En fila para la guillotina

El próximo 5 de junio se dará un giro histórico y radical en la historia política del Perú, lo impactante que se enfrenta un hombre y una mujer suceso no muy común desde el inicio de las primeras elecciones democráticas allá por el año 1845 con el triunfo de Ramón Castilla.

Ambos preparados, inteligentes y talentosos, ninguno peruano al cien por ciento como si acaso pudiéramos compararlos con caballos de pura sangre, Pedro Pablo Kuckzynski de origen alemán y francés y Keiko Fujimori de ascendencia japonesa, Pero en Perú quien no tiene de inga y de mandinga.

La educación privilegiada, el sueño de graduarte en Estados Unidos, hablar bonito el inglés, aunque con el toque latino en el acento, el esposo guapo, la casa linda, la suegra lejos, dos pequeñas muy hermosas, y el background de haber sido alguna vez: ¨primera dama¨, en teoría la vida anhelada para cualquier mujer.

Pero este cuento noble y con páginas coloridas se ensombrece un poco por el enredado pasado de su padre, el ex presidente Alberto Fujimori, entiendo y respeto el dolor e indignación bien argumentados del pueblo peruano por la resaca de las dos décadas de sangre y odio que no pueden perdonar y menos olvidar.

No es lo mismo ser Keiko Fujimori que Alberto Fujimori, Alberto Fujimori fue sentenciado y cumple una condena en la base naval del Callao y Keiko es sindicada por ser su hija, y si en nuestra sociedad todos debemos ser juzgados por los errores de nuestros padres quizás todos tendríamos que hacer cola en la gran guillotina de justicia social.

Algo que sí está en tela de juicio son los supuestos vínculos con el narcotráfico que la prensa peruana ha sacado a la luz, es cosa que prevalezca la transparencia, la política de ética y tener la certeza que finalmente quien la elegirá también la condenará si incumple sus expectativas.

Los candidatos deben alzar la voz y demostrar su inocencia o culpabilidad en directo para que los votantes nos llevemos una real impresión y no la coartada editada que los medios de comunicación nos quieren dar a conocer a modo de neuromarketing electoral manipulando nuestras mentes.

Al otro lado del cuadrilátero se encuentra Pedro Pablo Kuckzynski aquél que sabe de todo de la economía, con la experiencia de haber sido ministro de Energía y Minas en 1980 en el gobierno de Fernando Belaunde, ministro de economía y primer ministro en el gobierno de Alejandro Toledo, en síntesis, un hombre que también conoce de muy cerca el poder.

Hay quienes dicen que es uno de los favoritos invitados a las reuniones mundiales del famoso club Bilderberg y quien sepa de la leyenda de esta élite, es para sentir escalofríos sobre los debates de ideologías y tesis de lo que se discute allí, al menos alguien debería contarnos lo que realmente sucede en tales cónclaves donde se rumora que el infierno no es excusa para evitar vivir en la gloria y comer maná.

A pesar de también ser muy inteligente, una educación impecable, trayectoria aquí y allá, reflexivo, maduro, sabio, tener una familia feliz, haber alcanzado muchos logros en su vida, casi todos, que gozó de privilegios, alguien que no nació ni convivió con la plebe, ha demostrado que no está tan desactualizado, porque ha tenido la creatividad de hacer un peluche en forma de cuy, ha sido capaz de identificarse con un animalito muy peculiar, que ha dejado en alto nuestro nombre no sólo en la gastronomía sino como parte de nuestra valiosa fauna.

El primer gran misterio que lo rodea es que si es verdad que estuvo detrás de los grandes ocasos de un sunset que gozaron los extranjeros y no los peruanos es decir que se beneficiaron las empresas internacionales a precio de nuestra bancarrota, ¿fue este candidato el señor de los lobbies que favoreció a sus amigos del Eurobuilding y Yanquilandia?.

El segundo cuestionamiento es si la pareja presidencial actual Ollanta Humala y Nadine Heredia estarían detrás haciendo acuerdos políticos para no ser perseguidos y salir libres de polvo y paja de cualquier demanda penal que se les haya puesto ante el escrutinio legal.

Hoy en día los peruanos estamos como árboles hirsutos de tantos golpes y heridas en el alma; abatidos de desempleo, delincuencia, pobreza, sin salud, con una juventud encorvada sin autoestima, sin oportunidades, sin viviendas, donde un pedazo de cartón es un techo y unas bolsas negras de plástico son las paredes, con hambre, pies llenos de llagas de andar por un camino estrepitoso de lamento y frustración. Por ello debemos ser responsables de no seguir cometiendo el error de darle el mando a quien sólo tiene codicia y no el deseo por servir a su país.