipos médicos esenciales socava los fundamen‐ tos mismos de las actividades humanitarias.

La capacidad de las organizaciones no guberna‐ mentales de trabajar en Siria sigue sufriendo graves limitaciones debido a las restricciones burocráticas y operacionales. El 26 de febrero se presentó al Gobierno de Siria una propuesta de enmienda del memorando de entendimiento vigente, que rige la labor de las organi‐ zaciones no gubernamentales, a fin de reducir las res‐ tricciones. Esta quedó sin respuesta. No puede prestarse una asistencia humanitaria eficaz sin las organizaciones no gubernamentales, que siguen siendo un colaborador esencial en las actividades de asistencia.

Las Naciones Unidas y sus asociados siguen com‐ prometidos y preparados para intensificar sus actividades y prestar asistencia vital a hombres, mujeres y niños ne‐ cesitados en todo el país, a pesar del entorno operacional difícil y peligroso sobre el terreno. En mayo, el Progra‐ ma Mundial de Alimentos y sus asociados entregaron asistencia alimentaria a casi 3,3 millones de personas; el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y sus aso‐ ciados ayudaron a más de 16 millones de personas a acce‐ der al agua potable mediante el suministro de tabletas de esterilización del agua; unos 2,9 millones de niños reci‐ bieron la última dosis de la vacuna contra la poliomielitis; la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y sus asociados proporcionaron a 2,3 millones de personas productos no alimentarios que ne‐ cesitaban urgentemente; y la Organización Mundial de la Salud y sus asociados prestaron asistencia médica a 4 mi‐ llones de personas en los primeros cinco meses de 2014.

No obstante, las necesidades siguen aumentando y lo hacen a un mayor ritmo que nuestros esfuerzos por darles respuesta. Todavía no somos capaces de prestar asistencia periódica y sostenida a 4,7 millones de perso‐ nas en zonas de difícil acceso. El Consejo ha solicitado a las partes en el conflicto que permitan y faciliten el acceso humanitario a través de las líneas de conflicto y de las fronteras. La resolución 2139 (2014) es clara e in‐ equívoca a ese respecto. Debemos agilizar las entregas a través de las líneas de conflicto y de las fronteras para satisfacer las crecientes necesidades sobre el terreno. Se podría acceder a casi 1,3 millones de personas a través de los cruces fronterizos que hemos solicitado a Tur‐ quía, Jordania y el Iraq. En informes previos al Consejo, propuse que se facilitaran las entregas transfronterizas a través del establecimiento de observadores neutrales.

Hago nuevamente hincapié en la urgencia que en‐ frentamos. Miles de personas siguen falleciendo todos los meses. Ante la persistente falta de una solución po‐ lítica para la crisis, los trabajadores humanitarios se‐ guirán haciendo todo lo que puedan, pero reconocemos que no podemos hacerlo solos. Recurrimos al Consejo para que nos ayude a asegurar que las partes en el con‐ flicto cumplan sus obligaciones en virtud del derecho internacional. Unos 10,8 millones de hombres, mujeres y niños dependen de ese apoyo.

El Presidente (habla en ruso): Doy las gracias a la Sra. Amos por su exposición informativa.

Tiene ahora la palabra el representante de la Repú‐ blica Árabe Siria.

Sr. Ja’afari (República Árabe Siria) (habla en árabe): Sr. Presidente: Ante todo, quisiera felicitarlo por haber asumido la Federación de Rusia la Presidencia del Consejo este mes. Le doy las gracias, así como a los miembros de su equipo, por convocar numerosas se‐ siones importantes bajo su Presidencia. También quiero darle las gracias por convocar esta sesión y por permi‐ tirnos participar en ell

La exposición informativa presentada por la Secretaria General Adjunta de Asuntos Humanitarios y Coordinadora del Socorro de Emergencia me trae a la memoria un verso muy famoso sobre un hombre en el mar, encadenado a su barca e incapaz de moverse, a quien se aconseja que no se moje. La Secretaria General Adjunta, Sra. Amos, ha presentado una explicación par‐ cial de la situación humanitaria en Siria, sobre la que yo mismo informaré al Consejo.

Esta sesión nos brinda una importante oportu‐ nidad para informar a los miembros del Consejo y a los Miembros de las Naciones Unidas en su conjunto sobre la realidad de la situación humanitaria en Siria en todas sus dimensiones, así como las graves false‐ dades y fallas contenidas en el informe del Secretario General (S/2014/427) sobre la aplicación de la reso‐ lución 2139 (2014). Para no irritar a algunos represen‐ tantes presentes en el Salón refiriéndome a escándalos concretos, me limitaré a abordar ciertas partes del in‐ forme en cuestión.

En el párrafo 3 del informe se hace referencia al constante enfrentamiento entre los llamados “grupos de oposición y las fuerzas extremistas”. En el párrafo 7, se señala que también se ha intensificado la lucha interna entre los grupos de oposición, a medida que el Estado Islámico del Iraq y el Levante (ISIS) ha ganado terreno en la zona oriental. En el párrafo 12, se hace referencia a “los grupos armados de la oposición, como Ahrar al‐ Sham y Jabhat al‐Nusra”.

En realidad, es escandaloso que en un informe oficial publicado en nombre del Secretario General se haga referencia a ciertas organizaciones, clasificadas por el Consejo de Seguridad como grupos terroristas, por ejemplo, “los grupos armados de la oposición” en Siria: Jabhat al‐Nusra y otros grupos terroristas. No se trata de un descuido involuntario. De hecho, el vocero del Secretario General ha utilizado el mismo lenguaje, a pesar de que hemos enviado en vano numerosas corres‐ pondencias oficiales en la que hemos hecho hincapié en el carácter impropio del uso de ese lenguaje.

Nos gustaría preguntarle a la Secretaria General Adjunta por qué en su informe no menciona los nombres reales de esos grupos terroristas, afiliados Al‐Qaida. Ella los ha calificado de “grupos de la oposición” y “extremistas”. Por ejemplo, en el informe se califica al grupo terrorista Jabhat al‐Nusra de “oposición armada”, dando a entender que no es parte de los grupos extre‐ mistas. En opinión de la Sra. Amos, “¿qué es exacta‐ mente un grupo extremista?”

En el informe se mencionan nuevas cifras exage‐ radas en cuanto a las personas necesitadas en Siria, en comparación con cifras anteriores. Se dice haber au‐ mentado el número de personas necesitadas, elevándose repentinamente a 10,8 millones: un aumento de 1,5 mi‐ llones. El número de personas necesitadas que reside en zonas de difícil acceso se dice que llega a 4,7 millones: un aumento de 1,2 millones. En el informe no se men‐ ciona la manera en que se llegó a esas cifras infladas.

Mi Gobierno ha interpuesto una demanda al Re‐ presentante Residente de las Naciones Unidas en Siria en cuanto a la manera superficial en que algunos fun‐ cionarios superiores de las Naciones Unidas han llega‐ do a estadísticas inexactas e indocumentadas relativas a la situación humanitaria y a las personas necesitadas en Siria, así como a la divulgación deshonesta de esa información por parte de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) en Damasco preci‐ samente cuando se celebran debates para aprobar una nueva resolución sobre la situación humanitaria.

Los redactores del informe han excedido su man‐ dato al mencionar las elecciones presidenciales en Siria, que no tienen nada que ver con la resolución 2139 (2014). Las elecciones son un derecho constitucional soberano y no contradicen el comunicado de Ginebra (S/2012/522, anexo). Por el contrario, las elecciones están en conso‐ nancia con ese documento: preservar las instituciones constitucionales de Siria. Ese es el principal elemento del comunicado.

Otra extraña paradoja en el informe queda demos‐ trada en la siguiente declaración:

“Las Naciones Unidas siguen siendo incapa‐ ces de proporcionar una evaluación verificada de la presencia y la actividad de los combatientes no sirios a escala nacional.” (S/2014/427, párr.9)

A pesar de centenares de cartas oficiales enviadas al Secretario General y al Consejo de Seguridad por mi Gobierno y de las declaraciones occidentales oficiales públicas sobre cifras documentadas de los llamados “combatientes extranjeros” en Siria, el Secretario Ge‐ neral y la OCAH siguen sin poder verificar la veracidad de la situación.

Además de todo ello, nos sorprende también que en el informe se pase por alto el hecho de que el princi‐ pal motivo para el surgimiento y empeoramiento de la situación humanitaria obedece al aumento y la intensi‐ ficación del terrorismo en Siria. Los grupos armados terroristas han atacado zonas seguras de civiles, obli‐ gando a la población a marcharse y destruyendo la in‐ fraestructura y las instituciones. La crisis humanitaria en algunas zonas en Siria no puede afrontarse brindan‐ do simplemente asistencia.

Habría sido mejor que los que redactaron el in‐ forme atribuyeran responsabilidad a los Estados que respaldan el terrorismo en Siria, como Israel, Qatar, Turquía y la Arabia Saudita, en lugar de cuestionar la presencia de combatientes extranjeros y la eficacia de las medidas adoptadas por nuestro Gobierno para aten‐ der las necesidades humanitarias.

Entre las demás paradojas en el informe figura su caso omiso de la imposición de ciertos Estados de me‐ didas ilegales, unilaterales y coercitivas contra nuestra población, que repercute directamente en las condicio‐ nes de vida. Por lo tanto, es necesario señalar la peligro‐ sa repercusión de las sanciones, que sirve para exponer los dobles raseros por parte de algunos funcionarios su‐ periores de la Secretaría a la hora de hacer frente a la situación humanitaria en mi país.

Algunos Estados que dicen que les importa la po‐ blación siria han optado por asignar grandes cantidades de dinero a la compra de armas para los terroristas en Siria, en lugar de dedicar esos recursos al llamamiento humanitario de 2014, que se financia a solo el 29%. Un titular que apareció en The New York Times ayer reza lo siguiente: “Después de abrir el camino a los rebeldes, Turquía paga un alto precio”. Sin embargo, el Secretario General y la Sra. Amos no tienen pruebas de que haya combatientes extranjeros en Siria.

El Gobierno de Siria brinda el 75% de la asis‐ tencia humanitaria en Siria. El Gobierno ha adoptado una serie de medidas para permitir que las Naciones

Unidas amplíen sus actividades, estableciendo un nuevo mecanismo de aplicación para organizar los convoyes de asistencia de socorro de suerte que puedan brindar asistencia a nuestro pueblo cuanto antes, creando una subdivisión de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en la provincia de Al‐Suwayda para abarcar la región meridional, así como facilitando el acceso de las Naciones Unidas a muchas zonas en la mayor parte del país, incluida la provincia que rodea Damasco, así como en Alepo y Dar ́a.

En un informe del Programa Mundial de Alimentos se afirma que se han logrado muchas mejoras en zonas con graves problemas. La Sra. Amos señaló que millones de personas habían recibido asistencia, que los niños ha‐ bían sido vacunados y que se habían recibido alimentos. No dijo cómo ocurrió todo eso. ¿Ocurrió sin la asistencia del Gobierno de Siria? Hemos seguido respondiendo a las exigencias de la comunidad internacional para pres‐ tar asistencia desde las fronteras de Siria con el Iraq, el Líbano, Turquía y Jordania, de conformidad con la reso‐ lución 46/182 de la Asamblea General. Está claro que en su informe se hace caso omiso de los obstáculos que las autoridades turcas han creado para permitir el ingreso de la asistencia humanitaria a Siria a través del puesto fronterizo de Nusaybin, mientras que se utiliza el mismo cruce para permitir la entrada de los terroristas.

Mi Gobierno está comprometido con su responsa‐ bilidad de aliviar la carga humanitaria de nuestra po‐ blación, y estamos dispuestos a adoptar cuantas medi‐ das sean necesarias, siempre que respondan a nuestras leyes nacionales y a nuestra soberanía. En ese sentido, celebramos la participación positiva de las Naciones Unidas, y digo positiva porque su participación permite mitigar la situación humanitaria en Siria. Rechazamos categóricamente el hecho de que algunos Estados sa‐ quen partido de los mecanismos de las Naciones Unidas para llevar a cabo programas políticos mezquinos, que contravienen los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, al igual que rechazamos los es‐ fuerzos de algunos Estados para manipular la Organiza‐ ción con el fin de atacar a ciertos países. Se permitió que las invasiones del Iraq, Libia y otros países se llevaran a cabo sin tropiezos, y a algunos les ha resultado fácil interferir en el funcionamiento de la Organización. Las Naciones Unidas pertenecen a sus Estados Miembros, y nosotros somos uno de sus Estados fundadores. Las Na‐ ciones Unidas no son una entidad del sector privado, de la que pueden aprovecharse los poderosos e influyentes para lograr la hegemonía y causar derramamientos de sangre.

El Presidente (habla en ruso): No hay más nom‐ bres inscritos en la lista de oradores.

Dado que esta es la última sesión del Consejo durante el mes de junio de 2014, antes de invitar a los miembros del Consejo a celebrar consultas oficiosas para proseguir el debate sobre el tema, en nombre de la delegación de la Federación de Rusia, quisiera expresar nuestro sincero agradecimiento a la miembros del Con‐ sejo, en especial a mis colegas los Representantes Per‐ manentes, a su personal y a la Secretaría del Consejo, por todo el apoyo que nos han prestado.

Ha sido un mes muy intenso, y logramos llegar a un consenso sobre una serie de cuestiones importantes de nuestra competencia. No podríamos haberlo hecho solos ni sin la ardua labor, el apoyo y las contribuciones constructivas de cada delegación y los representantes de la Secretaría, así como los intérpretes, los traductores, el personal de servicios de conferencias y los ingenieros de sonido. Al finalizar nuestra Presidencia, en nombre del Consejo en su conjunto, deseo éxito a la delegación de Rwanda en el desempeño de su labor al ocupar la Presidencia del Consejo en julio.

Se levanta la sesión a las 10.35 horas.