En Burkina Faso, la multitud derrocó sorpresivamente, el 30 de octubre de 2014, al presidente Blaise Compaoré quien había ejercido el poder en ese país durante 27 años. Desde los motines de 2011, Compaoré había logrado mantenerse en el poder desatando una dura represión, pero esta vez dimitió rápidamente y se refugió en Costa de Marfil.

El presidente Compaoré acababa de anunciar su intención de modificar el artículo 37 de la Ley Fundamental para poder presentarse nuevamente como candidato a la reelección en 2015. La Unión Africana condena, por principio, a los dirigentes que modifican la Constitución de sus países para hacerse reelegir indefinidamente.

Blaise Compaoré había llegado al poder el 15 de octubre de 1987 mediante el derrocamiento y asesinato de su predecesor, el antiimperialista Thomas Sankara. Conocido por su modo de vida frugal y su defensa de los pobres, el capitán Thomas Sankara se había convertido en uno de los líderes del Movimiento de Países No Alineados. El golpe de Estado contra Sankara fue preparado por Francia, gobernada en aquel momento por el presidente socialista Francois Mitterrand y el primer ministro de derecha Jacques Chirac.

Durante sus 27 años en el poder, Blaise Compaoré respaldó las operaciones neocoloniales francesas y estadounidenses en países africanos como Angola, Liberia, Sierra Leona, Mali, Guinea y Costa de Marfil.

Con ayuda de Francia, Compaoré fue sacado ahora de Burkina Fasso y encontró refugio en Costa de Marfil, país cuya nacionalidad ostenta gracias a su esposa, y donde había desempeñado además un papel central participando en la campaña de desestabilización contra el presidente Laurent Gbagbo –quien se había revelado contra Estados Unidos– y legitimando a su sucesor Alessane Ouattara, aupado al poder por la intervención militar de Francia.

En aquel momento, la ex Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Louise Arbour, declaraba:

«El señor Compaoré, después de haber sido militar golpista y padrino político de Charles Taylor, no es precisamente el hombre más confiable para predicar la democracia y (favorecer) el poder civil.»

A raíz de la dimisión del presidente Compaoré, el jefe del estado mayor de las fuerzas armadas, general Honoré Traoré, anunció el 31 de octubre de 2014 que asumiría la transición por 12 meses. Pero ante la presión de Estados Unidos, al día siguiente, 1º de noviembre, cedió el lugar al teniente coronel Isaac Yacouba Zida.

El teniente coronel Isaac Yacouba Ziba siguió en 2012 una formación en materia de contraterrorismo en la base aérea estadounidense de MacDill (Florida) y un entrenamiento en inteligencia militar organizado por el Pentágono en Botswana.

También en 2012, Estados Unidos organizaba un golpe de Estado en Mali, 5 semanas antes de la elección presidencial en ese país africano y a pesar de que el presidente en funciones no aspiraba a la reelección. Durante aquel golpe de Estado en Mali, el capitán Amadou Sanogo, quien al igual que el teniente coronel burkinabés Isaac Yacouba Zida había seguido cursos organizados por los militares estadounidenses, puso el poder en manos de uno de los candidatos a la elección presidencial, que finalmente no llegó a realizarse. Aquel nuevo presidente de Mali, Dioncounda Traoré, rápidamente legitimado por el presidente que la intervención militar francesa había puesto en el poder en Costa de Marfil Alessane Ouattara, lo primero que hizo fue… solicitar una intervención militar francesa en su país.

A pesar de que la ley estadounidense obliga al gobierno de Estados Unidos a imponer sanciones contra todo gobierno formado como resultado de un golpe de Estado militar, el Departamento de Estado saludó la llegada al poder del teniente coronel Isaac Yacouba Ziba en Burkina Faso y se ha limitado a exhortarlo a facilitar la rápida formación de un gobierno civil.