La BBC reveló en su programa Newsnight del 3 de julio de 2014 que el gobierno de David Cameron estudió a inicios de 2012 la posibilidad de aprobar un plan de agresión contra Siria presentado por el general David Richards, en aquel entonces jefe del estado mayor británico [1].

Según aquel plan, el Reino Unido debía entrenar y armar, en Turquía y en Jordania, una fuerza terrestre de 100 000 hombres que invadiría Siria y tomaría Damasco en medio de una ofensiva aérea británica de una envergadura similar a la desatada contra Bagdad en 2003.

El plan llegó a ser presentado al Consejo de Seguridad Nacional británico y al gobierno de Estados Unidos (el verdadero instigador de la agresión franco-británica contra la República Árabe Siria).

En cambio, nunca se consultó con los gobiernos de Jordania y de Turquía, que debían limitarse a obedecer las órdenes.

La BBC no mencionó cuál habría sido el papel de Francia. Tampoco indicó las razones que llevaron al primer ministro británico a rechazar el plan –probablemente la oposición de Washington provocada por la retirada de la Francia del entonces presidente Nicolas Sarkozy de la guerra contra Siria. La retirada de Francia se produjo a fines de febrero de 2012 a raíz del acuerdo secreto entre el ministro francés del Interior Claude Gueant y el responsable de los servicios de seguridad sirios Assef Chawkat.

El profesor Michael Clarke, director del Royal United Services Institute, confirma las mencionadas revelaciones.

La BBC concluyó su programa preguntándose si aquel plan británico de ataque contra Siria fue solamente una ocasión perdida o si contiene algún tipo de enseñanza, como sugiriendo que no se debe vacilar ahora en intervenir en Irak.

[1Syria conflict: UK planned to train and equip 100,000 rebels”, por Nick Hopkins, BBC, 3 de julio de 2014.