Esta mañana, 1º de noviembre de 2014, las televisiones de los países de la OTAN y de las monarquías del Golfo mostraban un convoy de 155 peshmergas, o sea policías del gobierno autónomo regional proisraelí del Kurdistán iraquí, cruzando el territorio turco en medio de los aplausos de los kurdos de Turquía. Según esos medios de prensa, el mencionado convoy había llegado a Kobane, ciudad siria habitada principalmente por kurdos y actualmente sitiada por los yihadistas del Emirato Islámico (también conocido como Daesh y anteriormente designado como EIIL).

Pero se trata de una noticia falsa.

Los peshmergas se hallan acantonados en el campamento de refugiados de Suruc, en territorio turco, y sólo 10 de ellos entraron en Kobane… para volver de inmediato a Turquía.

Medios de prensa turcos están anunciando también que 700 combatientes del Ejército Sirio Libre (ESL, anti-sirio y pro-francés) ya llegaron a Kobane –al inicio debían ser 1 300. Pero los kurdos sirios sitiados en Kobane no confirman esa noticia y es además poco probable que el ESL disponga todavía de una fuerza de esa envergadura.

El gobierno de Damasco ha denunciado, por su parte, la proyectada entrada de peshmergas iraquíes en territorio sirio como una violación de la soberanía de la República Árabe Siria.

En Kobane, los aviones de la coalición conformada por Estados Unidos para luchar contra el Emirato Islámico siguen realizando algunos bombardeos –a un ritmo de 3 misiones aéreas diarias–, pero sin resultados visibles sobre la situación en el campo de batalla, mientras que, a unos 50 kilómetros de la ciudad sitiada, las tropas regulares de Damasco siguen tratando de abrir una brecha en la línea del frente bombardeándola masivamente –con un promedio de 150 bombardeos diarios.

Se desconoce la cantidad de yihadistas del Emirato Islámico que participan en el asedio de Kobane. Pero sí se sabe que un cargamento de armas lanzado en paracaídas por la fuerza aérea de Estados Unidos cayó en manos de esos yihadistas «por error».

Al menos 2 000 combatientes del PYG (organización de defensa de los kurdos de Siria) defienden actualmente Kobane. La mayoría de esos combatientes kurdos son ex miembros del PKK (el Partido de los Trabajadores del Kurdistán fundado en Turquía en 1978) que se vieron obligados a huir de Turquía para escapar a la represión y obtuvieron la nacionalidad siria al inicio de la agresión externa contra el gobierno de Damasco.

En París, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan se pronunció contra el empecinamiento de la coalición anti-Daesh por salvar Kobane, donde –según dijo– ya no quedan civiles sino únicamente «terroristas» del PYG.

Para completar el panorama, el presidente francés Francois Hollande propuso bombardear… Alepo, ciudad siria donde no hay fuerzas del Emirato Islámico sino que se mantiene bajo control del gobierno internacionalmente reconocido de la República Árabe Siria y sólo el suburbio norte está en manos de diversos grupos armados.