¿Qué pasa en el Carmelitas?

Tres testimonios de padres que no se conocen entre sí y con quienes me topé en varias circunstancias dan cuenta que en el Colegio Nuestra Señora del Carmen, más conocido como Carmelitas hay un total divorcio entre el alumnado y el plantel docente y que éste no alienta una enseñanza integral sino desdeñosa y lejana para con los educandos.

Todos solicitaron, por temor a represalias con sus hijos, el más absoluto anonimato.

La tarea de los profesores es la de orientar a los escolares, comprenderlos si acaso pasan por momentos angustiosos que vienen no pocas veces de casa (peleas de padres, separación, divorcios violentos, angustias económicas), y comprender sus climas y humores para instarlos a caminos de solución directa, con los padres (al menos uno de ellos) y bajo la premisa que el niño o niña no debe resentir su rendimiento ni las notas.

Pero no. Las tres personas se quejaron de algunos maestros de primaria y que mantienen una cerrazón impermeable a cualquier cosa que no sea lo que dicen los manuales. Es más, todos coincidieron que los profesores alientan de un modo cínico que un alumno con dificultades repita el año. Total, parecen decir, el colegio sigue teniendo ingresos asegurados.

La pensión del Carmelitas es de S/ 1500 o el equivalente aproximado de US$ 500. No es poca cosa.

Varias décadas atrás existía una oficina que se llamaba OBE, Organización y Bienestar del Educando), integrada por un psicólogo y turnos de maestros que dedicaban horas al análisis, problemática y búsqueda de soluciones para alumnos con problemas de toda índole. Eso parece haber fenecido porque la mistica que antaño guiaba a los profesores ha desaparecido y en su lugar hay apatía, desánimo, conformismo y poco entusiasmo porque el alumno supere sus problemas en conjunto con los profesores y los padres.

Uno de los casos, el más álgido, se refiere a un niño de 11 años que reprobó comunicación integral y lógico matemática. Entonces según el Departamento Académico, Normas y procedimientos, en el acápite:

Repitencia:

Repiten si obtienen “C” en Comunicación Integral y Lógico-Matemática.
El padre reclama porque no sabe nada del asunto y las comunicaciones desde el colegio a la casa han sido insuficientes. El email -exclama- no reemplaza la nota en el cuaderno, la citación física que lleva el mismo alumno para que el padre la firme o la llamada telefónica. Resulta ocioso llamar al padre cuando el caso de repitencia es inminente y ¡otra vez a pagar un año más!

Entonces, el padre es atendido por la directora pero no da salidas, se empecina en que el alumno es el culpable y que “no se puede hacer nada”. ¿Dónde está entonces que el colegio funciona en coordinación perenne con el padre de familia?

Según los tres padres, la calidad profesional o instrucción de los profesores deja mucho que desear y el mejor ejemplo son los escolares que carecen del respaldo con que deben contar en el colegio y a través de los profesores.

Haría bien el Ministerio de Educación en reparar en estas líneas que desafortunadamente llegan por testimonio directo a fines de año cuando está por cerrarse el 2015 en casi todos los colegios del Perú. Sin embargo, ello no impide tomar debida nota y ejercer todo el peso administrativo necesario para la corrección de estos males.

Sería interesante saber ¿cuántos alumnos repitentes más hay para el próximo 2015 que el año pasado? Así podría establecerse una estadística y un patrón, de haberlo, de cómo se induce a esta práctica lesiva contra el bolsillo de los padres de familia.