Al salir de la Unión Europea, el Reino Unido pone fin a su «relación especial» con Estados Unidos. Pero Londres es también miembro del acuerdo de los «Cinco Ojos», vinculado a la Carta del Atlántico, y cofundador de la OTAN –los británicos comparten toda la información de la red stay behind. Dejar irse al Reino Unido significaría, por consiguiente, aceptar el derrumbe de todo el sistema de dominación anglosajona sobre el mundo.

El Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha trazado un plan para “anclar” el Reino Unido a las estructuras de la alianza atlántica.

Se ha decidido impedir por todos los medios la nominación del líder conservador del Brexit, Boris Johnson, como primer ministro y favorecer a una personalidad de «consenso» supuestamente capaz de «reconciliar» a los británicos entre sí. Esa personalidad negociaría las modalidades para la salida de la Unión Europea. Por su parte, la UE propondría reemplazar los acuerdos actualmente en vigor por una serie de disposiciones prácticamente idénticas. Al final de ese proceso, el Reino Unido habría perdido su asiento en el Consejo Europeo pero seguiría de facto dentro del Mercado Común.

El presidente estadounidense Barack Obama ha designado a la canciller alemana Angela Merkel para dirigir las operaciones en el seno de la Unión Europea y a George Osborne (ver foto), actual número 2 del gobierno británico, para organizar el «consenso» en el Reino Unido. Ya en este momento, el primer ministro David Cameron se negó dimitir antes de la elección presidencial estadounidense mientras que el gobierno regional de Escocia y la prensa europea señalan un riesgo de secesión para justificar el llamado a la designación de una «personalidad de consenso».

El presidente de la Unión Europea, Donald Tusk, convocó un Consejo Europeo que se realizará el 29 de junio, en presencia del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.