Gonzalo Monterrosa

Muchos ven a los teléfonos inteligentes como un mal que hace imaginar que nuestro futuro es muy oscuro. Siempre ha habido un distanciamiento entre los desconocidos en el transporte público, pero con el uso masivo de los teléfonos inteligentes y su pantalla acaparadora de atención muchos culpan a los dispositivos de ello. Prejuicios como ése provocan que muchas personas los vean como algo negativo, un objeto que atonta a las personas, que provoca que la memoria sea limitada y no seamos capaces de recordar direcciones o números telefónicos. Pero también podemos evaluar dichos dispositivos de acuerdo a las nuevas capacidades que brindan a nuestros sentidos, como la vista.

La cámara de los teléfonos que mejora cada año permite más que hacer selfies de efímera duración, aunque a veces acercan a familiares y amigos al compartir momentos. Pero hay muchas otras funciones que no todos conocen.

La realidad aumentada, por ejemplo, que funciona utilizando la cámara de los dispositivos; desde hace años, revistas, espectaculares publicitarios o anuncios de conciertos son quienes más la han utilizado, pero francamente han pasado inadvertidas por el público en general, que no ha hecho suyo el proceso para hacerla funcionar. Es hasta hoy que coincidió que el mercado de los smartphones tiene la madurez requerida: son millones de usuarios en el mundo quienes cuentan con equipos que tienen la capacidad tecnológica adecuada para poder utilizar aplicaciones como Pokémon Go, cuyo diseño y funcionamiento sencillo atrapó de inmediato al público al que estaba dirigido, causando sorpresa, críticas y hasta burlas. Se inaugura con ese juego la época de la realidad aumentada como un básico más que estará presente cada vez más y no sólo en juegos. Veremos como siempre pasa, copias mal hechas del mismo y en poco tiempo proyectos que lo superarán en impacto visual, complejidad y viralidad.

Nuestra limitada vista y memoria se ven apoyadas en el aprendizaje, por ejemplo la astronomía, una ciencia complicada para la mayoría. Era ya dominada por culturas antiguas y es actualmente un pasatiempo para muchos. Usando un teléfono inteligente o una tablet es posible mediante alguna aplicación ver el cielo y las estrellas de una forma como nunca antes. Sky Map de Google nos indica nuestra ubicación en la Tierra y nos muestra el cielo y las constelaciones sobre nosotros, nos informa dónde están los planetas. Para los que siempre han estado interesados en el tema es una herramienta que cambia totalmente la manera de aprender.

También hay gente que tiene curiosidad de saber qué plantas son las que hay por donde vive o en algún parque o bosque, ya no es necesario arrancar hojas, llevarlas a casa para consultar libros hasta encontrar una similar y saberlo. Mediante una fotografía, una aplicación puede hacer el trabajo pesado de compararlas y decirnos qué planta es y las características que queríamos saber, en ese mismo momento. PlantNet o LeafSnap realizan esta función; ZipcodeZoo hace lo mismo pero además de identificar plantas, también funciona con animales e insectos.

Algunas veces nos encontramos con la necesidad de medir distancias sin tener a la mano un flexómetro y calcular con la vista puede resultar poco fiable. En esa situación, la aplicación Smart Measure es capaz de indicar en metros la distancia. Pero si lo que se necesita medir es un objeto, para ello existe Ruler App. La cámara del teléfono unida a las aplicaciones puede realizar esas mediciones de emergencia.

Los diseñadores pueden encontrarse frente a un color que es atractivo y podría servirles para un proyecto en desarrollo. Podrían arrancar un pedazo y listo, pero si no es posible tendrían que adivinar el tono y después tratar de reproducirlo. Sin embargo, sólo es necesaria una fotografía con su teléfono y listo, hay aplicaciones como Color Grab que puede identificar el color y su código en formatos como RGB, HEX, HSV, LAB, HSL, LUV, CMYK.

Estamos acostumbrados a realizar búsquedas de información utilizando el texto, pero podríamos darnos cuenta que no podemos describir lo que estamos viendo, por ejemplo un cuadro de Vincent van Gogh que no sea el de los girasoles, o un dispositivo electrónico del que nunca adivinaríamos su nombre. Para este triste escenario que nos hace ver lo ignorantes que somos en tantos aspectos, hay aplicaciones que harán la búsqueda visualmente tomando una fotografía del objeto a buscar. Para ello existen Shazam visual, Googles de Google, CamFind o si lo que quieres es comprar ese objeto, la aplicación de Amazon te mostrará además si podrás adquirirlo en su tienda.

Esto sólo es una parte del universo de aplicaciones que permiten incrementar la capacidad de los dispositivos inteligentes. Las aplicaciones aquí mencionadas no deben tomarse como ideales: fueron incluidas para ejemplificar, pero existen muchas opciones más, la mayoría de ellas ofrecen sus funciones básicas de forma gratuita. Lo ideal será probar cuál es la que mejor funciona con cada dispositivo hasta encontrar la que brinde los mejores resultados.