Los últimos días del imperio

En el primer libro, Helen Haiff, la protagonista, es una terca y tozuda periodista de finales de la Segunda Guerra Mundial que busca la primicia a toda costa. Por eso se meterá dentro del vuelo 19 del Fuerte Lauderdale, en Miami, y volará junto con un equipo de experimentados aviadores en sus prácticas. Durante el vuelo, por cosas del azar, los pilotos y Helen serán absorbidos por una anomalía temporal en el Triángulo de las Bermudas y así todos ellos serán tragados por un enorme vórtice, donde solo ella sobrevivirá. En el otro lado de la anomalía temporal, ella encontrará un mundo nuevo, extrañísimo, donde irá escuchando nombres míticos por todos lados: Nereo, Eolo, Eros, Hipólita, Medusa, Heracles, etc. etc. y no entenderá nada. Sin embargo, poco a poco irá comprendiendo ese raro y surrealista mundo y se dará cuenta, después de muchas correrías y peripecias, que se encuentra en un poderoso imperio que posee tecnologías muy sofisticadas, pero que está basado en la esclavitud. Luego, ella descubrirá más y más cosas hasta hacer un gran descubrimiento que la llevará a atar cabos y percatarse de algo que no se había dado cuenta antes. Pero, en ese momento habrá un giro inesperado en su vida.

En el segundo libro, héroes mitológicos arrastrarán a Helen a otro lugar, un lugar totalmente desconocido, donde tendrá a la fuerza que volver a adaptarse. Y se verá enfrentada a muchas pruebas cual Alicia en el País de las Maravillas: enfrentará a gigantescos monstruos, naves voladoras, centauros belicosos, guerreros primitivos y reyes sádicos. Helen tratará de entender qué es lo que son en realidad todos esos personajes que la rodean. Y poco a poco se irá acercando a una verdad que la dejará perpleja.

En el tercer volumen de la saga, Helen Haiff seguirá enfrentando duros obstáculos de los que saldrá victoriosa, pero luego ella se verá obligada a desatar sus oscuras pasiones que la impulsarán a cometer una serie de equivocaciones que la llevarán finalmente a realizar una profecía que el destino le tenía guardada.