Pero para entender mejor lo que está sucediendo en Ucrania conviene contrastar con otros puntos de vista el occidental. Rostislav Ishchenko es un analista ruso que ha publicado un indispensable artículo que circula por internet y cuyo título refleja la ambición de su intento: “¿Qué quiere Putin?”. Ésa es la pregunta que se hacen los gobiernos afectados por la crisis ucraniana para entender el comportamiento de Rusia en este conflicto.

Ha sido calificado por un politólogo estadunidense como “una verdadera obra maestra: un análisis exhaustivo de la posición geoestratégica de Rusia y un claro y preciso análisis de toda la ‘estrategia de Putin’ para Ucrania”. [1]

Para Ishchenko, el conflicto ucraniano no concierne sólo a una parte del territorio europeo, sino a todo el sistema internacional. Su resolución no será sólo “ucraniana” o “novorrusa” –según triunfe el gobierno de Kiev o los independentistas del Dombás–, sino que el principal resultado será la victoria estratégica de Estados Unidos o de Rusia, lo que afectará a la totalidad del planeta.

Ishchenko opina que, silenciadas las armas, serán la política y la diplomacia las que determinen el resultado final del conflicto. En esto no cuentan “los políticos de Kiev porque no deciden nada… Al final mandan los estadunidenses. Ni los sublevados de Dombás y Lugansk, porque “existen sólo con el apoyo de Rusia”, cuyos intereses son los que han de proteger.

Sobre la Unión Europea es claro: “Tampoco estamos interesados en la posición de la Unión Europea. Mucho dependía de la Unión Europea hasta el verano del año pasado, cuando la guerra se podría haber evitado o detenido desde el principio. Se necesitaba una posición dura y de principios en contra de la guerra por parte de la Unión Europea. Podría haber bloqueado las iniciativas estadunidenses para iniciar la guerra, y la Unión Europea se habría convertido en un actor geopolítico independiente y significativo. La Unión Europea dejó pasar esa oportunidad y en lugar de eso se comportó como un fiel vasallo de Estados Unidos”.

En consecuencia, “lo que nos debe interesar es la opinión de los dos principales contendientes que determinan la configuración del frente geopolítico y están luchando por la victoria en la guerra de nueva generación: la Tercera Guerra Mundial centrada en la red. Estos contendientes son Estados Unidos y Rusia”.

Analiza la posición de ambas potencias y los intereses enfrentados: “Para Estados Unidos, un compromiso con Rusia significaría renunciar de forma voluntaria a su hegemonía, lo que lo llevaría a una catástrofe sistémica acelerada: no sólo una crisis política y económica, sino también una parálisis de las instituciones del Estado y la incapacidad del gobierno para funcionar. En otras palabras, su inevitable desintegración. Pero si Estados Unidos gana, entonces es Rusia quien experimentará la catástrofe. Después de un cierto tipo de ‘rebelión’, las clases dirigentes de Rusia serían castigadas con la liquidación y confiscación de activos, así como penas de prisión. El Estado se fragmentaría, se anexionarían territorios sustanciales y el Ejército del país podría quedar destruido”.

¿Qué piensa Putin? Ha sabido impulsar el renacimiento de Rusia incluso en condiciones hegemónicas de Estados Unidos. Entendió la naturaleza estadunidense y supo adaptarse a la situación. Sólo gradualmente empezó a mostrar cierto nivel de confrontación (Georgia, Osetia, Abjasia) hasta que en 2012 la flota rusa participó en el conflicto sirio, dispuesta a enfrentarse con la OTAN. Pero tras el golpe de Estado en Kiev en 2014, la confrontación fue definitiva: “de haber estado en la era prenuclear, la guerra hubiera sido declarada de forma automática”, asegura Ishchenko.

No puede resumirse la complejidad en este análisis, pero hay que reseñar que un objetivo de Putin es “evitar la mayor parte de los efectos negativos de una conflagración en Ucrania y una conflagración en Europa. Debido a que es imposible evitar completamente ese resultado (si Estados Unidos quiere encender el fuego, lo hará), es necesario poder extinguirlo rápidamente para salvar lo que es más valioso”.

Opina el autor que Putin puede ganar “la guerra de las sanciones, la guerra de nervios, la guerra de la información, la guerra civil en Ucrania, y la guerra económica”. Pero también “Putin considera que la paz es de vital importancia, ya que es la paz la que hará posible alcanzar sus objetivos con efecto máximo a costo mínimo. Pero debido a que la paz ya no es posible y las treguas son cada vez más teóricas y frágiles, Putin necesita la guerra para terminar lo más rápido posible”. Una guerra que destruye Ucrania, agota y divide a la Unión Europea e implica a Estados Unidos en su pugna directa con Rusia. Aunque el lector discrepe del politólogo ruso, le aconsejo leer este interesante análisis.

Fuente
Contralínea (México)

[1El texto traducido se encuentra disponible en: http://sakerlatam.es/tag/rostislav-ishchenko/.