La mala hora del congresista Agustín Molina

El Cusco siempre fue llamado a mejores destinos por lo mismo de sus lauros histórico culturales de trascendencia y fama mundial y por sus autoridades y líderes ancestrales nombrados a dedo por la valía de sus nombres y de sus familias, empero los últimos decenios ha sido invadido por ciudadanos advenedizos procedentes especialmente desde las tierras chancas, que ahora ocupan cargos públicos en pago de favores que no sabemos su naturaleza o elegidos por el aún existente voto iletrado de un sector poblacional de nuestra región, y que con total cinismo buscan reelegirse y entornillarse de por vida en cuanto cargo público les ha sido encomendado por el pueblo, lo cual nos está llevando al cadalso no sólo material sino moral y de auto estima.

Es el caso del tristemente célebre congresista Agustín Molina Martínez, un personaje de anodina y triste existencia que antes de salir a la palestra pública era vendedor de veneno para ratas, pastillas para el carbunclo, enemas para las vacas locas y yohimbina para el ganado estresado en la calle Tres Cruces de Oro, con no más de cinco palabras en su léxico, que en mala hora se inscribió como militante del Partido Nacionalista y engatusando con unos cuantos billetes verdes a la pareja Humala-Heredia candidateó como congresista por el Cusco sin ser natural de esta región, con el resultado que hoy en día ocupa una curul en la cueva de la Plaza Bolívar en Lima, teniendo a su esposa como asesora también con sueldo del Estado a la que ahora niega y la llama una simple conviviente.

Gracias al denodado trabajo de investigación de auténticos nacionalistas y periodistas profesionales se ha desenmascarado a este ciudadano corrupto que de la noche a la mañana de vendedor de chucherías agropecuarias se ha convertido en próspero empresario de la rama de la hotelería y del turismo, seguramente por estar haciendo lobys en el congreso nacional para la dación de leyes que favorezcan a grandes transnacionales y agredan las economías y la moral nacional. No sólo nos asombra su enriquecimiento material e ilícito sino su falta de irrigación sanguinea en el rostro cuando niega a su cónyuge y afirma que su supuesta conviviente es la afortunada dueña de sus riquezas, es más aún niega en todas las formas y estilos que su asesor Diómedes Navarro un individuo sin oficio ni beneficio y simple parroquiano de las cantinas de Belempampa, que cobraba dos mil soles mensuales del Estado por intermedio del Congreso, o sea la plata de todos los peruanos, era también su administrador, cuartelero, tiende camas y echa bacines de su flamante hotel sin estrellas.

Agustín Molina Martínez

Aún recordamos cuando Agustín Molina el humilde ciudadano el 26 de mayo del 2006 entró súbitamente a la sala de traumatología del hospital de ESSALUD de esta ciudado, donde me encontraba hospitalizado después del abaleamiento que fuimos objeto por parte de los apristas, llevando entre manos un libro de actas para que firme como secretario general de su base nacionalista de Tres Cruces de Oro, queriendo aprovechar para sus fines personales la circunstancia coyuntural agraviante por que la que atravesaba, lo que desde ya pintaba de antemano la catadura moral de este personaje, dicha actitu fue rechazada por mi persona, obligándosele a que desaloje la sala médica.

El pueblo cusqueño debe ahora aprender en carne propia lo que les ha acontecido a otras regiones del norte centro y sur del país con sus representantes congresales como Elsa Canchaya, Tulia Benítez, Fredy Urtecho y otros elementos innombrables que por tener empleados fantasmas han sido desaforados de la casa legislativa peruana y Molina Martínez no tendría por que ser la excepción, pero que aprendan los otro cuatro gallardos restantes elegidos por arrastre del voto popular iletrado y jamás por elección individual.

A este respecto y a estas horas ya fue expectorado por el CEN nacionalista y se han pronunciado los entes deontológicos del Cusco como lo es el Ilustre Colegio de Abogados y los frentes de defensa de nuestra ciudad, la FARTAC y todos los sindicatos y agremiaciones campesinas, pidiendo que el corrupto congresista abanquino no sea blindado por los demás sátrapas del gobierno, debienso ser sometido a la Comisión de Etica, suspendido en sus funciones por un mínimo de 120 días, intervenidas sus cuentas bancarias y la inmovilización y custodia de sus bienes patrimoniales mal habidos, para que pueda resarcir la indemnización al Estado.

Sorpresas nos da la vida cuando nos percatamos que las sonrisas temblorosas, el verbo titubeante, el caminar lento y la mirada perdida de este tipo de personajes que son simplemente lobos de puna disfrazados de corderos que tienen entre ceja y ceja la única misión personal y de toda su caterva familiar el enriquecimiento ilícito y maquiavélico, no importándole los medios ni el costo social, quedando bien en claro que el peor chancho rompe el chiquero.

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