¡Peligro, con Keiko, de terrorismo de Estado selectivo!

Son contritas reflexiones poco después del primer debate presidencial, ayer domingo 22, 7 pm., en la calurosa ciudad de Piura, lugar escogido por Keiko, porque allí ganó la primera vuelta.

Con la mayoría congresal aplastante que nos ha endilgado el minoritario electorado peruano: 25% de 100, extraño producto de un variopinto tejido social de un sistema político-económico corrupto, se cierne la peligrosa ¡posibilidad renovada de terrorismo de Estado!, del que asoló el país los años 90, con la expresa aquiescencia de Keiko Fujimori, de cieno tiránico, con su vista gorda simulada o tal vez disimulada, o incluso sin ella, con otra suerte cruenta de Colinas y tenebrosos secretarios financistas, como el Ramírez que ya saben, han visto y conocen, que tienen faltriqueras y manos llenas; y que aún andan sueltos. ¡Me susurran que me incluirían en la lista!

El sindicalista Pedro Huilca Tecse (1992) y la entonces integrante del mismo Colina, madre soltera del hijo del jefe de grupo, Mariela Barreto Riofano (1997), desde su fría tumba me darán la razón. También los casos de aniquilamiento intentados, entre otros, contra César Hildebrandt, Javier Diez Canseco y el general opositor del ejército peruano Rodolfo Robles Espinoza. ¡Empero, no existe crimen perfecto, ni mal que dure 100 años!

No será necesario otra vez un Grupo Colina, de militares uniformados y rentados, que usen como escondrijos los cuarteles del SIN y del Ejército, pues sólo basta que unos cuantos, o siquiera uno solo, un ser humano desquiciado, que hay más de uno, muy cerca de la mano nipona fujimorista, se lancen a tal aventura terrorista, a quien sus propios colegas siniestros le den vuelta antes de llegar a la esquina, como sucedió en el asesinato del entonces presidente USA, John Kennedy, con Lee Harvey Oswald (1963) y luego con Jack Ruby, del hampa estadounidense.

Tal es el peligro de ungir a Keiko Sofía Fujimori Higuchi como presidenta del Perú, pese a su ausencia de méritos sesquipedales, a sus oscuros antecedentes como hija, como primera dama y, además, copartícipe en mucho con su padre hoy preso, quien trina por su pronta libertad y viaje a Japón a mover hilos financieros, en coyunda con su segunda esposa (¡Keiko la utilizó en campaña electoral 2006!), publicitada miembro de la yakuza, mafia japonesa.

¡Ojalá el debate presidencial de ayer noche en Piura, entre Keiko y el inefable PPK, no hubiese sido fraudulentamente leído, pues leer implica que el texto leído otros lo escribieron, sin debatir! ¡Fue leído y ello implica fraude al auditorio!