Periodista: Señor Presidente, ¿qué sentimientos le inspira el ver a decenas de miles de sus compatriotas sufriendo hambre en las carreteras mientras tratan de llegar a Turquía para escapar a los bombardeos de sus aliados rusos sobre Alepo y el hecho de ver niños sirios ahogados mientras trataban de atravesar el mar para llegar a Europa?

Bachar al-Assad: Si usted quiere que hablemos de sentimientos, yo también soy parte de ese pueblo. Es por lo tanto evidente que mis sentimientos son los mismos. Todo ese espectáculo doloroso nos hace sentir a todos dolor como sirios. Pero como responsable, la pregunta no debería ser sobre lo que uno siente sino sobre lo que vamos a hacer ante esa situación.

Cuando la causa no son verdaderamente los bombardeos rusos, como afirman hoy los medios de prensa occidentales, sino más bien los terroristas; cuando el embargo que Occidente nos impone desde hace ya 5 años es una de las causas de la migración, es normal que mi primera misión, al igual que la de todo responsable en este país, en este Estado, sea en primer lugar luchar contra el terrorismo, esencialmente con medios sirios, solicitando a la vez el apoyo de nuestros amigos para combatir ese terrorismo. El problema de los refugiados que se encuentran en el extranjero, al igual que el problema del hambre, como usted dice, son dos problemas provocados por los terroristas y por el embargo impuesto al pueblo sirio.

Periodista: Precisamente hablamos de actos para aliviar ese sufrimiento. ¿Podría usted plantearse el cese de los bombardeos contra la población civil y sobre del asedio de las ciudades, como por cierto está pidiendo la oposición como condición para regresar a Ginebra?

Bachar al-Assad: Desde el inico de la crisis, el conflicto era sobre quién podría ganarse la base popular en Siria. Teóricamente hablando, es imposible para nosotros bombardear a los civiles y querer al mismo tiempo que se pongan de nuestra parte. En cuanto a la práctica, ustedes mismos pueden viajar por Siria, por las regiones que el Estado controla. Podrán ustedes comprobar entonces que todos los componentes de la sociedad siria, incluyendo a las familias de los armados, viven bajo la protección del Estado. En el caso de la ciudad de Raqqa, que se halla totalmente bajo el control de Daesh [1], incluso seguimos pagando los salarios de los funcionarios y enviamos vacunas para los niños que allí se encuentran. Es por consiguiente ilógico que el Estado bombardee a los civiles a los que sigue ofreciéndoles a la vez todos esos servicios, a menos que haya algún error, de esos que pueden además producirse en todo combate. La regla general es que en toda guerra hay víctimas inocentes, pero esa no es ciertamente la política del Estado sirio.

Periodista: ¿Qué dice usted de la gente que se va para Europa? ¿Les dice usted “Vuelvan”? ¿Qué les dice usted?

Bachar al-Assad: Por supuesto, yo espero ciertamente que todo el que haya dejado Siria vuelva a ella. Eso es normal, pero no es suficiente. No basta con los sentimientos. Esa gente va a preguntarme: “¿Por qué habría yo de volver? ¿Ha terminado el terrorismo? ¿Están ahora disponibles las cosas más necesarias para la vida?” Muchos de los que han emigrado no están en contra del Estado ni a favor de los terroristas. Pero a veces hay circunstancias que lo obligan a uno a emigrar.

Mi respuesta a esta pregunta será la siguiente: cuando haya un retroceso del terrorismo y mejoren las cosas, ellos volverán por voluntad propia y sin necesidad de invitarlos. Más que invitar a esos ciudadanos a que vuelvan, yo quiero lanzar un llamado a los gobiernos europeos que contribuyeron directamente a provocar ese éxodo –garantizando primeramente una cobertura a los terroristas e imponiendo a Siria un embargo–, para que ayuden al regreso de los sirios a su tierra.

Periodista: ¿Será la reconquista de Alepo una cuestión de días? ¿Cuáles serán después las próximas etapas? ¿La reconquista total de Latakia, de Alepo y de Idlib?

Bachar al-Assad: Actualmente, el objetivo de los combates en Alepo no es recuperar la ciudad porque ya estábamos allí. La batalla principal es más bien por cortar la ruta entre Alepo y Turquía, que constituye la principal vía de abastecimiento de los terroristas. Estamos combatiendo actualmente en más de 10 frentes, de norte a sur y del este hacia el noreste, y también en Latakia, en el oeste. También había combates en Homs, que en este momento ya han terminado. Todas las etapas se desarrollan, por consiguiente, de forma paralela.

Periodista: ¿Piensa usted que puede recuperar todo el territorio sirio y en qué plazo?

Bachar al-Assad: Seamos o no capaces de hacerlo, es ese el objetivo que trataremos de alcanzar sin vacilación alguna. No es lógico decir que vayamos a renunciar a alguna parte de nuestro territorio.

En cuanto al plazo, eso depende de 2 factores. Suponiendo, en primer lugar, que el problema sea estrictamente sirio, o sea que Siria está aislada de su entorno. En ese caso, nosotros podemos resolver el problema en dos ejes: la lucha contra el terrorismo y la acción política. En el segundo caso, el caso actual donde hay reabastecimiento permanente de los terroristas a través de Turquía, de Jordania y, a veces aún, a través de Irak claro está, ya que Daesh está allí, con apoyo saudita, turco y qatarí, es evidente que los plazos de la solución serán largos y que habrá que pagar un alto precio. Así que es difícil dar una respuesta precisa en cuanto a los plazos.

Periodista: ¿No puede usted decir en cuántos volverá la paz a Siria?

Bachar al-Assad: La cuestión es saber por cuántos años mantendrán su apoyo al terrorismo Turquía y Arabia Saudita. Esa es la cuestión. ¿Y cuándo presionará Occidente a esos países para que cesen su apoyo al terrorismo.

Periodista: Señor Presidente, ¿puede usted decirme quién es su enemigo principal? ¿Es la oposición moderada, son los aliados islamistas [de esa oposición] o los yihadistas de Daesh? Muchos se hacen esta pregunta porque notan que las actuales fuerzas de usted apuntan sobre todo a ciudades bajo control de la oposición que se dice moderada y de sus aliados islamistas y no tanto a las que controla Daesh.

Bachar al-Assad: Yo pienso que en el país de ustedes, en Francia, ustedes no utilizarían el término «oposición», como en todas partes del mundo, para alguien que porta un arma. La oposición es política, por definición. Si suponemos que lo que usted quiere decir es «terroristas moderados», ya eso sería un término nuevo. Usted quiere decir que no pertenecen ni a Daesh, ni a al-Nusra, ni a Ahrar al-Cham u otros más. Mi respuesta es, por lo tanto, que todo terrorista es un enemigo. Nosotros respetamos toda oposición política… y tenemos una oposición política que está en Siria y que adopta posiciones duras ante el Estado, pero no la atacamos.

Periodista: Para ser muy claro, usted no hace diferencia alguna entre todos los que portan armas en contra de su gobierno. Tanto si dicen ser de Daesh o de grupos que se dicen «moderados», para usted no hay ninguna diferencia.

Bachar al-Assad: En el plano legal, no hay diferencia. El Estado enfrentará a toda persona que porte armas, sin interrogarlo sobre su ideología. Hay, sin embargo, una diferencia y es que los grupos radicales rechazan el diálogo con el Estado. Sólo piensan en pelear, morir e irse al paraíso. Esa es su ideologia. En cuanto a los grupos no ideológicos, la mayoría han sido engañados. Posteriormente entraron en diálogo con el Estado. Varios depusieron las armas, algunos incluso están combatiendo hoy junto al ejército, y nosotros les concedimos una amnistía por haber renunciado a las armas.

Periodista: Señor presidente, ¿cómo consideran ustedes [los grupos] Jeyche al-Islam y Ahrar al-Cham? Esos grupos negociaron con ustedes, estuvieron en Ginebra. ¿Cómo los consideran ustedes?

Bachar al-Assad: Estuvieron en Ginebra como parte de la oposición formada por Arabia Saudita. Como Arabia Saudita respalda el terrorismo a escala mundial, sus representantes, naturalmente, no son políticos sino terroristas,

Periodista: Entonces, nada de negociaciones con ellos…

Bachar al-Assad: Ya en Ginebra 3, no se suponía que tuviésemos negociaciones directas sino a través de De Mistura. Así que, para hablar con exactitud, allí no negociamos con sirios sino con representantes de Arabia Saudita, de Francia, de Gran Bretaña, etc. Si ustedes interpretaron aquello como un diálogo siro-sirio, la respuesta es naturalmente negativa. El diálogo con esa gente no es de ninguna manera un diálogo siro-sirio. Este último tipo de diálogo se hace con grupos sirios que residen en Siria, como la oposición política en Siria, por ejemplo. Toda personalidad con la que nosotros dialoguemos y que se dice de «oposición» pero que pertenece a un país extranjero o a servicios de inteligencia extranjeros no representa a los sirios en el diálogo y simplemente no la consideramos como siria.

Periodista: Cuando usted dice que ustedes están en Ginebra, ustedes están allí para negociar con gente que viene del exterior.

Bachar al-Assad: No, algunos vienen del interior. Hay otros que viven en el exterior pero que hacen política y tienen partidarios en Siria. Pero yo no me refiero solamente a terroristas sino a alguien que ha sido fabricado y formado en el extranjero y que trabaja al servicio de un país extranjero.

Periodista: Usted habla de una oposición política. Usted dice que esa oposición existe en Siria. ¿No piensa usted que si hubiese tolerado el surgimiento de una oposición política más fuerte en los últimos quizás hubiese podido evitar este conflicto? ¿No es en parte responsable su gobierno de lo que está sucediendo?

Bachar el-Assad: Nosotros no decimos que no hayamos cometido errores en Siria, como es normal en cualquier otro país. No decimos que en el Medio Oriente hayamos llegado a una gran apertura política. En Siria, nosotros marchábamos en esa dirección a una velocidad limitada y quizás demasiado lentamente.

Para volver a su pregunta, la parte de la oposición más radical dentro de Siria no fue encarcelada ni fue perseguida por el Estado, ni antes ni después de la crisis. Así que no entiendo qué mayor tolerancia puede pedir usted en este caso.

Periodista: Para la oposición siria ha sido difícil organizarse en cuanto a hacer campaña. El gobierno no le ha dejado nunca mucho margen de maniobra.

Bachar al-Assad: Usted está hablando de una situación generalizada en el Medio Oriente. Eso es relativamente cierto, fundamentalmente en el mundo árabe. Pero no se trata de una cuestión de tolerancia. La tolerancia es más personal que institucional. Se trata de saber qué hacer en el plano institucional en aras de avanzar. Esa es la cuestión. Eso tiene dos aspectos: uno de orden jurídico y otro de orden social o cultural, ya que la democracia, antes de ser una ley, es una cultura. Usted no puede avanzar hacia la democracia en el plano legal mientras que en el plano cultural se mantiene en el mismo lugar.

Periodista: ¿Cree usted posible una intervención turca en Siria? ¿Piensa usted que es seria la amenaza de intervenir de los sauditas?

Bachar al-Assad: Lógicamente hablando, yo diría que la intervención es imposible. Pero la realidad a veces contradice la lógica, sobre todo cuando hay personas ilógicas e insensatas dirigiendo un país. Es por consiguiente una posibilidad que yo no puedo excluir, por una razón muy simple: Erdogan es una persona intolerante, radical, es un pilar de la Hermandad Musulmana que vive en el sueño otomano. Los fracasos [del proyecto de la Hermandad Musulmana] registrados en Túnez, en Libia, en Egipto y en Siria son para él fracasos personales que amenazan, primeramente, su futuro político, pero que también ponen en peligro sus aspiraciones islamistas radicales. Él se cree portador de un mensaje del islam en nuestra región. Lo mismo sucede con Arabia Saudita, los fracasos de los terroristas en Siria constituyen un fracaso de la política saudita. De todas maneras, ese tipo de operación no será fácil para ellos y pueden dar por seguro que nosotros los enfrentaremos.

Periodista: Señor Presidente, estaría usted dispuesto a conceder una región autónoma a los kurdos de Siria después del final del conflicto?

Bachar al-Assad: Eso depende directamente de la Constitución siria. Ustedes saben perfectamente que la Constitución no es producto de un gobierno sino de todos los componentes del país y que debe ser sometida a un referéndum. La cuestión debe, por lo tanto, plantearse a escala nacional y no presentarse a ningún dirigente sirio, independientemente de quién sea, ya se trate de una autonomía o de una confederación, o incluso de una descentralización… son cosas que serán parte de un diálogo político. Pero yo quisiera afirmar que los kurdos son parte del tejido nacional sirio.

Periodista: ¿Es cierto que Rusia ha tratado de convencerle a usted de que deje el poder? ¿O sea, no existe un peligro de que los americanos [Léase, los estadounidenses. Nota de la Red Voltaire.] y los rusos se pongan de acuerdo a espaldas de usted?

Bachar al-Assad: Es posible, si se considera la política y los políticos rusos de la misma manera que la política y los políticos estadounidenses y si se piensa que siguen una política igualmente contraria a los principios éticos. Pero no es el caso y por una razón muy simple: es que los rusos nos tratan con gran respeto. Actúan hacia nosotros como una gran potencia hacia un Estado pequeño, pero como un Estado soberano hacia otro Estado soberano. Es por esa razón que esta cuestión no se ha planteado nunca y de ninguna manera.

Periodista: ¿Seria usted favorable a la concesión de bases permanentes a Rusia en Siria e igualmente a Irán? En ese caso, ¿no teme usted que su país se convierta en una especie de vasallo de esas dos potencias?

Bachar al-Assad: La presencia de bases militares de cualquier Estado en Siria no significa para nada que Siria se convierta en su vasallo. [Esos países] no intervienen ni en la Constitución, ni en la ley, ni en la acción política. Ya existe una base rusa. Pero los iraníes no han pedido nada de eso y nosotros no tenemos en ese sentido un problema de principio.

Periodista: ¿Les ha pedido Rusia instalar una nueva base en Siria?

Bachar al-Assad: Esa cuestión no se ha planteado y es, por consiguiente, hipotética. Pero, como acabo de decirle, cuando lo aceptamos para Rusia eso quiere decir que es, en principio, algo aceptable. Pero eso depende también de los potenciales de cada Estado y de su papel en la escena regional e internacional.

Periodista: ¿Le ha pedido Rusia instalar nuevas bases en Siria?

Bachar al-Assad: No.

Periodista: Como usted sabe, la campaña presidencial americana está actualmente en plenas elecciones primarias. ¿Es usted personalmente favorable a Trump o a Hillary Clinton o tiene usted algún candidato que le parezca mejor para la región?

Bachar al-Assad: No hemos apostado en ningún momento por ningún presidente estadounidense. Contamos siempre con los políticos. Y esos políticos no dependen solamente del presidente sino del conjunto de instituciones y grupos de presión existentes en Estados Unidos. La competencia entre muchos candidatos, tanto ahora como en el pasado, tiene que ver con el más beligerante. Eso es un mal presagio.

Periodista: Entonces, ¿quién es el más beligerante, Trump o Clinton?

Bachar al-Assad: El problema con los políticos estadounidenses es que siempre dicen lo contrario de lo que hacen, antes y después de las elecciones.

Periodista: Entonces, ¿las promesas que ha hecho Trump no le infunden temor si [Trump] resultara electo?

Bachar al-Assad: No. Como acabo de decirle, como yo no cuento con lo que declaran los candidatos estadounidenses, no veo razones para comentar las declaraciones de alguno de ellos. O sea, para mí todos se parecen.

Periodista: ¿Cuenta usted con ser presidente de por vida, como lo fue su padre de usted? De no ser así, ¿está usted preparando un sucesor? ¿Pudiera ser uno de sus hijos?

Bachar al-Assad: En primer lugar, la presidencia no es un pasatiempo que nos procure placer. Es más bien una responsabilidad, sobre todo en las actuales circunstancias.

En cuanto a saber si yo escogería a alguien como sucesor, este país no es una granja ni una empresa. Para mantenerme como presidente tendrían que coincidir dos factores: que yo mismo lo desee y que el pueblo también lo desee. Si yo llego a las próximas elecciones y compruebo que el pueblo no me quiere en el poder, no seré candidato. Así que es demasiado pronto para hablar de eso. Todavía tenemos varios años por delante antes de las próximas elecciones.

Periodista: En estos últimos años ha habido varias acusaciones contra su gobierno en materia de derechos humanos. Muy recientemente una comisión investigadora de la ONU los acusó a ustedes de practicar lo que llamaron una «política de exterminación de detenidos», hablando de «crimen contra la humanidad». El mes pasado, el Alto Comisario de la ONU para los Derechos Humanos, al referirse al asedio de ciudades como Madaya, acusó a su gobierno de «crimen de guerra». ¿No teme usted tener que rendir cuentas algún día ante un tribunal internacional?

Bachar al-Assad: Usted sabe, en primer lugar, que esas instituciones de la ONU reflejan el equilibrio y los conflictos entre las potencias. Actualmente están dominadas esencialmente por las potencias occidentales y la mayoría de sus informes son politizados y están al servicio de una agenda política. Prueba de ello es que esas organizaciones no han dicho nada sobre las masacres que los grupos terroristas perpetran contra ciudadanos inocentes en Siria. Lo que refuta las declaraciones e informes de esas organizaciones es, en primer lugar, que no presentan pruebas, y eso es lo que sucede generalmente.

Hay, por otra parte, una objeción lógica, ya que si los países occidentales están en contra de una persona, así como los países ricos del Golfo, y si esa misma persona mata a su propio pueblo, ¿cómo podría esa persona ejercer el poder en esas condiciones durante 5 años? Es por eso que no temo a esas amenazas y alegaciones.

Periodista: Como usted dice, no hay pruebas, o sea esos informes son falsos e inexactos. Pero hay testimonios, por ejemplo, el informe sobre las muertes de detenidos que están en sus cárceles.

Bachar el-Assad: No. Hay una diferencia entre crímenes individuales y una política de matanza sistemática validada por un Estado. Ya dije que hay víctimas inocentes de la guerra, es cierto. Pero los crímenes de guerra son cuando se imparten órdenes para adoptar una política consistente en cometer masacres con determinados fines. Si fuera ese el caso, la gente estaría huyendo de las regiones bajo control del Estado para ir a refugiarse en las que se hallan bajo control de los armados. Pero lo que sucede es precisamente lo contrario. Todo el mundo viene hacia las regiones controladas por el Estado.

Periodista: ¿Cómo piensa usted que lo verá la Historia? ¿Como un salvador de Siria o como el hombre que la destruyó?

Bachar al-Assad: Todo depende de quién escribirá la historia. Si es Occidente, me atribuirá los peores calificativos. Lo importante es lo que yo mismo piense. Es evidente que estoy tratando de defender Siria, y eso es precisamente lo que estoy haciendo, y no busco defender mi puesto.

Periodista: ¿Aún quiere usted negociar con la oposición o cree usted ser capaz de aplastar militarmente la rebelión?

Bachar al-Assad: Nosotros creemos totalmente en las negociaciones y la acción política y así ha sido desde el inicio de la crisis. Pero negociar no significa que detengamos el combate contra el terrorismo. Dos aspectos son indispensables en Siria: Primero, negociar, y en segundo lugar, golpear a los terroristas. Lo primero es independiente de lo segundo.

Periodista: ¿Cuál sería su comentario sobre la renuncia de Laurent Fabius [al puesto de ministro francés de Exteriores]? ¿Piensa usted que modificará la política de Francia hacia usted? ¿Es posible hacer un gesto hacia París, por ejemplo, sobre la lucha contra el terrorismo, para tratar de convencer a Francia de que cambie de actitud hacia usted?

Bachar al-Assad: El cambio de una personalidad por otra no tiene realmente gran importancia. Lo que cuenta es más bien el cambio de política. La administración francesa cambió casi totalmente con Sarkozy y Hollande. Pero las políticas hacia nosotros no cambiaron. Siguieron siendo políticas de sabotaje contra la región, de apoyo directo al terrorismo. Así que no debemos suponer que es el ministro de Exteriores el artesano de esta política. Quien la concibe es más bien el Estado en su conjunto, y sobre todo el presidente de la República.

En lo que a Siria concierne, no creo que Siria tenga que hacer un gesto hacia Francia. Más bien es Francia quien debe actuar para combatir el terrorismo. Hasta ahora está apoyando políticamente a los terroristas, y en ciertos casos los apoyaba incluso militarmente.

Ahora es Francia quien debe adoptar políticas contrarias, o cambiar de políticas para combatir el terrorismo. Sobre todo cuando cientos de franceses ya han pagado con sus vidas esas políticas erróneas.

Traducido al español por la Red Voltaire

[1Daesh es el acrónimo árabe utilizado para designar al Emirato Islámico, también conocido como Estado Islámico o por siglas como EI, EIIL, ISIS o ISIL. Nota de la Red Voltaire.