I. Como dramático y trágico episodio nacional ha quedado la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa Raúl Isidro Burgos, en Iguala, Guerrero, entre el 26 y 27 de septiembre de 2014. Las protestas demandando saber qué fue de ellos continúan por todo el país como nunca antes; ni en su más próximo precedente: la matanza de estudiantes en 1968; centradas en la sospecha –con los pelos de la burra en las manos– de que funcionarios, policías, militares y delincuentes los secuestraron. Y tal vez detonen la explosiva situación que agita a los 50 millones de pobres, a los 15 millones de indígenas y a los 40 millones sin empleo, más 10 millones de jóvenes que no son admitidos en estudios superiores, aunque con sus licenciaturas y maestrías no obtengan empleo. Ayotzinapa ha conjuntado los desastres sociales, económicos y políticos generados por el mal gobierno, la impunidad, la corrupción y los abusos patronales que explotan, con bajísimos salarios y la contrarreforma laboral peñista, a empleados, obreros, mineros, campesinos, etcétera.

II. El libro Ayotzinapa: la rabia y la esperanza, de Roberto González Villarreal, es un preciso análisis de “reconstrucción del surgimiento y las transformaciones de la protesta”, que por casi todo el mundo se conoce como: Ayotzinapa. Un ejemplo terrorífico de cómo la negligencia de los gobernantes permite que 43 estudiantes sigan desaparecidos por efecto de una de las mayores maldades de la complicidad: funcionarios-delincuentes. Son 87 breves ensayos conectados por el drama que viven los padres de esos normalistas y en cuya trágica situación los acompañan, me atrevo a decir, entre los que participan y los que están alerta, no menos de 50 millones. Bastan con 2 millones o 3 millones para encender las revueltas que sacudan las estructuras políticas y económicas del país. Ayotzinapa descubrió la cara de la democracia directa, la del pueblo en las calles, para darle la última oportunidad a un régimen presidencial que supuso que el autoritarismo podría renovarse vía el peñismo; pero se ha topado con la alternativa de más democracias: representativa y directa, o estalla el volcán social contra las elites que se “han vuelto incapaces e indignas de gobernar”, como en revolucionario discurso dijo Tocquevielle.

III. En 175 páginas, el autor nos invita a reflexionar sobre este nuevo parteaguas de nuestra historia política y social. “Son las protestas sociales que van reconfigurando las estructuras y los agentes sociales. Las que configuran instituciones y relaciones […] hasta que entran en colisión con los poderes instituidos y marcan grandes acontecimientos históricos [pues] son cada vez más frecuentes, más diversas, más masivas, más coordinadas, más radicales”. Con un panorama de veracidad sobre el todos a una de policías, funcionarios, sicarios y militares para desaparecer a esos jóvenes, sumados a los cientos de miles que han marcado al país, con un antes y después de Ayotzinapa –y la cuestionada incapacidad peñista para resolver los problemas–, es un libro excepcional que debe ser punto de referencia para no olvidar ningún detalle del trágico evento; factor común de las luchas de ayer, digamos 1988, y de ahora, 2015, hasta lograr lo que parece inminente: el estallido social por la explosiva situación política, económica y social, tras fraudes electorales y la pavorosa inseguridad donde el pueblo no tiene más salida que ejercer la democracia directa.

Ficha bibliográfica

Autor: Roberto González Villarreal
Título: Ayotzinapa: la rabia y la esperanza
Editorial: Terracota, 2015

Fuente
Contralínea (México)