6-10-2014

¿Es diferente Enrique Cornejo de Alan García?

El lector debe reparar en que los mismos medios de comunicación que con alborozo invariable reproducen en grandes columnas, largos minutos al aire e imágenes interminables, cuanto dice el ex presidente, son los mismos que en la campaña municipal procuraron distinguir a uno del otro. ¿Será verdad tanta belleza?

Los resultados dictan en todo el país la agonía, sin pena ni gloria, de los partidos políticos. Muestra fundamental, el alanismo, fue desalojado de la presidencia regional en La Libertad. El cansancio de prácticas oprobiosas, inmorales, repugnantes, culminó en el castigo de dejar al partido creado por el trujillano Haya de la Torre ¡fuera! de la alcaldía y de la administración regional. ¡Ni siquiera conservó el último bastión histórico la dirigencia que no lidera nada sino que es una mueca miserable de otros tiempos mejores!

Si en Perú hay clara conciencia que el gran conjunto de miedos de comunicación conserva y defiende intereses a rajatabla, es imposible inferir que carece de intención en el tema de imagen de Enrique Cornejo. Mucho menos podría aceptarse que el ex presidente sea ajeno a este fenómeno baladí.

Suponiendo que fuera cierta la diferencia entre Cornejo y García, entonces, el importante porcentaje obtenido por el primero, constituiría, más que un triunfo -que no lo fue- por el sillón municipal, un categórico repudio a Alan García sobre quien pesan innumerables cuestionamientos que no ha podido desmentir sino atajar vía la complicidad de jueces al peso.

Es inocultable que García Pérez aspira en el 2016 a entrar en liza y acaso volver por tercera vez a la presidencia, como si el alojamiento en Palacio fuera sinónimo de buena gestión o de moral acrisolada. Todos saben que en este caso es absolutamente al revés. Por tanto, ¿alentaría aquél que alguien represente una corriente contraria? Las dudas son fáciles de encontrarse en el camino.

Los analistas episódicos siguen celebrando "la gran sorpresa" de Cornejo, por bobos o desavisados o cómplices inteligentes que persisten en esta especie tan de gambito de ajedrez: la aureola de un competidor aprista gana mucha votación y Alan acaba de declarar que él alentó su participación electoral por encima de la Comisión Política -grupete de cacatúas repetidoras de diktats- mostrando un oportunismo que se concatena mucho con la acción de los miedos.

Los partidos como escuelas docentes, academias de funcionarios públicos o forjadores de líderes ciudadanos NO existen. Sólo hay usinas que adiestran langostas que saquearán el erario público vía licitaciones con nombre propio, contratos malhadados, compras de urgencia con sobreprecio o ahorros en efectivo en la casa de sus principales actores. (Que un alcalde, como Torres de Chiclayo, posea 2 o más millones de soles en efectivo en su casa, pareciera ser una barbaridad.)

Una buena práctica la constituiría para los lectores descreer de todo que lea, vea en televisión o escuche por la radio. Y si se trata de redes sociales, le invito a refutar cuanto escribo pero que analice, lea la entrelínea, que no se deje engatusar por estúpidos que repiten cosas comunes y sobre quienes hay sospechas marcadas de ser parte de un sistema embrutecedor y esencialmente corrupto y corruptor.

Hoy todos se felicitan o inventan sus felicidades, por Twitter, Facebook, teléfono, radio o prensa escrita, pero no van al fondo de qué está ocurriendo con el derrumbe institucional profundísimo del Perú ¡precisamente! en sus alcaldías y gobiernos regionales. ¡Ni pensar en los grandes temas que debieran ser desvelo y elan cotidiano de los líderes políticos! ¡Sería demasiado pedir a mediocres cualquier solución distinta a aquella que provea de fondos para las quincenas y placeres hedonistas miopes y jactanciosos.

¡Bah! Sostener que Cornejo es distinto de Alan es un brulote. El ex ministro ha participado en muchas dinámicas que alentó García.

Y si en realidad es disímil tendrá que demostrarlo en la municipalidad con ediles cuyo único mérito hasta hoy ha sido la de ser alanistas incondicionales. ¿Podrá en ese océano infestado, nadar tranquilo Cornejo? El tiempo lo dirá.

Partidos: ¡a reinventarse o seguir agonizando!

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