Un periodismo “para obtener noticias, libertad para escribirlas, libertad para publicarlas, libertad para hacerlas circular […] sustentadas en que la seguridad de nuestra nación está también depositada en el valor de nuestras instituciones libres; en una prensa fastidiosa, una prensa obstinada, una prensa agresiva y que debe ser soportada por aquellos que ejercen la autoridad, precisamente con el fin de preservar nuestros mayores valores: la libertad de expresión y el derecho de la gente a estar informada […] No es simplemente la opinión de un columnista, la información de un reportero […] lo que está en cuestión es el libre flujo de información y opiniones lo que permite al público estar al tanto de las acciones y omisiones del gobierno. Estos son tiempos problemáticos. No hay mayor válvula de seguridad ante el descontento y el cinismo respecto al gobierno que la libertad de expresión en cualquiera de sus formas” (Pedro J Ramírez, Prensa y libertad).

En ese contexto es que escribe y difunde, en la prensa escrita y audiovisual, el periodista Jorge Ramos Ávalos. Quien en su sobresaliente y oportuno discurso en la ceremonia de la revista Time, para recibir un reconocimiento a su trabajo publicado en su columna semanal (Reforma, 24 de marzo de 2015), expresa que en nuestro país, otra vez, soplan vientos contra las libertades en general para seguir suprimiendo los derechos humanos de los mexicanos, sobre todo de quienes los ejercen para criticar el mal gobierno peñista y su desastrosa política económica de corte neoliberal, que lleva a la nación al callejón sin salida de la austeridad contra las mayorías, porque el copiloto de la nave estatal es Luis Videgaray, un suicida que quiere estrellarla en un acto de terrorismo económico.

Pues bien, enlistado como uno de los 100 ciudadanos más influyentes del mundo, Jorge Ramos ha dedicado su discurso-brindis al periodismo rebelde y crítico sin concesiones de ninguna especie. Y oponiéndose al autoritarismo político de gobernantes como Enrique Peña Nieto, hasta el cogote en la corrupción e inamovibles por la impunidad, el cinismo y el descaro de la elite gobernante. Y agregó que: “por eso tanta gente quiere su renuncia”, lo cual es más que cierto. Va en aumento la demanda de revocación de su mandato porque ya demostró que es incompetente. A ese respecto, Jorge Ramos puntualizó: “Y no nos vamos a callar”, porque como él y con él, no pocos periodistas pensamos y escribimos que la censura y despido del periodismo audiovisual y radiofónico en MVS contra Carmen Aristegui y los reporteros Daniel Lizárraga e Irving Huerta ha sido un abuso del poder presidencial y empresarial, un contubernio de Peña Nieto y MVS-Vargas, para derogar de facto los Artículos 6 y 7 constitucionales. Y suprimir el Artículo 1 que establece el imperio de los derechos humanos, sin distinción de diferentes opiniones, maneras de ejercerlos y entender la democracia como discusión de las ideas.

Televisa y Tv-Azteca son peñistas. Y para allá va Excélsior y su recién ganada concesión de televisión. Pero, así como existen periódicos y periodistas favorables al peñismo, también los hay que no comulgamos con sus políticas y que, como lo hace Jorge Ramos, criticamos sus corrupciones y sus pésimos resultados políticos, económicos, sociales y culturales, porque pensamos, y lo publicamos, que carece de formación. Y que ha sido un presidente más del montón que hemos tenido. Jorge Ramos ha puesto los puntos sobre las íes de esos cuestionamientos. Por eso también aplaudimos su discurso en los términos dirigidos al tema mexicano, que él conoce y sistemáticamente comenta en su periodismo oral y escrito. Periodistas como él necesitamos en nuestro país, donde Peña Nieto y su grupo mexiquense-hidalguense, con Aurelio Nuño y Eduardo Sánchez, están empujando sus tentáculos para tratar de asfixiar y limitar las libertades de información y crítica.

Ya hay bastantes presiones para la prensa que se mantiene dispuesta a seguir ejerciendo derechos para maximizar sus libertades de buscar y dar información, con análisis y sobre todo crítica al abuso del poder. Así que saludamos el brindis de Jorge Ramos Ávalos, su análisis y crítica al peñismo por sus abusos de poder y corrupción. Una voz muy autorizada y acreditada con sus puntuales colaboraciones periodísticas que necesitamos en México, para juntos defender las libertades y los derechos humanos como medios para salir al paso de los excesos del gobierno peñista, que está tanteando el terreno para continuar reprimiendo las protestas y para silenciar a la prensa que se rebela contra el autoritarismo.

Fuente
Contralínea (México)