Se abre la sesión a las 10.05 horas.

El Presidente (habla en inglés): De conformidad con el artículo 37 del reglamento provisional del Consejo, invito al representante de Israel a participar en esta sesión.

Propongo que el Consejo invite al Observador Permanente del Estado Observador de Palestina ante las Naciones Unidas a participar en la sesión, de conformidad con el reglamento provisional y la práctica anterior al respecto.

Al no haber objeciones, así queda acordado.

El Consejo de Seguridad comenzará ahora el examen del tema que figura en el orden del día.

Deseo dar una cordial bienvenida al Secretario General, Excmo. Sr. Ban Ki‐moon, a quien doy la palabra.

Excmo. Sr. Ban Ki‐moon, Secretario General (habla en inglés): Sr. Presidente: Le doy las gracias por la oportunidad de informar a los miembros del Consejo de Seguridad sobre la situación en Israel y la Franja de Gaza. Consideré que la gravedad de la situación justificaba una consulta con los miembros del Consejo.

Hace ya varios días que asistimos a una peligrosa escalada de la situación en Gaza y alrededores. En los últimos días, las facciones palestinas de Hamas y la Yihad Islámica han disparado una descarga de más de 550 cohetes y morteros de Gaza a Israel y las Fuerzas de Defensa de Israel han lanzado más de 500 ataques aéreos sobre Gaza, principalmente contra instalaciones de Hamas y la Yihad Islámica y residencias privadas de sus integrantes. Según la información recibida, 88 palestinos, muchos de ellos civiles, han fallecido y 339 han resultado heridos. Hasta ayer por la tarde, unas 150 viviendas habían sido destruidas o habían sufrido extensos daños, y casi 900 personas habían tenido que desplazarse.

Según la información, se dispararon tres cohetes hacia Jerusalén y las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron que uno de ellos cayó en el norte de la ciudad, sin especificar la ubicación exacta. También se dispararon cohetes hacia Tel Aviv, Jerusalén, Hadera, Ashdod y Be’er Sheva, entre otros lugares. Algunos fueron interceptados por el sistema de defensa Cúpula de Hierro y otros causaron daños materiales e hirieron a dos civiles israelíes. Según se ha notificado, las Fuerzas de Defensa de Israel frustraron el intento de unos militantes palestinos procedentes de Gaza de infiltrarse por mar en Ashkelon la noche del 8 de julio. Las Fuerzas de Defensa de Israel mataron a los militantes. Hoy han continuado los ataques de ambos lados.

La situación que desembocó en el estallido de violencia de estos últimos días ya era precaria, después del atroz secuestro y asesinato de cuatro jóvenes: tres estudiantes israelíes de una yeshivá y un adolescente palestino. Esos actos pusieron fin a un período de relativa calma y fueron objeto de una condena general de las Naciones Unidas y la comunidad internacional. Los responsables deben comparecer ante la justicia. Quisiera aprovechar esta oportunidad para expresar de nuevo mi más sentido pésame a los familiares y seres queridos de las víctimas de esos actos abominables.

Hoy corremos el peligro de una escalada total de la situación en Israel y Gaza, con la amenaza todavía palpable de una ofensiva terrestre que solo se puede evitar si Hamas deja de disparar cohetes. El Primer Ministro Netanyahu de Israel ha anunciado que el Gabinete israelí y las instituciones de seguridad siguen unidos en su decisión de intensificar las operaciones contra las células terroristas y proteger la seguridad de los israelíes. El Presidente Abbas continúa exhortando a que se ponga fin a la crisis, y se ha comunicado con el Presidente Sisi de Egipto procurando que Egipto facilite la mediación de un alto el fuego, sobre la base del alto el fuego que se acordó en Noviembre de 2012 por mediación de El Cairo en el cual participé.

La retórica ha sido igualmente constante. Los dirigentes de Hamas, en declaraciones públicas formuladas por Khaled Meshaal y Moussa Abu Marzouk, han instado a que continúe la resistencia a pesar de los planteamientos anteriores de que Israel ni Hamas estaban interesados en un enfrentamiento. Ahora es más urgente que nunca tratar de encontrar un denominador común para que retorne la calma y se llegue a un acuerdo de alto el fuego.

Una vez más, los civiles pagan el precio al continuar el conflicto. Mi principal preocupación es la seguridad y el bienestar de todos los civiles, sin importar dónde se encuentren. Me duele —y debería dolernos a todos— revivir las circunstancias que nos recuerdan tanto las dos últimas guerras que estallaron en Gaza. He condenado sistemáticamente el lanzamiento indiscriminado de cohetes desde Gaza hacia Israel. Al mismo tiempo, utilizar excesivamente la fuerza y poner en peligro la vida de civiles también son intolerables. Es inaceptable que ciudadanos de ambos lados vivan permanentemente con el miedo de que ocurra otro ataque aéreo.

Todas las partes, incluidos los grupos armados palestinos, deben respetar el derecho internacional humanitario. Israel tiene legítimas preocupaciones de seguridad, pero también me preocupan los numerosos palestinos muertos y heridos como resultado de las operaciones israelíes. Sigo condenando el número cada vez mayor de vidas civiles que se han perdido en Gaza. Una vez más, los civiles palestinos están atrapados entre la irresponsabilidad de Hamas y la dura respuesta de Israel.

En los últimos días, me he comunicado con dirigentes del mundo, entre ellos, el Rey de Arabia Saudita, el Emir de Qatar, el Presidente de Egipto, los jefes de la Liga de los Estados Árabes y la Organización de Cooperación Islámica, el Secretario de Estados de los Estados Unidos y la Alta Representante de la Unión Europea, y otros. Todos coincidieron en la importancia de que vuelva la calma. Nuestro desafío es ayudar a las partes a distanciarse sus respectivas narrativas arraigadas.

Me he comunicado también con el Primer Ministro Netanyahu de Israel y el Presidente Abbas de Palestina. Exhorté a ambas partes a que ejerzan máxima moderación, muestren habilidad política y sopesen los riesgos que supone una mayor escalada de la situación. Gaza, ni la región en general, pueden permitirse otra guerra en gran escala ni otra división. La posible propagación negativa en otras partes de la Ribera Occidental también es impredecible en una situación ya frágil y volátil. La crisis actual pone de relieve una vez más que el statu quo es insostenible.

Una solución para Gaza es tan indispensable como nunca antes. Los elementos básicos de la resolución 1860 (2009) del Consejo de Seguridad siguen sin cumplirse, como la reunificación de Gaza y de la Ribera Occidental bajo la dirección de una sola Autoridad Palestina legítima comprometida con los principios de la Organización para la Liberación de Palestina. Si la diplomacia puede restaurar la calma y poner fin a la violencia, un alto el fuego más amplio tendrá que abordar las causas subyacentes de los conflictos, prever la plena apertura de los cruces fronterizos y garantizar el fin del contrabando de armas. La solución también ha de incluir el superar la vulnerabilidad humanitaria crónica de Gaza, donde el suministro de agua y energía siempre escasea. Sigo alentando al Gobierno de Egipto a que abra con urgencia sus cruces con fines humanitarios.

El caos en la Ribera Occidental ha continuado, con ataques, represalias y provocaciones. Aunque los disturbios en Jerusalén Oriental han disminuido desde el lunes, los enfrentamientos entre palestinos y las fuerzas de seguridad israelíes en el resto de la Ribera Occidental han continuado, incluso en los campamentos de refugiados y en sus alrededores. Ayer, unos diez palestinos resultaron heridos por las Fuerzas de Defensa de Israel cerca de Ramallah y Belén durante manifestaciones de solidaridad con Gaza, lo cual incluyó ataques contra las infraestructuras de seguridad israelíes en la Ribera Occidental. Queda claro que la comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos por lograr el cese inmediato de esta escalada de la situación y alcanzar un alto el fuego duradero. Todos los agentes deben ejercer máxima moderación y respetar el derecho internacional humanitario. Continuaré mis esfuerzos para dirimir diferencias y reanudar las negociaciones.

Al mismo tiempo, entiendo que muchos israelíes y palestinos están decepcionados con el proceso de paz, sobre todo por la falta de resultados de las últimas actividades diplomáticas. Ese revés, y los otros que hemos visto durante muchos años de diplomacia en el Oriente Medio, sin duda, han socavado la confianza en que la paz es posible. Sin embargo, por supuesto, nadie desea la alternativa de ciclos perpetuos de violencia, desconfianza generalizada y pueblos polarizados. Estos no son momentos para más incitaciones ni venganzas. No debemos dejar que los saboteadores prevalezcan. Hay que impedir que la situación se siga saliendo de control. Toda nueva escalada de la violencia podría tener consecuencias imprevistas alarmantes.

Esta es una de las pruebas más difíciles que haya enfrentado la región en los últimos años. Hoy más que nunca, la situación exige pensar con audacia e ideas creativas. Debemos esforzarnos por restaurar no solo la calma hoy, sino también tener un horizonte político para el mañana. Las propias partes, los asociados regionales y la comunidad internacional deben hacer todo lo posible para que se reanuden importantes negociaciones que coadyuven a una solución viable de dos Estados. Todos deben reconocer, de una vez por todas, que solo un acuerdo de paz logrará la seguridad duradera para israelíes y palestinos.

El Presidente (habla en inglés): Doy las gracias al Secretario General por su declaración.

Tiene ahora la palabra el Observador Permanente del Estado Observador de Palestina.

Sr. Mansour (Palestina) (habla en inglés): Sr. Presidente: Quisiera comenzar felicitándolo por haber sido elegido Presidente del Consejo de Seguridad durante este mes. Confiamos en su sabiduría para conducir con
éxito los asuntos del Consejo este mes. Quisiéramos también transmitir nuestro agradecimiento a su predecesor, el Embajador de la Federación de Rusia, por haber realizado una excelente labor el mes pasado.

Quisiera dar también las gracias a todos los miembros del Consejo, por su conducto, por haber respondido con celeridad a nuestro llamamiento, el llamamiento de la Liga de los Estados Árabes, la Organización de Cooperación Islámica, el Movimiento de los Países No Alineados y el Comité para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino, y, creo que también el llamamiento del Secretario General para que se convocara rápidamente esta sesión. Agradecemos que lo haya hecho, y esperamos que el Consejo haga gala de la voluntad política para actuar y poner de inmediato fin a esta agresión contra nuestro pueblo.

Permítaseme también dar las gracias al Secretario General por su participación personal ayer y hoy, por haberse comunicado con los dirigentes en todos los rincones del mundo, por estar hoy con nosotros, y por su aporte a este debate. Espero que sus esfuerzos entre todos los miembros del Consejo arrojen los resultados necesarios para un inmediato alto el fuego y pongan fin a la carnicería y a los ataques contra toda la población civil de Palestina en todas las partes del territorio ocupado, sobre todo en la Franja de Gaza.

Vengo al Consejo de Seguridad, siguiendo instrucciones de los dirigentes palestinos bajo el Presidente Mahmoud Abbas y con el apoyo del Grupo de los Estados Árabes y el Movimiento de los Países No Alineados, la Organización de Cooperación Islámica y el Comité para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino, con el fin de hacer un llamamiento urgente al Consejo de Seguridad para que cumpla las obligaciones derivadas de su Carta de mantener la paz y la seguridad internacionales. Exhortamos al Consejo a que actúe de inmediato para proteger a los civiles, cuya vida se está destruyendo y perdiendo cada minuto del acto de agresión militar israelí que se está llevando a cabo contra el pueblo palestino en la Palestina ocupada, en especial en la Franja de Gaza. Hablo en nombre del pueblo palestino, que padece sufrimiento y dolor a raíz del nuevo aluvión de muerte, destrucción, trauma y terror que las fuerzas de ocupación israelíes están perpetrando deliberada y malévolamente contra él ante los ojos del mundo, mientras persisten en su ocupación militar beligerante que ya ha durado casi cinco decenios.

Esta ocupación israelí ilícita e inhumana es injustificable en cualquier contexto y contradice todos los principios del derecho internacional, la decencia humana y la conciencia moral. Se trata de una ocupación —que incluye a las fuerzas armadas y los colonos terroristas— que de manera intencionada asesina, quema y mutila niños; mata y lesiona de mujeres, hombres y ancianos; lleva a cabo ejecuciones extrajudiciales; destruye viviendas; se apodera del territorio de otro pueblo y lo coloniza; provoca el desplazamiento forzoso de los civiles y los priva de sus bienes, empobreciéndolos y despojándolos de su hogar; profana los lugares sagrados, especialmente en la Jerusalén Oriental ocupada; secuestra, encarcela y detiene a miles de civiles, incluidos niños. Se trata de una ocupación que, una y otra vez, manifiesta su programa racista, agresivo y expansionista, así como su falta de respeto por el carácter sagrado de la vida y los derechos del pueblo palestino, que la historia ha condenado a la desgracia de sufrir bajo esa ocupación.

Sin embargo, de modo absurdo y ofensivo, el Gobierno de Israel, que perpetra el crimen de esta ocupación, pretende ser la única así denominada democracia en el Oriente Medio y dice poseer el “ejército más moral” del mundo, incluso si ese Gobierno está compuesto por miembros que propugnan y estimulan abiertamente el asesinato y la depuración étnica del pueblo palestino y llevan a cabo tales ataques militares despiadados contra la población civil indefensa.

Vengo ante el Consejo de Seguridad para decir: basta ya de derramamiento de sangre del pueblo palestino, basta ya de su opresión bajo la ocupación israelí, basta ya de injusticia y basta ya de violencia y de conflicto, que está infligiendo tanto sufrimiento a personas inocentes de ambas partes y está socavando la paz y la estabilidad regionales e internacionales.

En las últimas semanas, envié numerosas cartas oficiales al Consejo señalando a su atención urgente esta crisis, pero dichas cartas prácticamente no han recibido respuesta, salvo el comunicado de prensa de 2 de julio relativo al asesinato y la quema aborrecibles del joven palestino Mohammed Abu Khdeir por colonos terroristas israelíes en la Jerusalén Oriental ocupada. En esas cartas, detallé los actos ilícitos llevados a cabo por Israel en grave violación del derecho internacional humanitario, especialmente el Cuarto Convenio de Ginebra, el derecho relativo a los derechos humanos y el derecho penal internacional, esto es, las disposiciones del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. No hay duda de que la Potencia ocupante está cometiendo sistemáticamente violaciones de los derechos humanos, crímenes de guerra y actos que constituyen terrorismo de Estado.

Durante días, Israel ha persistido en sus ataques incesantes, lanzando centenares de ataques aéreos y bombardeos de artillería contra zonas civiles de la Franja de Gaza, aterrorizando a nuestro pueblo, matando a decenas de civiles e hiriendo a centenares de ellos. La crítica situación humanitaria en Gaza, que ha padecido un largo sufrimiento bajo la ocupación y el bloqueo israelíes, se está deteriorando rápidamente y, en este mes sagrado del Ramadán, allí la vida se ha detenido y el temor y el pánico se han generalizado. Dado que la mayoría de los civiles en Gaza son refugiados y que los campamentos continúan siendo blanco de los ataques militares israelíes, el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente ha declarado una situación de emergencia en Gaza.

En la Ribera Occidental siguen produciéndose cada día incursiones militares israelíes contra ciudades, poblados, aldeas y campamentos de refugiados palestinos, y la fuerza letal y excesiva que utilizan las fuerzas de ocupación israelíes contra los civiles palestinos, incluidos manifestantes pacíficos, sigue causando víctimas. Se han demolido viviendas. Desde el comienzo de la reciente crisis, el 12 de junio, más de 850 palestinos han sido arrestados o detenidos, lo que eleva el número total de presos palestinos en cárceles israelíes a más de 6.000, incluidos niños, mujeres y funcionarios electos. Además, la violencia, el terrorismo y la incitación de los colonos contra los civiles palestinos, especialmente niños y agricultores, y la destrucción de viviendas, huertos y sitios religiosos palestinos no han cesado, bajo la protección de las fuerzas de ocupación, que el Gobierno de Israel transfirió ilícitamente a los territorios palestinos ocupados, incluida Jerusalén Oriental.

En estos momentos, el número de víctimas mortales palestinas sobrepasa las 80 personas; de hecho, podrían ser más de 90. Hoy una familia entera integrada por 8 personas quedó diezmada a raíz de los ataques y actos de agresión aborrecibles de las fuerzas de ocupación israelíes contra nuestro pueblo en Gaza. Los ataques aéreos, los bombardeos con tanques, las municiones de guerra, las balas de goma, las granadas de aturdimiento, el gas lacrimógeno y las palizas que utilizan las fuerzas israelíes han causado heridas a otros centenares de civiles. Muchos se hallan en estado de gravedad.

Los niños, que en Gaza constituyen más de la mitad de la población, están sufriendo de manera desproporcionada y, en forma similar a lo que ocurrió en medio de la barbarie militar de diciembre de 2008 a enero de 2009 y noviembre de 2012, se cuentan entre las numerosas víctimas. Agravando los traumas, las familias también siguen soportando múltiples tragedias, y algunas de ellas se ven actualmente diezmadas por los ataques israelíes. En la familia de ocho personas asesinada hoy se contaban cinco niños. Damos testimonio de sus sufrimientos y recordamos en este Salón algunas de las numerosas vidas que se han perdido a raíz de esta brutalidad israelí insensata e inhumana.

(continúa en árabe)

Desde esta tribuna, quisiera aplaudir al pueblo de Gaza y reiterar que el acto de agresión israelí no alterará la determinación de nuestro pueblo, que es más fuerte que cualesquiera medidas de represión o castigo colectivos de la autoridad de ocupación contra el pueblo palestino, especialmente contra los 1,7 millones de civiles de nuestra querida Gaza. Recordamos a nuestros mártires asesinados como consecuencia del presente acto de agresión. En nombre del pueblo palestino en su conjunto, la Autoridad Palestina y otras personas que en el mundo aman la paz y la justicia, honramos su memoria, que permanecerá en nuestro corazón y en nuestra mente. No olvidaremos a nuestros queridos niños que han sido víctimas de los actos de los colonos y de las autoridades de ocupación israelíes.

Ningún acto de legítima defensa puede justificar el asesinato de niños o la opresión del pueblo palestino en los territorios ocupados. Quisiera mencionar únicamente a algunos de los niños palestinos que han sido martirizados por la ocupación: Mohammed Abu Khdeir, de 16 años; Ghanim Abdelgafoor, de 1 año; Mohammed Malaki, de 2 años; Mohammed Khalaf Al‐Nouassrah, de 4 años; Nidal Khalef Al-Nouassrah, de 5 años; Siraj Abdel‐al, de 8 años; Bassim Qawareh, de 10 años; Mohammed Ashour, de 13 años; Hussein Qawareh, de 14 años, y el niño Abdullah Abughazel, de 4 años, que murió hoy.

(continúa en inglés)

Rechazamos las osadas afirmaciones de Israel de que se está utilizando a la población civil palestina en Gaza como un escudo humano, así se le denomina, mientras ataca a sabiendas y de manera intencional zonas civiles densamente pobladas. También rechazamos las afirmaciones de legítima defensa por parte de Israel, pues, a pesar de la prohibición establecida en virtud del derecho internacional, lleva a cabo deliberadamente actos de represalia y castigo colectivo contra el pueblo palestino en venganza declarada, actos a los que instó directamente el propio Primer Ministro e Israel por el asesinato de tres colonos israelíes, hecho que las autoridades palestinas han condenado claramente.

Recordamos que Israel suspendió de manera abrupta las negociaciones de paz en abril, en respuesta a la reconciliación entre la Organización de Liberación de Palestina y Hamas, una medida legítima y necesaria que desde hace mucho tiempo pedía nuestro pueblo, así como la comunidad internacional. Recordamos también que Israel ha declarado públicamente su oposición al Gobierno de unidad nacional palestino y ha utilizado todos los pretextos infundados posibles para provocar y socavar al Gobierno palestino, con el objetivo de forzar su colapso, incluso mediante la agresión militar más reciente. Condenamos esta táctica cínica, las provocaciones y el comportamiento ilegal, y exhortamos a la comunidad internacional a que también exprese su condena al respecto.

No puede haber justificación alguna para la matanza de civiles inocentes, independientemente de dónde y cuándo tenga lugar y de quién sea el responsable. Deben rechazarse todos los pretextos que sugieran lo contrario. En cambio, no deben escatimarse esfuerzos para poner fin a la violencia y al terror de que es víctima la población civil, incluso a través de medidas destinadas a defender y hacer cumplir el respeto del derecho internacional. El Consejo de Seguridad no puede permanecer paralizado ni marginado mientras prosiguen los crímenes de guerra que comete Israel contra la población civil palestina en la Franja de Gaza y en el resto del territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén Oriental, y un nuevo ciclo de violencia consume todo lo que encuentra a su paso. El Consejo debe asumir sus responsabilidades. Debe actuar para proteger la vida de los civiles, reducir la tensión en la crisis actual y salvaguardar las perspectivas de paz y seguridad en nuestra convulsa región. Si no lo hace, disminuirá aún más su propia credibilidad y será cómplice al permitir la muerte de niños, mujeres y hombres inocentes y que la situación siga desestabilizándose, con consecuencias de gran alcance.

Pedimos en particular la protección del pueblo palestino. Israel no ha cumplido y ha abandonado claramente su responsabilidad como Potencia ocupante de garantizar la seguridad y el bienestar de la población civil que se encuentra bajo su ocupación. Por tanto, la comunidad internacional, de conformidad con sus obligaciones jurídicas —y al respecto hago hincapié en las obligaciones de las Altas Partes Contratantes en el Cuarto Convenio Ginebra— debe garantizar la protección de nuestro pueblo hasta el fin de la ocupación militar. En este sentido, deseo informar al Consejo de que el Presidente Abbas ha enviado oficialmente a Suiza, el depositario, la solicitud de convocar a las Altas Partes Contratantes para que consideren la posibilidad de adoptar medidas destinadas al cumplimiento de sus obligaciones, en virtud del artículo 1 común y del artículo 146, en relación con las sanciones penales por violaciones graves, y hagan cumplir el Convenio en la Palestina ocupada, incluida Jerusalén Oriental.

El pueblo palestino, cuya capacidad de recuperación y firmeza honramos y encomiamos, recurre al Consejo de Seguridad en este momento crítico para que defienda sus resoluciones y sus principios permanentes, ante todo, para que salve vidas y salvaguarde las perspectivas de una solución justa y pacífica del conflicto sobre la base de la solución de dos Estados y las fronteras anteriores a 1967, cuestiones en torno a las cuales la comunidad internacional está unida, pero que se han visto tan gravemente socavadas por Israel. El Consejo debe enviar un mensaje firme a Israel para que ponga fin de inmediato a sus actos de agresión contra el pueblo palestino y cumpla las obligaciones contraídas en virtud del derecho internacional. Además, ha llegado el momento de que Israel, la Potencia ocupante, rinda cuentas por sus innumerables violaciones de los derechos humanos y crímenes de guerra, incluidos el asesinato de civiles palestinos, la destrucción arbitraria de bienes palestinos y la colonización perniciosa de territorio palestino.

Pedimos al Consejo de Seguridad que actúe ahora para detener el derramamiento de sangre en la Palestina ocupada, incluida la guerra más reciente de Israel contra Gaza, y hacer revivir nuestras esperanzas marchitas en cuanto a las perspectivas de poner fin a la ocupación y a este conflicto trágico y de lograr la paz y hacer realidad las aspiraciones de los palestinos a la libertad, los derechos y la justicia, que se les han denegado durante demasiado tiempo.

El Presidente (habla en inglés): Tiene ahora la palabra el representante de Israel.

Sr. Prosor (Israel) (habla en inglés): En primer lugar, quiero dar las gracias al Secretario General por sus observaciones. Durante su intervención, se dispararon otros cinco cohetes desde Gaza contra el sur de Israel, y uno de ellos cayó sobre una vivienda. Antes de comenzar mi declaración, quisiera dar las gracias al Embajador Gasana por presidir esta importante sesión.

En estos momentos, la organización terrorista Hamas dispara una lluvia de cohetes desde Gaza. Hamas atenta de manera intencional e indiscriminada contra la vida de 3,5 millones de hombres, mujeres y niños inocentes en Israel de norte a sur, desde Beersheba hasta Tel Aviv y Haifa. En los últimos 3 días, se han disparado 442 cohetes contra Israel, es decir, 1 cada 10 minutos. Quince segundos es el tiempo que se tiene para salvar la vida. Imaginen contar solo con 15 segundos para encontrar un refugio contra bombas. Ahora imaginen hacerlo con niños pequeños, padres de edad avanzada o un amigo enfermo. Una generación de niños israelíes está creciendo bajo la sombra de esa amenaza. Es una forma de vida anormal, que se ha convertido en la norma para muchos israelíes. Eso es absolutamente inaceptable. Ninguna nación, ningún pueblo y ningún gobierno podrían tolerarlo.

Hamas nos arrastró a este conflicto. En la noche del 12 de junio, tres adolescentes israelíes —Eyal, Gilad y Naftali— regresaban a casa de la escuela cuando fueron secuestrados y asesinados por terroristas de Hamas. En los días siguientes, Hamas comenzó a lanzar cohetes indiscriminadamente contra nuestras viviendas y ciudades. Mientras Israel demostró moderación, Hamas respondió con una agresividad descontrolada. Hubo más cohetes y más ataques terroristas. Algunos en este Salón han criticado a Israel por haber respondido finalmente a esos actos de provocación. Nos han acusado de reaccionar de forma desproporcionada. Pedir a Israel que demuestre moderación mientras nuestras ciudades son atacadas contantemente es como pedir a un cuerpo de bomberos que luche contra un gran incendio solamente con baldes de agua.

Ningún país aceptaría las amenazas que enfrenta Israel. Estamos decididos a proporcionar a los israelíes la seguridad y la protección que merecen. Esta semana, Israel lanzó una operación de legítima defensa, denominada Contorno Protector, para contrarrestar los ataques, defender a nuestros ciudadanos y garantizarles una vida sin amenazas constantes. El objetivo de nuestra operación es eliminar la amenaza planteada por Hamas desmantelando su infraestructura militar y restablecer la calma en Israel. No estamos buscando una solución cosmética, que permita a Hamas descansar y reagruparse. No vamos a concederles el llamado tiempo de espera para que puedan reabastecer los suministros de cohetes y atacarnos de nuevo dentro de unas semanas.

Israel está tomando grandes medidas para evitar que los civiles inocentes se vean afectados. Las Fuerzas de Defensa de Israel advierten a los palestinos en Gaza de los ataques inminentes. Al mismo tiempo, Hamas da instrucciones a esos civiles, diciéndoles que vayan a las azoteas de los edificios y actúen como escudos humanos. Hamas explota nuestra preocupación por la vida humana escondiéndose en viviendas, escuelas y mezquitas palestinas y utilizando el sótano de un hospital en Gaza como su cuartel general. Están cometiendo un doble crimen de guerra atacando a civiles israelíes y escudándose detrás de civiles palestinos. Hamas está tomando como blanco las líneas de abastecimiento de su propia población. Está lanzando cohetes a la planta de energía eléctrica en Ashkelon, la cual proporciona iluminación a los ciudadanos de Gaza. A principios de esta semana, Hamas provocó una explosión en un túnel cerca del cruce de Kerem Shalom, y está lanzando cohetes y misiles contra ese importante punto de entrada. Permítaseme ser claro. Hamas está atacando el único cruce a través del cual ingresan alimentos, medicamentos y otros bienes esenciales a Gaza. Eso demuestra en qué medida verdaderamente se preocupa por su propia población. A pesar de los ataques, Israel mantiene el cruce abierto, y los días martes y miércoles, 242 cargamentos de bienes ingresaron en la Franja de Gaza.

Los miembros de este órgano han criticado reiteradamente a Israel por restringir el ingreso de materiales de construcción a Gaza. Permítaseme explicar para qué se usan el cemento y el acero. Por cierto, no se usan para construir escuelas, establecimientos preescolares o viviendas. Se usan para fabricar cohetes que Hamas dispara de manera indiscriminada contra escuelas, establecimientos preescolares y viviendas israelíes. Se usan para construir los túneles del terror que Hamas utiliza para secuestrar a israelíes.

En los últimos años, Hamas ha creado una maquinaria militar masiva que está dotada de 10.000 cohetes. Actualmente Israel está adoptando medidas para desmantelar esa maquinaria. Hamas está decidido a recrudecer la situación con un arsenal para el cual ha contado con el apoyo de uno de los principales patrocinadores del terrorismo en el mundo: el Irán. En marzo, el Irán fue encontrado in fraganti cuando trataba de transferir misiles de largo alcance a Gaza. Esos misiles tienen un alcance de 160 kilómetros y pueden alcanzar los más importantes centros de población de Israel. Hamas debe entender que no puede atacar a civiles israelíes. Precisamente esta mañana, en una de nuestras autopistas, las Fuerzas de Defensa de Israel detuvieron un coche que estaba lleno de explosivos y se dirigía a efectuar un atentado suicida. A principios de esta semana, terroristas se infiltraron en Israel por el mar para llevar a cabo la misión de atacar un kibutz cercano.

Quisiera recordar al Consejo que el grupo terrorista relacionado con dichos atentados tiene un escaño en el Gobierno de unidad palestino. Hamas es una organización terrorista reconocida en el plano internacional por muchos países, incluso por algunos miembros del Consejo de Seguridad, el mismo Hamas que no reconoce la existencia de Israel y promueve un programa genocida por el que trata de lograr la destrucción de Israel. En su Carta se afirma claramente que Israel existe y seguirá existiendo hasta que el Islam lo aniquile. Hamas pone en práctica lo que predica. Ha enviado a terroristas suicidas a nuestros centros comerciales, ómnibus y cafés. Ha adoctrinado a toda una generación de niños palestinos y ha mandado a miles de jóvenes a campamentos de entrenamiento de terroristas. Desde 2013, ha intentado secuestrar a 64 israelíes.

Los miembros de la comunidad internacional respaldaron la asociación entre Fatah y Hamas, aun cuando Hamas no ha modificado su discurso ni ha actuado de conformidad con los principios del Cuarteto. No ha reconocido la existencia de Israel, no ha renunciado a la violencia ni ha aceptado los acuerdos anteriores. No obstante, la comunidad internacional ha estado dispuesta a aceptar este mal acuerdo, y ahora los ciudadanos israelíes están pagando el precio. Ha llegado el momento de que la comunidad internacional corrija esa equivocación y le deje en claro a Hamas que la unidad no equivale a la impunidad.

Mientras tanto, el observador de Palestina se sienta en este Salón y tiene la audacia de proteger a Hamas incluso cuando esa organización terrorista utiliza a su propia población como escudo humano. En su intervención, el observador palestino no mencionó ni uno solo de los cohetes lanzados contra Israel; fueron 442, y no dijo ni una palabra al respecto. Su silencio es tan ensordecedor como los cohetes que estallan en Israel en estos momentos. Mediante el lenguaje que ha elegido, el observador de Palestina se ha convertido en el vocero de Hamas. ¿Desde cuándo una organización terrorista tiene un puesto y una voz en las Naciones Unidas?

Durante años hemos solicitado a la comunidad internacional que condene el lanzamiento de cohetes. Se nos ha respondido con silencio. Durante años hablamos sobre los miles de cohetes que Hamas estaba ingresando en Gaza por medio del contrabando. Todos consideraron que estábamos exagerando y no dijeron ni una palabra. Durante años alertamos sobre el agravamiento inminente, y no nos hicieron caso. Ahora que los cohetes están cayendo en los patios de nuestras viviendas y que los terroristas están en los umbrales de nuestros hogares, ha llegado el momento de que la comunidad internacional finalmente reconozca lo que verdaderamente es Hamas: una organización terrorista que debe ser denunciada, desmantelada y deslegitimizada.

A diferencia de nuestros enemigos, Israel cree en el valor infinito de la vida humana. La Biblia dice: “Hoy te he dado a elegir entre la vida y la muerte (...) escoge, pues, la vida”. El pueblo judío siempre ha elegido la vida. Sin embargo, eso no es lo que observamos en el otro lado. En 2005, Israel fue desalojado de Gaza y, en el proceso, se desarraigó a 12.000 israelíes de sus hogares. Los palestinos tuvieron la oportunidad de construir una sociedad próspera y pacífica. En lugar de fortalecer a la población palestina están decididos a destruir a Israel. En lugar de escoger la vida, celebran la muerte. En Gaza existen plazas y hospitales públicos que llevan el nombre de terroristas. Visiten una escuela en Gaza y verán a los niños vestidos como terroristas suicidas, cantando amenazas de muerte contra Israel. Visiten el hogar de la madre de Abu Aysha, y ella les dirá cuán orgullosa está de que su hijo esté relacionado con el secuestro y el asesinato de Eyal, Gilad y Naftali. Una cultura que celebra el martirio y el asesinato es una cultura que siempre estará en guerra consigo misma y con sus vecinos.

Israel está a la vanguardia del mundo libre en la lucha contra el terrorismo islámico radical. La amenaza planteada por el terrorismo es una amenaza global: el Estado islámico en el Iraq y en el Levante, Al‐Qaida, Boko Haram, Hizbullah y Hamas. Desde Abuja a Faluya, los terroristas atacan nuestras escuelas y rascacielos, nuestros hogares y hospitales, nuestros centros comerciales y embajadas. Ninguna nación está inmune. Si la comunidad internacional desea que las naciones del mundo estén a su lado en la lucha contra el terrorismo el día de mañana, debe apoyar a Israel hoy. El llamamiento de sus capitales debe ser firme y claro: oponerse al terrorismo en un lugar significa oponerse al terrorismo en todas partes.

Nuestras ciudades, viviendas y familias se encuentran bajo fuego en este momento. Pregunto a todas y cada una de las personas presentes en este Salón: ¿qué harían si fuera su familia a la que estuvieran atacando? ¿Qué esperarían que sus Gobiernos hicieran? Hay solo un curso de acción responsable para el Consejo: condenar a Hamas, condenar el terrorismo y condenar el lanzamiento de cohetes. Debe solicitar al Presidente Abbas que disuelva el Gobierno de unidad y que respalde el derecho de Israel a defenderse. Esa es la única manera de lograr la paz en nuestra región.

El Presidente (habla en inglés): No hay más oradores inscritos en la lista. Invito ahora a los miembros del Consejo a celebrar consultas oficiosas para proseguir con el examen del tema.

Se levanta la sesión a las 10.50 horas.