Durante el verano de 2015, o sea después de la caída de Palmira bajo el control del Emirato Islámico, pero antes de la intervención militar rusa contra los yihadistas en Siria, los «socios occidentales de Rusia» informaron a Moscú que el Emirato Islámico iba a tomar Damasco en octubre, según revela el embajador ruso en Londres, Alexander Yakovenk [1].

Esta revelación permite entender mejor la toma de Palmira.

En mayo de 2015, una columna del Emirato Islámico salió inesperadamente de Raqqa para invadir Palmira. Estados Unidos disponía de tropas frescas a pocos kilómetros, justo del otro lado de la frontera iraquí, y vio el desplazamiento de los yihadistas. Pero se abstuvo de intervenir y tampoco avisó a los sirios. Ello indica que Washington consideraba probable la toma de Damasco por parte del Emirato Islámico y que no tenía intenciones de hacer absolutamente nada para evitarla.

En el mismo artículo de opinión, el embajador Yakovenko presenta la reciente declaración de Munich como un profundo cambio de actitud, como un acuerdo entre Washington y Moscú tendiente a establecer une diferencia más visible entre la parte aceptable de la oposición siria y los yihadistas.

[1“Last summer we were told by our Western partners that in October Damascus would fall to IS. What they were planning to do next we don’t know. Probably, they would have ended up painting the extremists white and accepting them as a Sunni state straddling Iraq and Syria” in “Russia and the US are partners in trying to end the war in Syria”, Alexander Yakovenko, Evening Standard, 15 de febrero de 2016.