La Corte Suprema de Turquía anuló, el 21 de abril de 2016, todo el conjunto del proceso Ergenekon así como las 275 condenas pronunciadas contra los acusados. La Corte Suprema señala en su veredicto que nunca llegó a comprobarse la existencia misma del complot Ergenekon.

En Turquía, los principales oficiales superiores de las fuerzas armadas, así como gran número de periodistas y profesores o investigadores universitarios fueron arrestados y condenados en el marco del proceso Ergenekon, que ha mantenido el país en vilo desde 2008. Esas personas están acusadas de haber trabajado para la red Gladio, de la OTAN, y de haber fomentado un golpe de Estado contra el gobierno de Erdogan, acusación bastante sorprendente a la luz de las excelentes relaciones que el AKP –el partido del entonces primer ministro Erdogan– mantenía con Washington en aquella época.

Sin embargo, parece que, lejos de obedecer a la OTAN, las personas arrestadas trataron de establecer vínculos entre el estado mayor turco y las fuerzas armadas de la República Popular China.

Esta es, por cierto, la única explicación lógica al hecho que los líderes de un pequeño partido de izquierda de inspiración kemalista y maoísta –el Partido de los Trabajadores (İsci Partisi)– fueron arrestados al mismo tiempo que los acusados del proceso Ergenekon [1].

En su veredicto de anulación de todo el proceso Ergenekon, la Corte Suprema de Turquía precisa además que no se respetaron los derechos de la defensa de los acusados.

[1«El golpe de Estado judicial del AKP», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria) , Red Voltaire, 19 de agosto de 2013.