El presidente ucraniano (a la izquierda) presenta a Mijail Saakachvili, ex presidente de Georgia, como nuevo gobernador de la región ucraniana de Odesa.

El fugitivo ex presidente de Georgia, Mijail Saakachvili, acaba de ser presentado oficialmente a la población de Odesa como nuevo gobernador de esa región [1]. Allí reemplaza al oligarca Igor Kolomoiski, quien ocupaba el puesto de gobernador del oblast de Dnipropetrovsk. Al comentar el nombramiento, el oligarca ucraniano declaró que, quizás, «Saakachvili cederá Odesa a los rusos y después tendremos que reconquistarla».

Es cierto que existe una lucha por el poder entre Porochenko y Kolomoiski, dos de los hombres más ricos e influyentes de Ucrania. Pero esa rivalidad no tiene ahora mucha importancia ya que la nominación de Sakachvili está basada en el deseo de concretar una serie de proyectos de gran envergadura. Los conflictos entre Porochenko y Kolomoiski pasan, por lo tanto, a un segundo plano.

El objetivo final de toda la crisis ucraniana y del «proyecto EuroMaidan» es arrastrar la Federación Rusa a un conflicto militar. Si bien Rusia ha logrado en el Donbass no dejarse llevar a intervenir directamente en la crisis y las autodefensas de las Repúblicas Populares de Donetsk y de Lugansk han logrado detener al agresor, hay menos posibilidad de que la región de los alrededores del Mar Negro tenga la misma suerte.

En primer plano se encuentra allí Transnistria, una pequeña República moldava cuyo territorio abarca solamente una estrecha franja de tierra de 200 kilómetros de largo, sin frontera común con Rusia ni acceso al mar, en la que viven más de 200 000 ciudadanos de la Federación Rusa [2].

La posición geográfica de Transnistria recuerda la de Osetia del Sur, exceptuando el hecho que Transnistria está totalmente cercada.

La nominación de Saakashvili como gobernador del oblast de Odesa, que tiene fronteras con Transnistria, es la continuación del proyecto tendiente a bloquear esa pequeña república rebelde. Paralelamente al caso de Transnistria, esa nominación facilita también el bloqueo de las tierras pertenecientes al distrito autónomo de Gagauzia, que también tiene fronteras con el oblast de Odesa.

Otras tareas que esperan a Saakachvili son garantizar la monopolización de los recursos económicos y presionar a la disidencia teniendo en cuenta que Odesa fue y sigue siendo una de las ciudades que no han podido ser invadidas por la ideología proeuropea de Maidan. Es evidente que las instalaciones portuarias del oblast de Odesa siguen siguiendo para Ucrania fundamentales en materia de comunicación y de transporte militar, sobre todo para la importación de armamento proveniente de Estados Unidos y la exportación de cereales, víveres y fertilizantes así como de la producción metalúrgica. En caso de intervención militar, el puerto se convertiría en un punto estratégico de entrada para las tropas extranjeras y los mercenarios enviados por firmas de seguridad privadas.

Por todas esas razones, no está de más pasar revista a las tareas que tendrá Saakachvili, recientemente convertido en ciudadano ucraniano y gobernador del oblast de Odesa.
 En el plano geopolítico:
• bloquear completamente el territorio de Transnistria e iniciar una guerra contra ella y, ¿por qué no?, contra Gagauzia.
 En el plano político-económico:
• terminar la privatización de los puertos en beneficio de las grandes empresas estadounidenses, apartando a la oligarquía local, que hasta ahora esperaba beneficiarse con ese proceso;
• organizar el transporte de cereales y víveres a través del puerto de Odesa, lo cual puede provocar una hambruna en los territorios del sur de la Ucrania anterior a Maidan.
 En el plano político:
• disolver definitivamente todos los grupos de opositores al nuevo poder de Kiev, sobre todo aquellos que tengan presencia en los medios de prensa y los consejos locales;
• atraer una parte de la élite local y de la burguesía a cambio de bienes pertenecientes a la élite disidente.
 En el plano militar:
• reunir y organizar los grupos de bandidos provenientes de las organizaciones paramilitares en el seno de un solo órgano represivo realmente eficaz;
• purgar la milicia excluyendo a los miembros que se oponen al nuevo régimen de Kiev.

Saakachvili odia Rusia, en particular a Vladimir Putin, lo suficiente como esperar que se atreva a hacer algo que nadie esperaría. Un dirigente que [como Saakachvili] ya fue capaz de desatar una guerra civil, es un individuo que no se detiene ante nada. Además, carece de todo tipo de compromiso privado, moral, histórico o familiar con Odesa o Transnistria.

Los crímenes que Saakachvili ya cometió en el pasado contra los pueblos de Osetia, Abjasia y Georgia, y que quedaron impunes, conducirán seguramente a nuevos crímenes. Para el actual régimen de Kiev, la impunidad de Saakachvili se ha convertido en un ejemplo a seguir.

Si algo nos enseña la Historia es que un crimen que queda impune está llamado a repetirse indefinidamente.

Fuente
Оdnako (Rusia)

[1«Mijaíl Saakachvili abandona su nacionalidad georgiana», Red Voltaire, 2 de junio de 2015.

[2«En 1992, Estados Unidos trató de aplastar militarmente la Transnistria», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 17 de abril de 2010.