De inmediato, Pemex asumió –como ya es su costumbre– los costos del desastre, que ante todo son de carácter medioambiental. En voz de su director general, José Antonio González Anaya, la petrolera aceptó ser la única responsable del siniestro. Con ello, ocultaba que el dueño de la embarcación es ni más ni menos que Blue Marine Technology Group.

Dicho consorcio empresarial –conformado por Subtec, Blue Marine Shipping, Blue Marine Oil & Gas y Subsea 7 México– se ha beneficiado, por años, de sus relaciones con los directivos de Pemex. Y el arrendamiento de esa embarcación, que vence hasta 2018, es muestra de ello.

Entre los principales de Blue Marine se encuentra Juan Antonio Marcos Issa, quien fuera coordinador de asesores de dos exdirectores generales de Pemex (Rogelio Montemayor Seguy y Raúl Muñoz Leos), y muy cercano además a las cúpulas que dirigen actualmente los hilos de la petrolera estatal.

El éxito del grupo empresarial que dirige Marcos Issa, y que fue constituido en 1998 cuando él aún era funcionario de Petróleos Mexicanos, ha dependido precisamente del amparo de Pemex, su principal –y en periodos, su única– contratista.

Por ello, las contrataciones de Blue Marine con la petrolera han sido investigadas y sancionadas en la Secretaría de la Función Pública. Decenas de servidores públicos han sido cesados de la petrolera por beneficiar a este consorcio, además de que la propia empresa ha tenido que pagar multas millonarias. Ello porque la Función Pública documentó el tráfico de influencias en el que incurría Blue Marine en las licitaciones que ganaba en el gobierno pasado.

Además, la empresa enfrentó investigaciones en la Procuraduría General de la República y ha sido objeto, en varias ocasiones, de la observancia de la Auditoría Superior de la Federación.

El caso del buque tanque Burgos también fue investigado por la Función Pública, que determinó irregularidades en la contratación de ésa y otras 13 embarcaciones que causaron pérdidas multimillonarias a Pemex.

Burgos se rentó a mediados de 2008 a la empresa Blue Marine Shipping, SA de CV. De acuerdo con los términos del contrato –identificado con el folio 4500268790–, el arrendamiento financiero se pactó a 10 años con opción a compra, y el monto ascendió a 882 millones 455 mil 492 pesos.

En junio de ese año revelé que la adjudicación se dio mediante un proceso amañado: burdamente, Pemex Refinación incurrió en errores en la redacción de las bases de licitación, lo que dejó fuera a decenas de empresas navieras. Las beneficiadas de esos “errores” fueron Blue Marine (dos embarcaciones, la Burgos y la Chicontepec, esta última con el contrato 4500268791) y F Tapias (dos embarcaciones arrendadas a Refinación).

Las nuevas contrataciones

Pero esta historia de corrupción y tráfico de influencias es vigente: no se limita a los contratos de los dos buques tanque en el sexenio de Felipe Calderón. Resulta que Blue Marine continúa aprovechando las “buenas” relaciones de Marcos Issa para conseguir contrataciones multimillonarias sin licitación de por medio.

Ejemplo de ello son cinco contratos obtenidos por sus filiales Subtec y Subsea 7 México, que en total le reportaron ingresos por más de 8 mil millones de pesos, entre 2013 y 2016.

El más reciente es el contrato 648236801, firmado el 13 de enero de 2016 entre Subtec y Pemex Exploración y Producción (PEP). Éste se dio por adjudicación directa y tiene por objeto el mantenimiento a instalaciones costa fuera de la región marina. El monto asciende a 3 mil 491 millones 44 mil 457 pesos, y es vigente del 14 de enero de este año al 30 de diciembre de 2020.

También por adjudicación directa Subtec obtuvo el contrato 640215808, el 6 de noviembre de 2015, para brindar a PEP el servicio de carga, almacenamiento, transporte, mezclado y descarga de petróleo crudo estabilizado con apoyo de un buque tanque petrolero en el Golfo de México. El monto se pactó en 652 millones 692 mil 765 pesos, y la vigencia, del 9 de noviembre de 2015 al 31 de diciembre de 2017.

Los contratos entre Subsea 7 y PEP son tres. El 420832856, por un monto de 1 mil 788 millones 21 mil 41 pesos, adjudicado directamente el 9 de enero de 2013 y con vigencia del 10 de enero al 6 de noviembre de ese año. Su objeto: procura y construcción de un oleoducto de la plataforma E-Ku-A2 hacia la plataforma Akal-J enlace, en el campo Ku-Maloob-Zaap, en la Sonda de Campeche. Éste tuvo además dos convenios modificatorios de monto, por más de 9 millones de pesos.

También el 420833820, firmado el 6 de junio de 2013 para la procura y construcción de un oleoducto de la plataforma de producción Ku-H hacia la plataforma de enlace Ku-A2, en la Sonda de Campeche. El monto ascendió a 1 mil 130 millones 779 mil 552 pesos y su vigencia fue del 7 de junio de ese año al 3 de marzo de 2014. Éste tuvo un convenio modificatorio de monto, por 18 millones 590 mil pesos extra.

Y el 428234835, por 1 mil 85 millones 729 mil 829 pesos, adjudicado sin licitación de por medio el 31 de octubre de 2014, para los mantenimientos y adecuaciones a instalaciones marinas (plataformas y complejos) ubicadas en el Golfo de México. Su vigencia se pactó del 17 de noviembre de 2014 al 4 de junio de 2015.

La turbia historia de Blue Marine ha sido documentada por Contralínea desde hace años. Y por ello la naviera nos demandó argumentando daño moral. Dicha demanda fue resuelta en 2012 por la Suprema Corte de Justicia de la Nación a favor de la verdad. Nuestro trabajo de investigación fue diligente y apegado al derecho a la información y la libertad de expresión, determinó el máximo tribunal.

Pese a todas las evidencias expuestas por este semanario y por otros medios de información, aumenta la jauja de Blue Marine y de Juan Antonio Marcos Issa a costa del erario petrolero. Esperemos que, algún día, Pemex limpie sus estructuras y cese a todos los corruptos.

Fuente
Contralínea (México)