Como el magistrado que trabaja en el Poder Judicial del Callao, Víctor Roberto Obando Blanco, afirma que su honor, reputación profesional, dignidad, han sido objeto de escarnio y difamación, planteó que se invitara a conciliar a los que él califica como agraviadores, la firma Cexport Exclusive ASC, Alpaca Factory EIRL y solicita como "Indemnización por daño moral una suma no menor a S/ 750 mil nuevos soles". Por excelencia esta clase de citas se hacen para llegar a acuerdos. Aquí parece más bien que alguien tiene la espada desenvainada y excesivo o poco interés en arreglar nada.

Afirma el magistrado Víctor Obando Blanco que su labor docente como profesor universitario, juez en múltiples procesos, ciudadano y padre de familia, son manifestaciones ejemplares que él puede ostentar con mucho orgullo. Eso es legítimo, alega, también que los que él considera sus agresores, son todo lo contrario. Pero no solo eso, transcribamos lo que sostiene en un párrafo en el punto 18:

"Es decir la actuación dolosa y calumniosa de los invitados (Cexport) contra el recurrente tenían como propósito, aparte de mancillar mi honor, el de valerse de esa actuación dolosa para apartarme de los procesos donde eran parte, creyendo que podían encontrar otros Magistrados que le sean funcionales a sus intereses como pareciera habría sucedido en el caso del Juzgado de primer grado". ¡Curiosa y maniquea forma de ver las cosas, acusa que le difaman y zahieren y por eso plantea la bicoca de no menos de S/ 750 mil como indemnización y él, por escrito, zahiere y presume una actuación reprobable "en el caso del Juzgado de primer grado".

Sería interesante comprobar si el juez Obando sigue siendo parte de los procesos entre Lima Airport Partners y Cexport. Si así fuera, la animosidad, la antipatía, la opinión negativa que posee don Víctor Obando contra Cexport es más que manifiesta, cuasi escandalosa. ¿No era que el juzgador debe aquilatar con serena actitud a los litigantes y decidir con pruebas y no con susceptibilidades así las consigne en una invitación a conciliar que más bien parece presión y más presión?

En las últimas semanas, el nombre del juez Víctor Obando Blanco ha salido recurrentemente en los medios de comunicación pero para nada asociado a su prestigio de padre, docente o ciudadano, sino más bien como relacionado con el extraño caso que involucra a Rodolfo Orellana de quien se dice que habría tejido una red criminal de quilates más que mayores. No resultaría la ocasión halagueña y mucho menos son datos de los qué enorgullecerse. Puede que el asunto sea circunstancial, no obstante la investigación debe seguir su curso y a los delincuentes ¡hay que meterlos a la cárcel!

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