29-9-2014

Si, ejerciendo imaginación potente, pusiéramos en Tacna una de las puntas de un compás gigante y trazáramos los arcos generados con la otra punta, abarcaríamos gran parte de los pueblos del sur del Perú, además del altiplano que llega a la Costa y buena parte del norte chileno. Más aún, con un megahospital, el doble o triple que el del Empleado en Lima, estaríamos asegurando la atención de millones de personas en un ámbito geopolítico de influencia, culturización y forja de una paz duradera contra los halcones, los vendedores de armas y las oligarquías gobernantes aquí o acullá.

La paz y la integración tienen que desarrollarse a través de núcleos económicos y sociales que generen justos términos de intercambio, trabajo bien remunerado, dignidad de la persona humana y sinceramientos hoy pendientes y sobre los que hay o puede haber múltiples discusiones acerca de cómo hacerlo.

El gas de Camisea debe transformarse en energía eléctrica para venderla a quien carezca de aquella y a precios de mercado. Por tanto no es un elemento natural desdeñable o prescindible, por el contrario es una herramienta fundamental en el ajedrez geopolítico en la zona. Electricidad con precio justo, paz irrestricta, desarme acelerado y aprovechamiento de todas las fortalezas y obliteración de las debilidades, deberes todos, irrenunciables. Ningún gobierno, salvo los que gozan regalando el patrimonio nacional, puede descuidar semejante filón para las negociaciones.

¿Hay condiciones para el establecimiento de la paz de los pueblos, de abajo a arriba y en términos prohibitivos para los guerreristas que inventan pretextos para robarse lo que no es suyo?

Estoy seguro que sí.

Varias veces he recordado cómo -según cifras oficiales- el turismo chileno que proviene desde su norte, arriba al Perú por cientos o miles y con un promedio personal de US$ 100 para gastar en comida, salud, artefactos, vestido, diversiones y eso se traduce en ingreso para las unidades económicas proveedoras y sus trabajadores peruanos. El movimiento migratorio es de sur a norte, no al revés. ¿Aprovecha Perú esta caja diaria por cientos de miles de dólares?

Más fácil es llegar a Tacna, Moquegua y Arequipa que ir a Santiago de Chile. Recuérdese que esas tierras fueron y son sociológicamente peruanas aunque el vecino del sur haya por la fuerza en 1879, tomado para sí esas zonas. Entonces no hay nada nuevo en esa migración que hay que ver con ojos modernos y prudentes pero decididos.

¿Qué se requiere? Audacia en el planteamiento, valentía en la acción. Sobran los mermeleros que ya venden sus servicios de imagen a cualquier empresa y los chilenos tienen varias aquí instaladas. Están demás los diplomáticos sin imaginación y atávicamente cautivos de un Chile cuyos halcones bélicos no cambian para nada.

El sobresaliente tema llama a inteligencia creativa y merece la construcción de planes geopolíticos que deben arribar a éxitos resonantes en los nuevos campos de batalla ingeniosa: el medio ambiente, el derecho a la salud, a la electricidad y al intercambio con igualdad entre el sur peruano y el norte chileno.

Un megahospital en Tacna con cientos o miles de médicos accionistas puede representar el gran núcleo de Salud en esta parte de Latinoamérica.

Acudamos a la historia, madre y maestra, que nos recuerda que hay países que arrebatan lo ajeno por la razón o la fuerza. Pero la paz de los pueblos beneficiarios con servicios de calidad, tecnología de punta, con precios accesibles, huérfana de jingoísmos y enemiga de los desmanes que protagonizan los quintacolumnas, tiene derecho a esa alternativa como política de Estado. Pero, si esto no es suficiente, bajar la llave de la luz, tampoco resulta difícil pues la ecuación presume de electricidad con paz, de lo contrario ¡a oscuras y con frío y que los bobos se vayan al diablo!

Cientos de profesionales del sector Salud y de otras ramas debieran pensar que una opción de esta naturaleza promovería un gigantesco polo de desarrollo multidisciplinario en Tacna desatendida por la estupidez consuetudinaria de gobiernos irresponsables e ineptos.

Hay que insuflar en nuestros oscuros políticos la semilla de liberación ideológica y tutela de peluqueros sociales que viven de dólares y euros y también de complejos de inferioridad con respecto a los del sur.

Con imaginación de ganadores y con elan de emprendedores ha llegado la hora de comprender que el Perú tiene que darse su propia respuesta en cuya formulación no están ni los políticos mediocres o los aventureros pusilánimes de una diplomacia claudicante como tampoco los peones y espías de otras potencias.

Tacna merece ser un gran dínamo moderno e inclusivo de progreso y peruanidad acendradas.

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