«Esto es el futuro» anunció con orgullo el primer ministro [italiano] Matteo Renzi al inaugurar, junto a la ministra de Defensa Roberta Pinotti, la nueva instalación de Piaggio Aerospace en Villanova d’Albenga (Savona), instalación que los dirigentes de la compañía definen como un centro de excelencia que permite «mantener el papel de marca mundial en la aviación de negocios adquiriendo simultáneamente el de competidor mundial en el sector de la defensa».

Dicho de otra manera, a la producción de aviones de lujo para súper ricos y hombres de negocios vinculados a las transnacionales Piaggio Aerospace (nueva denominación de Piaggio Aereo) agrega ahora la fabricación de aviones de guerra, como el avión de patrulla multipropósito Patrol Aircraft y el drone P.1HH HammerHead.

En este último aparato se basa la apuesta de esa empresa para consolidarse en el sector militar. Se trata de un drone (avión sin piloto) de nueva generación, concebido para realizar una amplia gama de misiones. Con un largo y una envergadura alar de unos 15 metros y un peso máximo de más de 6 toneladas en el momento del despegue, este avión sin piloto puede volar más de 15 horas y dispone de un radio de acción de 8 000 kilómetros maniobrando ya sea en modo automático o piloteado desde una estación terrestre. Sus sofisticados sensores le permiten descubrir el objetivo, aunque esté en movimiento, y enviar sus coordenadas para posibilitar un ataque aéreo o terrestre o atacar directamente el objetivo con sus propios misiles y bombas dotadas de sistema de guía de precisión. Se trata, por lo tanto, de un sistema de armas concebido para su uso en guerras de agresión en áreas geográficas lejanas.

De esa manera, Italia «se deshace del moho» (sic), según declaró Rnezi en el discurso que pronunció en la fábrica de Piaggio Aerospace, donde podía verse al lado de la tribuna un modelo del nuevo drone. Al hablar de «moho», se refería probablemente al artículo 11 de la Constitución italiana sobre el rechazo a la guerra.

Lo de Piaggio Aerospace es «una historia que hay contar», agregó Renzi, por tratarse de una empresa que parecía acabada pero que logró despegar nuevamente. Cómo lo hizo es algo que puede comprenderse al ver la composición de su capital social, cuyo 98,05% se halla en manos de Mubadala Development Company, compañía del emirato de Abu Dabi presidida por Su Alteza el jeque Mohamed Ben Zayed Al Nahyan, príncipe heredero de Abu Dabi y vicecomandante de sus fuerzas armadas. El 1,95% restante pertenece al ingeniero Piero Ferrari (hijo de Enzo Ferrari, el fundador de la escudería automovilística de Maranello, donde se halla la sede de la firma que lleva su nombre), quien pasa así de los autos de carrera a los aviones de guerra. Fue bajo su presidencia, de 1998 a 2014, que Piaggio Aereo, ahora convertida en Piaggio Aerospace, entró en el sector militar.

O sea, la empresa que Renzi alaba ante Italia como el esplendoroso ejemplo a seguir… ya no es italiana sino que pertenece casi enteramente a la familia del emir de Abu Dabi, el más grande de los 7 Emiratos Árabes Unidos. Según Matteo Renzi:

«Nuestra relación de amistad con los Emiratos Árabes Unidos no nace simplemente del hecho que Mubadala está en el capital de Piaggio o de que Ethiad [otra compañía de los Emiratos] figura en el capital de Alitalia sino que nace de una profunda idea de coincidencia política.»

Y nadie tiene la menor duda de ello. Los Emiratos, al igual que Italia, están muy vinculados a Estados Unidos y su red de bases militares. Es por eso que en Washington, y por consiguiente en Roma, nunca se menciona el hecho –documentado por el informe de Human Rights Watch correspondiente a 2014– que en Abu Dabi, al igual que en los demás Emiratos Árabes Unidos, el poder se concentra por vía hereditaria en manos de las familias reinantes, que los partidos y sindicatos son ilegales, los disidentes son encarcelados y torturados y los inmigrantes (que constituyen el 88,5% de la población) se ven reducidos a la esclavitud.

¿Será ese, también para Italia, el «futuro» del que habla Renzi?

Fuente
Il Manifesto (Italia)

Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio